La democracia en tiempos de crisis

La mejor herramienta para enfrentar una crisis económica siempre ha sido la democracia

Tanto que se ha hablado de la crisis económica, sea en Puerto Rico, Grecia o España.  Como si fueran casos aislados con soluciones distintas.  Vienen ofreciendo remedios varias instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Global, o cuerpos políticos como la Unión Europea, a pesar del rechazo unilateral por parte de nuevos partidos formados, como Syriza y Podemos, resultado de estas crisis.  Aunque parecen tener caras diferentes, tienen el mismo nombre y apellido, que es austeridad y neoliberalismo.

La mejor herramienta para enfrentar una crisis económica siempre ha sido la democracia.  El poder popular mediante procesos democráticos que promueven una participación cívica es lo que más asegura que se haga los cambios necesarios para frenar el derrame de sangre de esta herida mundial.  Las soluciones que realmente tendrán impacto en las vidas diarias de las personas más impactadas por las políticas económicas explotadoras impulsadas por los buitres fondos, bancos y “inversionistas” vendrán de ellos, no de los que provocaron estas crisis.

Nunca dudes el impacto que puede tener la participación activa y masiva de un pueblo informado y comprometido a llevar a su nación adelante, a pesar de pronósticos desoladores.  Lo vimos en Cuba en los días y años después de que triunfó la revolución, cuando el pueblo cubano se entregó a la tarea de formar nuevas instituciones sociales y políticas que reflejarían la gran diversidad del país y que trabajarían para que las necesidades y derechos de todos los cubanos se respetaran y se cumplieran.

Se ha visto en Venezuela donde se ha profundizado la democracia mediante un sistema electoral que se ha declarado el más transparente y efectivo del mundo. Para no esperar hasta elecciones, millones de personas forman parte de consejos comunitarios, que son alrededor de 40.000 en el país, donde los residentes de varias comunidades se reúnen a discutir las prioridades de su comunidad.

No hay mejor evidencia de políticas dañinas al pueblo donde el mismo no ha tenido chance ser escuchado que en Puerto Rico, donde actualmente enfrente una crisis económica  provocada por el abuso financiero de los buitres fondos y facilitado por ambos gobiernos.

Los derechos económicos y sociales son también derechos humanos que se deben respetar tanto como el derecho a ser libre de tortura o de esclavitud.  Negociar con nuestros derechos humanos para complacer a acreedores que ya se enriquecieron abusando de los mismos no puede ser opción viable.

La democracia facilita la transformación hasta en los momentos más críticos, siempre y cuando haya participantes. El mundo no aguanta más complicidad. Es tiempo de alzar nuestras voces.

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