Con el corazón en la Copa

Aunque es el día de festejar la Independencia de Estados Unidos, el corazón de al menos dos aficiones latinas de la ciudad estará con la tierra que los vio nacer la tarde de este sábado cuando sus selecciones, Argentina y Chile, se midan en la final de la Copa América.

Por un lado los chilenos apoyarán a su equipo con la ilusión de que finalmente La Roja logre alzar una copa, aunque saben que cargan consigo una historia de fatalismo que esperan cambie con el fútbol de su equipo nacional, que nunca había jugado al nivel que lo ha hecho en este torneo.

“Desde los 10 años que fui por primera vez al estadio a apoyar a La Roja siempre he tenido la ilusión de que levantemos un trofeo, desde entonces está esa ilusión y como se han dado las cosas en este torneo sólo te puedo decir que si no ganamos ahora, no ganamos nunca”, manifestó Manuel Manzo, santiaguino de 40 años que pasó por San Antonio Bakery en Astoria, lugar que transmitirá la final.

La selección chilena llega a la final del torneo por quinta ocasión -la primera desde 1987-, luego de vencer a Perú 2-1 en una reñida semifinal. La Marea Roja, como se autodenominan los hinchas del equipo, han hecho valer la localía en cada instancia, pero saben que lo que se les viene es acaso la prueba más difícil.

“Pero, ¡uff! Estoy nervioso porque es una final contra Argentina que es una potencia en el fútbol, pero tenemos todo para ganar”, añadió Manzo.

La victoria, a decir del puntarenense Víctor Mora, serviría para cambiar la visión que el chileno, en especial el apasionado con el fútbol, tiene de sí mismo.

“Nuestra afición los está arropando, pero no deben de ponerse negativos al ver que es Argentina a la que se tiene enfrente. Pero eso no es nada, porque estamos jugando por la oportunidad de cambiar nuestra historia y ganar nuestra primera Copa América”, sostuvo.

Sus nervios no son en balde. Argentina ganó su boleto a la final luego de aplastar 6-1 a Paraguay, con una magistral actuación de Lionel Messi, Ángel Di María y Javier Pastore.

Quizás por eso a los argentinos en Queens se les infla el pecho cuando afirman, sin dudarlo un segundo, que:

“Vamos a ganar. Venga quien venga, vamos a ganar. Será una copa más para nosotros”, manifestó Óscar Ferrario, porteño con 40 años de radicar en la ciudad y que se tomaba un vino en la Esquina Criolla en Flushing. “Nos la vamos a llevar de punta a punta. A mí no me preocupa que juguemos contra el anfitrión. Somos los mejores del mundo y tenemos al mejor jugador del planeta”.

A lo mejor como buen argentino, Ferrario exagera un poco lleno de esa confianza que linda en la arrogancia, o viceversa. La verdad es que la albiceleste buscará llevarse la copa que no gana desde 1993, cuando venció 2-1 a México, y así igualar a Uruguay en la cumbre con 15 campeonatos en este certamen.

Y que la levante Messi tendría un simbolismo mayor, como explicó el mendocino Roque ‘Capa’ Peleytay, de 61 años.

“Estamos ansiosos y estamos preparados para que Lio levante la copa. Eso sería una cosa bien importante, más porque lo haría frente a nuestros hermanos chilenos”, señaló. “Pero la Copa es nuestra porque es una trayectoria. Estamos acostumbrados a ganar. El hecho de que les estén favoreciendo los árbitros, eso me preocupa”.

Sólo en una cosa coincidieron ambos bandos. El festejo del campeonato incluirá un asado y un buen vino. La final se juega a las 4:00 p.m. y se transmitirá por BEIN Sports.

Las venas abiertas de la Copa América
Una campaña en redes sociales circula exigiendo que se guarde un minuto de silencio en memoria de las víctimas de las dictaduras argentina y chilena.

El gesto sería simbólico pues el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, donde se disputará la Copa, sirvió como centro de detención, tortura y ejecución de los prisioneros políticos luego del golpe de estado, patrocinado por la CIA de Estados Unidos, que derrocó al gobierno democrático del socialista de Salvador Allende e impuso al general Augusto Pinochet en el poder.

Dónde vivir la final
Los chilenos se congregarán en los dos locales de San Antonio Bakery, en Astoria y Long Island.
Los argentinos coparán la esquina de Junction Boulevard y Corona Avenue, en Flushing.

La venta de colores
Si nos guiáramos por la venta de camisas en Queens, dónde ambas se consiguen por $20, podríamos decir que el favorito para ganar es Argentina.

“Se está vendiendo mucho más la albiceleste que la roja”, dijo David Candia, propietario de Sports David Corp. en Roosevelt Avenue. “La gente está con Argentina, porque es su momento con Messi jugando”.

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