Así es un workaholic

Si te reconoces como workaholic, te ofrecemos un momento para reflexionar

Aún cuando en nuestros días, el hombre y la mujer luchan para volverse más competitivos y tienen la misma inquietud por lograr éxitos profesionales, es más común que ellos se conviertan en workaholic o trabajólicos. Y es que afortunadamente en nuestra cultura, las mujeres todavía tienen apego a la familia, y para algunas su prioridad es permanecer el mayor tiempo posible al lado de sus hijos.

El doctor Humberto Patiño, catedrático en Psicología y director de Asesoría Internacional en Competitividad Organizacional S.C., explica que existen tres factores por los que una persona puede volverse workaholic: “El primero está relacionado con el aspecto cultural propio de cada país, donde buscar el éxito y escalar posiciones es reconocido. Se asume que el triunfo sólo se obtiene a costa de sacrificar la calidad de vida, ya que el hecho de que dediquen varias horas extra al trabajo equivocadamente es sinónimo de eficiencia.

“La segunda causa tiene su origen en el tipo de organización en la que se labora: La mayoría de las empresas, sin importar su tamaño, piensan que si el trabajador permanece horas extra laborando es más productivo, mientras que si respetan sus horarios, aún cuando hayan terminado con sus responsabilidades, no tienen ‘puesta la camiseta’. Por último, existen estudios que indican rasgos de la personalidad que favorecen la adicción, como el hecho de que un individuo sea extremadamente perfeccionista, competitivo e individualista, es decir, que le agraden los éxitos personales, lo que en conjunto crea una obsesión por el trabajo”.

El poder y la familia

No es extraño observar a mujeres en puestos de poder, que han decidido postergar la maternidad o la vida en pareja para dedicar, libremente y sin culpa, largas jornadas de trabajo a su profesión. En ambos sexos, esta situación produce un sentimiento de soledad y frustración, pues se dan cuenta que han descuidado su ámbito personal.

Todo exceso trae consigo una serie de consecuencias que van desde conflictos personales, cambios en la conducta, hasta graves problemas de salud. Estos efectos negativos se reflejan a nivel personal, familiar y laboral. En el aspecto laboral suelen sufrir fatiga crónica, por ello es común que cometan errores en su trabajo, que tengan conflictos con sus jefes y compañeros: “Estas personas suelen desarrollar un liderazgo autócrata, es decir, no les importa pisar la integridad de sus colaboradores, los obligan a cumplir también con horarios extremos y pueden faltarles al respeto”.

El especialista agrega que en este sentido, los adictos al trabajo obtienen resultados de menor calidad, son menos productivos y todo esto afecta sus relaciones familiares y afectivas, ya que dejan de dedicar tiempo de calidad a sus seres queridos, al grado que se convierten en blanco de reproches que pueden llevar a la separación de su pareja, rechazo por parte de los hijos u otros conflictos.

Vayámonos conociendo

Los adictos al trabajo cumplen con un perfil muy particular: su carácter cambia, se vuelven intransigentes, malhumorados y explotan con facilidad, pues su organismo está cansado, su alimentación generalmente no es la adecuada y el tiempo dedicado al sueño no supera las 4 o 5 horas.

Y si nos referimos al aspecto de la salud, el pronóstico tampoco es nada favorable: problemas de tipo digestivo, úlceras, hipertensión, fallas en el aparato circulatorio y daños cardiovasculares, son sólo algunos de los padecimientos que van de la mano de un trabajólico.

El vertiginoso ritmo de vida impide, a veces, voltear a verse a sí mismo, a la familia e incluso a la pareja. Vale la pena reflexionar si todo el esfuerzo y el tiempo que se invierten en lo laboral son necesario spara lograr el éxito profesional… ¿Y tu vida para cuándo?

– Natalia Bojorge

Colaboración de Fundación Teletón México
#EscuelasLibresdeBullyng
celeste@teleton.org.mx

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