Es hora de pensar en su testamento
Redactar un testamento puede tener un costo emocional, pero es también un acto de amor para la familia
Determinar cómo dividir su patrimonio sucesorio es una cuestión sumamente personal. La forma de distribuir sus activos entre sus herederos es muy importante, tanto desde el plano financiero como desde el plano emocional. Esto incide incluso sobre bienes que tienen un valor sentimental.
Nunca olvidaré cuando uno de nuestros clientes se acercó a nuestra oficina con sus hijos y comentó que había preparado una lista de efectos personales con sus respectivos beneficiarios. Uno de sus hijos dijo que esperaba que le hubiese tocado la sartén de hierro de fundición.
¿Quién habría imaginado que un objeto tan pequeño podría ser tan importante? Resultó ser que su madre todos los años le preparaba una torta invertida de piña en esa sartén para su cumpleaños. Los demás no tenían la más mínima noción de lo que significaba esa vieja sartén abollada para ese hijo.
No todas las distribuciones de activos son tan sencillas. Pero todas ellas afectan los sentimientos de las personas. Si a usted le importa cómo reaccionarán sus herederos llegado el momento en que se dé a conocer su testamento, incluso cuando no esté para presenciar el acto, piense qué impacto tendrá sobre sus seres queridos.
Redactar un testamento también puede tener un costo emocional para usted. A algunas personas les resulta difícil hacerlo ya que los hace enfrentar al hecho de que en algún momento van a morir. Otras personas incluso creen que redactar un testamento es tentar al destino. Hacer planes para lo que va a suceder cuando ya no esté es bastante difícil, pero no tener un plan es peor.
Según información disponible, casi el 50% de las causantes fallecen sin dejar un testamento, lo que significa que la distribución de sus activos se realizará según lo dispuesto por las leyes estatales. En la mayoría de los casos, esa distribución no responde a sus deseos. Además de trasladar a sus herederos una complicación legal, si no deja un testamento, su voluntad no se llevará a cabo. Por ejemplo, puede que su hijo no reciba esa sartén de hierro que tanto quiere.
Supongamos que ya se reunió con su abogado y redactó un testamento. ¿Ahí termina todo? Para algunos sí, pero para otros no. ¿Qué más puede quedar por hacer?
Recuerde que un plan sucesorio es un tema íntimo. ¿Pensó en sentarse con sus hijos y cerciorarse de que comprendan todo lo que usted ha hecho? No, no es necesario entrar en los detalles más íntimos de sus finanzas personales, pero sí debe hacerles saber, en términos generales, cuáles son sus deseos personales en cuanto a las disposiciones de última voluntad y explicarles a grandes rasgos qué sucederá.
¿Es propietario de una empresa con pocos accionistas en la que uno de sus hijos está involucrado y los otros no? ¿Tiene un plan sucesorio? ¿Le preocupa que su hija contraiga matrimonio con “ese vago” o que su hijo se case con “esa mujer”? ¿Prefiere entonces dejar sus activos en un fideicomiso, en lugar de transmitirlos directamente a los beneficiarios?
¿Está excluyendo a uno de sus hijos y posiblemente beneficiando a otros? ¿Qué hacer con ese hijo que está cuidando de usted en sus últimos años? ¿Sus otros hijos valorarán que tenga consideraciones especiales con él? Si decide dejar todo a una organización benéfica, ¿sus hijos lo entenderán? ¿Qué hacer con un hijo que tiene necesidades especiales? La lista es interminable.
¿Por qué no sentarse con los miembros de su familia y explicarles todo de antemano? Sin dudas, es algo difícil de hacer en muchos aspectos, pero es posible que mantenga a la familia unida.
– Ray Ferrara/AdviceIQ