Ellos también cambian pañales

El padre de hoy está más comprometido en la crianza de los hijos y los quehaceres de la casa. Analizamos los beneficios

Lavan, planchan, cocinan, cambian pañales, alistan la pañalera, preparan biberones, llevan a sus hijos a la escuela y hasta usan delantal. Son los papás del siglo XXI que han dejado atrás esa antigua concepción que les habían asignado la sociedad y su cultura por su género de ser tan sólo un “padre proveedor”.

Y es que como dice la historiadora Deena J. González, de la Loyola Marymount University en Los Ángeles, a medida que la mujer ha venido creciendo en su preparación académica y conquistando nuevos espacios y roles en el mercado laboral (que la han llevado a ser muchas veces la principal proveedora económica del hogar), el hombre ha tenido que imponerse el reto de ser un padre activo en todas las tareas domésticas y de crianza de los hijos.

“Los cambios reales de la económica y la sociedad han obligado al hombre a repensar en los roles que socialmente se le había impuesto y hacer un cambio mental de ellos. Incluso, las mismas leyes laborales han tenido que hacer cambios que permiten permisos o licencias familiares a los papás cuando un bebé se suma al hogar”, dice la coautora de la nueva The Oxford Encyclopedia of Latinos and Latinas in the U.S., que se lanzará el mes próximo.

Para la psicoterapeuta Romi Torres-Wards, con práctica en Los Ángeles y Seattle, este cambio mental y emocional que se ha dado en muchos papás en las últimas décadas ha favorecido al mismo hombre, la pareja, los hijos y la familia en general.

“Ahora que el hombre está más consciente de su papel como padre, éste se está involucrando realmente en el desarrollo emocional de sus hijos, algo que es muy importante para la formación de los niños y las mamás que también contribuyen económicamente en el sustento familiar”, dice la experta en comportamiento humano.

Esta decisión del hombre de hoy le está permitiendo “vivir y disfrutar de lo que significa el llegar a desarrollar una intimidad emocional con los hijos; es decir,  lo que les lleva a ser realmente padres”. Gran parte de esta apertura mental de los papás del siglo XXI empezó a gestarse desde el momento que la misma mujer y los centros médicos abrieron las salas de parto y los consultorios ginecológicos y obstétricos a los hombres.

“El hecho de que un papá esté presente en el alumbramiento de su hijo o hija crea de inmediato un vínculo emocional que se hace mucho más fuerte a medida que el menor va creciendo”, explica la psicoterapeuta.

Un embarazo de pareja

Y es que aunque biológicamente la gestación del bebé se da en el vientre de la mujer, el concepto de embarazo entre las parejas de las nuevas generaciones no recae solo en el sexo femenino, también involucra al masculino.

“Esto es maravilloso. Finalmente se están rompiendo todos esos tabúes que habían sobre el sexo y el embarazo”, resalta Torres-Wards. “¿Cómo era posible que un hombre que fue partícipe de una procreación no fuera parte activa en el proceso del embarazo y el parto?”

Gracias a esto, la presencia del papá de hoy está en la crianza, el cuidado y la formación de su hijo desde el primer momento que éste empieza a gestarse en el vientre de la madre, al desempeñar su rol de suplir las necesidades de su esposa durante los nueve meses del embarazo, consentir sus antojos, acompañarla a los  controles médicos, tomar las clases de lamaze y ser un papá activo en el alumbramiento.

“Esto ha creado a un papá más consciente y comprometido con sus hijos, ya que el padre de hoy está cubriendo todas las necesidades emocionales, educativas, económicas y sociales del niño”, apunta Torres-Wards.

Y aunque en la actualidad muchos padres latinos cambian pañales, ayudan en los quehaceres del hogar, llevan a los hijos a sus controles pediátricos y odontológicos y a sus paseos por el parque, tanto González como Torres-Wards señalan que  tienen que involucrarse en formación académica de sus hijos.

“Particularmente en las escuelas de las niñas, ya que varios estudios están demostrando que las mujeres que hoy lideran grandes empresas aseguran haber tenido todo el apoyo emocional y educativo de su padre”, asegura la psicoterapeuta.

Consejos para el papá machista

Y para aquellos padres machistas que les cuesta asimilarse al nuevo rol del papá moderno, la psicoterapeuta Anabel Castrezana, vinculada a Kaiser Permanente de Santa Ana, California, recomienda:

  • Aceptar que es importante y saludable para él y sus hijos expresar sus emociones. “Un niño que escucha que es amado y valorizado, será seguro de sí mismo y tendrá una probabilidad más alta de ser exitoso en la vida”, dice.
  • Asimilar muy bien el concepto de que no existe un trabajo de hombre o mujer en la casa. “Las tareas del hogar, desde cambiar pañales, bañar al bebé o darle de comer, son responsabilidad de ambos padres”, acentúa Castrezana. “Y éstas no le quitan hombría a ningún hombre”.
  • Reconocer que la mujer también puede tomar el rol de proveedora del hogar. “Ahora, más que nunca, hay más mujeres trabajando y el esposo es el que se ocupa del cuidado de los hijos”, apunta.
  • Acordarse de que un buen padre, es una buena pareja también. “Los padres son los primeros maestros de sus hijos y lo que los niños vean en casa –acciones, actitudes y palabras– es lo que aprenderán”.
  • Ser partícipe en la crianza de los niños. “Los hijos necesitan que ambos padres los eduquen y participen por igual en su crianza”.

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