Crece población multiracial en EEUU pero no disminuye racismo, según encuesta nacional

Baltimore: tensiones raciales

Crédito: EFE

Washington.- La puertorriqueña Evelyn Román-Lazen celebra sus raíces afrolatinas y es parte de la creciente población multiracial en EEUU pero, al igual que muchos latinos, ha vivido en carne propia una cruda discriminación que, según una encuesta nacional divulgada hoy, persiste en el país.
“La gente no sabe dónde encasillarme, es como si no eres ni una cosa ni la otra… terminan haciendo suposiciones, y el colmo es que algunos latinos te discriminen“, dijo en entrevista telefónica Román-Lazen, hija de puertorriqueños negros.
“Tengo un apellido latino, que no necesariamente te identifica como alguien de raza negra; se sorprenden porque ven a una mujer negra y encima altamente educada… cuando me mudé a Nueva York, solo me ofrecían puestos de secretaria“, señaló Román-Lanzen quien trabaja como consultora de asuntos académicos.
Experiencias como la suya se repiten por montones entre personas que pertenecen a más de una raza o etnia, según una encuesta divulgada por el Centro de Investigación Pew, que examinó las actitudes y experiencias de la creciente población multiracial en EEUU.

Crece población mixta

En total, el 6,9% de la población tiene al menos dos razas en su herencia cultural. El mayor crecimiento multiracial fue entre blancos e indígenas americanos, con un 50%, mientras que el 11% de las personas multirraciales es de origen hispano.
Según la encuesta, realizada entre 1.555 adultos entre febrero y abril pasados, la población mixta de negros y blancos más que se duplicó entre 2000 y 2010, mientras que la de blancos mezclados con asiáticos creció en un 87% en ese período.
Además, el número de niños de matrimonios multiraciales aumentó de un uno por ciento en 1970 al 10% en 2013, una tendencia que continuará al alza en las próximas décadas.
El 55% de los encuestados reportó incidentes de insultos y bromas racistas, aunque los porcentajes variaron dependiendo de la mezcla racial a la que pertenecen.
La discriminación también es palpable en el pobre servicio que reciben en restaurantes y demás negocios, y en las detenciones policiales, según los encuestados.

La experiencia multiracial de los latinos

El documento de 156 páginas dedica todo un capítulo a los hispanos –que pueden pertenecer a cualquier raza-, tomando en cuenta que muchos tienen raíces afrolatinas, indígenas, y de otras etnias.
Aunque la identidad es un asunto complejo para los 54 millones de hispanos en EEUU, el 67% de los latinos encuestados consideró que el “ser hispano” es parte de su herencia étnica y racial.
Por otra parte, el 30% de los hispanos cree que el resto de la gente los considera “blancos”, mientras que el 24% cree que los ven como “hispanos”, el 17% como “mezclados” y el 4% como “indígenas americanos”.
Sólo una tercera parte de los hispanos “multiraciales” ve esa herencia mixta como una ventaja, mientras que el 8% piensa que ha sido principalmente una desventaja, y el 59% cree que no les ha afectado.
El 66% de entre este grupo siente orgullo de su herencia multiracial “con frecuencia”, mientras que el 34% lo siento “rara vez” o “nunca”.

A la espera de una sociedad “posracial”

Aunque la elección del primer presidente negro en EEUU creó expectativas sobre la posibilidad de superar el racismo y la discriminación, ésta sigue siendo una tarea pendiente.
Pese a la discriminación que sufren personas multiraciales, “la encuesta muestra que para muchos el tener una mezcla racial ha sido una ventaja o al menos no les ha afectado”, dijo a este diario Mark López, director de asuntos hispanos del Centro Pew.
“El sondeo sugiere que entre más crezca la población multiracial, las actitudes seguirán cambiando, y ya vemos cómo, desde la década de 1960, ha habido en EEUU una mayor aceptación de matrimonios interraciales”, enfatizó el experto.
Roman-Lazen, casada con un italiano, recuerda cómo, cuando paseaba en su cochechito a su hija –de tez clara y cabello rizado y castaño rojizo- la gente la miraba de reojo y suponía que era la niñera.
Su hija, ahora de 14 años, también afrontó, en su paso por algunas escuelas en el sector del Upper East Side de Nueva York, prejuicios raciales, producto del bagaje cultural y legado de racismo en EEUU.
“Estamos criando a nuestra hija para que sienta orgullo de sus raíces afrolatinas e italianas… hay mucho miedo (de los blancos) a perder su dominio y su poder socioeconómico, y creo que para lograr una sociedad ´posracial´, que no se fije en el color de la piel, eso está en manos de las nuevas generaciones”, puntualizó Román-Lazen.

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