Obama realiza histórica visita a prisión federal para promover reforma judicial

Sistema judicial está roto y se ensaña contra hispanos y afroamericanos, dicen expertos  

Obama pidió un sistema que rehabilite y no criminalice a personas por delitos menores.

Obama pidió un sistema que rehabilite y no criminalice a personas por delitos menores. Crédito: Getty Images

Washington.- En busca de una escurridiza reforma de justicia criminal, el presidente Barack Obama realizó este jueves una histórica visita a una prisión federal en Oklahoma, donde nuevamente pidió un sistema que rehabilite y no criminalice a personas por delitos menores.
Bajo fuertes medidas de seguridad, Obama se convirtió en el primer presidente en funciones en visitar una cárcel federal, la correccional en El Reno, mientras crece el movimiento popular contra la encarcelación masiva en EEUU y, en particular, para exigir una reducción de las sentencias mínimas por delitos de droga menores.
El mandatario aprovechó la visita para reiterar el mensaje de que EEUU tiene que reevaluar si la encarcelación masiva “es la forma más inteligente de controlar el crimen y a la vez rehabilitar a individuos… tenemos que reconsiderar si sentencias de 20, 30 años o cadena perpetua por crímenes no violentos son la mejor forma de resolver estos problemas”.
“Su visita desde luego es histórica, y refleja la necesidad de ser más inteligentes sobre a quiénes y por cuánto tiempo encarcelamos. La reforma que resulte de sus esfuerzos, y lo que apruebe el Congreso, puede beneficiar en particular a las minorías negra e hispana“, dijo a este diario Todd A. Cox, analista de justicia criminal del Centro para el Progreso Estadounidense (CAP, en inglés).
“Una vez que salen en libertad, el sistema tiene que ayudar a eliminar barreras para su reinserción civil, facilitando sus oportunidades de empleo, vivienda y educación, con la idea de reducir el riesgo de que cometan más crímenes y regresen a la cárcel… como dijo el presidente Obama, hay personas que merecen una segunda oportunidad”, dijo Cox.
En la actualidad, líderes de ambas cámaras del Congreso sopesan proyectos de ley, por ejemplo, para reducir las sentencias mínimas obligatorias por delitos de drogas menores.

Un sistema roto

El sistema de justicia criminal en EEUU está roto, la red de prisiones federal cuesta más de $80,000 millones anuales –una tercera parte de todo el presupuesto del Departamento de Justicia- y se ensaña contra las minorías negra e hispana, que reciben sentencias más severas que sus pares anglosajones por el mismo delito.
Con una tasa de encarcelamiento cuatro veces mayor a la de China, Estados Unidos mantiene tras las rejas a 2.2 millones de personas, y los negros y los latinos conforman el 60% de la población carcelaria, pese a que son menos del 30% de la población en general.
A la cárcel también van a parar personas con enfermedades mentales, o personas condenadas por delitos menores como el impago de una multa de tráfico o conducir sin licencia. De hecho, unos 100 millones de estadounidenses tienen algún tipo de roce con el sistema de justicia criminal,
Según activistas pro-reforma, es igual de grave que unos 71,000 menores estén en la cárcel en vez de en la escuela, muchos de ellos enjuiciados como adultos.
El problema se agravó a la raíz del recrudecimiento de la lucha antidrogas en la década de 1980, con la adopción de leyes que han llenado las cárceles con personas sentenciadas a largas penas por delitos de droga menores.
Para Dan Berger, profesor de estudios étnicos de la Universidad de Washington Bothell, aunque la visita de Obama es histórica, la verdadera prueba de fuego será si logra echar a andar la escurridiza reforma.
“Aunque las autoridades locales y estatales deben poner de su parte, el presidente Obama también puede liderar en los esfuerzos por poner fin al aislamiento en solitario, la detención y deportación de indocumentados, y hacer más uso de su poder ejecutivo para conmutar sentencias“, dijo Berger en entrevista telefónica.
“La encarcelación masiva fue creada por políticos, fiscales y departamentos policiales hace medio siglo. Así como fue construida, se puede eliminar”, observó.
Los expertos coincidieron en que el Congreso debe agilizar la marcha de la reforma judicial, para comenzar a corregir la mancillada imagen de EEUU, que tiene menos del 5% de la población mundial pero tiene más presos que 35 países europeos en su conjunto.

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