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Mexicano Kahwagi vuelve a hacer el ridículo en un ring

Tuvieron que pasar 10 años para que el mundo del boxeo volviera a quedar impávido ante las evoluciones -¿o tendré que decir involuciones?- del decadente von vivant, pseudopolítico y hazmerreír del deporte mexicano Jorge Kahwagi en los encordados.

En esta ocasión fue en Filipinas, una función en la que enfrentó al también mexicano Ramón Alejandro Olivas, visiblemente fuera de forma y con una apariencia física de risa, en contraste con el ‘robocop’ en el que se ha convertido Kahwagi, o en el que cree que se ha convertido gracias a evidentes implantes pectorales y en los hombros a sus 47 años de edad.

El ridículo comienza en el supuesto récord de Kahwagi, que ostenta record de 11 peleas todas supuestamente ganadas por knockout. El show continúa con las risas del público asistente al espectáculo que pronto ve caer al contrincante de Kahwagi después de un tímido y absurdo intento de intercambio de golpes más coreografiado para su lucimiento y que no logra parecer algo más que una caricatura deprimente de lo que debe ser el boxeo. El ridículo prosigue con el conteo de un réferi que no obstante haber dado las instrucciones a los contendientes en inglés, lo realiza en español. Olivas se levanta sólo para recibir más ‘castigo’ de quien termina ganando el combate por knockout técnico a los 57 segundos del primer asalto.

Los jueces Romeo Sumalapao, Arnaldo Quiachaon y Ceasar Gamboa deben ser tan falsos como este fiambre del boxeo, su paupérrimo rival, la función organizada por la empresa Ala Boxing, y la comisión de box de Cebú, Filipinas, donde tuvo lugar este espectáculo bochornoso y lamentable.

Nadie en el mundo del boxeo lo ha tomado en serio alguna vez. Kahwagi está enfermo de la cabeza si cree lo contrario o si en algún momento su mentira se ha convertido en su realidad, dentro y fuera del ring.

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