Un romance de 9 a 5

Consideraciones para lograr que un affair  y un empleo sean compatibles

¿Quién no se ha enamorado alguna vez – aunque sea secretamente – de un compañero o compañera de trabajo?

Después de compartir durante años 8 horas diarias, 40 horas semanales, o el equivalente de casi 7 días al mes, con el mismo grupo de personas, no deberíamos extrañarnos que terminemos mirando con cariño a alguno de nuestros colegas.

Es más, si después de un tiempo de estar en un mismo empleo, no lograste hacer ni un amigo, ni te enamoraste secretamente de algún compañero, cliente, o proveedor, probablemente seas demasiado exigente, demasiado ermitaña, o estés trabajando con una tribu de trolls y necesitas buscar nuevos horizontes.
Un estudio de la Sociedad de Gestión de Recursos Humanos (www.shrm.org) indicó que 40% de los trabajadores tiene romances de oficina.

Ventajas y desafíos

Los problemas más obvios de este tipo de relación son los reclamos de otros empleados de favoritismo, cuando la relación es entre un supervisor y su subordinado; las acusaciones de acoso sexual, cuando la relación se torna agria; o la infidelidad, cuando los miembros de la pareja tienen relaciones paralelas fuera del trabajo.

Y sin embargo, enamorarse de un colega no siempre es problemático. Un estudio del sitio de empleos Vault.com reveló que el 40% de los encuestados había conocido a su esposa o esposo en su lugar de trabajo.

En resumidas cuentas, las relaciones sentimentales en el lugar de empleo presentan ventajas y desventajas por igual. Una misma situación que podría favorecerte en un momento determinado, puede volverse en tu contra, a medida que progresa o se deteriora dicha relación. El sólo hecho de la proximidad física puede convertirse en una bendición y en una pesadilla, según las circunstancias.

Por ejemplo, si tú y tu enamorado trabajan en cubículos o estaciones cercanas tienes la posibilidad de controlar sus movimientos y hasta de espiar su pantalla electrónica cuando se distrae por un momento.

Por otra parte, tenerlo a tu lado ocho horas al día, cinco días por semana puede hacerse agotador y asfixiante. Ni que hablar si se termina la relación. Pocas cosas pueden ser tan incómodas como tener que verle la cara a tu ex, una vez que la atracción se convierte en arrepentimiento.

Consideraciones

Si no puedes dejar de pensar en tu compañero de trabajo, intuyes que la atracción es mutua, y estás decidida a invitarlo a salir, primero debes considerar los siguientes detalles:

? “De Facebook no sale”. La primera consideración que debes hacer es cuán privada o pública quieres que sea la relación.

¿Existe alguna política con respecto a las relaciones sentimentales en tu empleo? ¿Tu colega está casado o comprometido con alguien fuera de tu trabajo?

Recuerda que el tema de la privacidad se extiende más allá de la fábrica o la oficina. Si quieres que la relación permanezca confidencial, no basta mantener tus emociones bajo control y tratar a tu enamorado como a cualquier otro compañero. No desestimes el alcance de tus comentarios y selfies en las redes sociales.

Los encuentros furtivos en la cocina, aunque cierres la puerta, también cuentan.

Todo aquello que tiene un comienzo, eventualmente puede terminar. Existe la posibilidad de que la nueva relación florezca y tenga un final feliz, pero también de que no ocurra de ese modo.

Si el romance es con un compañero que está a tu mismo nivel, la ruptura puede causar que se originen dos grupos, los que están a su favor y los que están contigo. Y si no eres una persona muy popular, corres el riesgo de almorzar sola y perder cualquier tipo de apoyo para el resto de tus día.

En el caso de que el affair haya sido con un subordinado, tu ex puede ventilar secretos que harán que tu autoridad se haga trizas.
Si por el contrario, el romance fue con tu jefe o supervisor, lo más aconsejable es que actualices tu curriculum, tu página de Linkedin y empieces a buscar empleo, lo más pronto posible.

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