Somos muy desagradecidos

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Crédito: Shutterstock

A todos nos ha pasado que nos levantamos “con el pie izquierdo”.  Desde que nos paramos de la cama, nos da un calambre, se nos derrama el café, recibimos un correo del jefe molesto y, aparte de todo,  encontramos un tráfico fuera de lo común. Pareciera que las cosas van de mal en peor y nos predisponemos a pensar: “estoy teniendo un día fatal; hoy es mi día de mala suerte…” y señores, como por arte de magia, tus palabras se convierten en realidad y tenemos el peor día de nuestras vidas.

Creo profundamente que la mayoría de las personas somos muy desagradecidas con lo que nos da la vida. El simple hecho de levantarnos por la mañana, abrir los ojos, ver la luz del sol y poder respirar ya es una razón para sentirnos felices. Pero no, nos enfocamos en lo que no tenemos,  haciéndonos promesas a nosotros mismos “voy a ser feliz cuando me den el aumento de sueldo en el trabajo… o voy a ser feliz cuando mi novio me proponga matrimonio”, y así se nos va  la vida lamentándonos del pasado, sufriendo por el futuro y olvidándonos de lo único que tenemos seguro: el presente.

Hace unos días me levanté un poco triste y estaba teniendo esos pensamientos que les describí hace unos minutos. Me fui a correr un rato y me encontré a un señor sentado en el piso haciendo unas pinturas hermosas y cantando para quienes pasaban por su lado. Al detenerme y verlo de cerca,  me di cuenta que el hombre no tenía brazos y que sus piernas no funcionaban para darle balance a su cuerpo, así que tampoco podía caminar. Me sorprendió muchísimo ver  la sonrisa con la que este hombre, todo un artista, pintaba con los dedos de sus pies sentado en la calle.

Yo venía corriendo, tengo mis dos manos, y todavía me sentía deprimida. Me molesté mucho conmigo misma de sentirme así cuando en realidad tenía muchas razones para ser feliz. Una de mis frases favoritas dice algo así: “Eres realmente rico cuando posees algo que el dinero no puede comprar”,  bueno, creo entonces que somos millonarios. ¿Qué tal tu familia? ¿Tu estado de salud? Bueno, me faltaría espacio para decirles las miles de razones por las cuales deberían de levantarse cada mañana agradecidos y felices de poder tener un día más de vida.

Estoy segura que los pensamientos positivos atraen solo eso, pensamientos y cosas positivas. No importa la circunstancia en la que estés, siempre habrán razones para sentirte agradecido por algo. Hasta en las peores situaciones podemos por lo menos decir, “gracias por haber aprendido la lección.”

¿Y tú? ¿Qué tan agradecido estás?

Espero sus comentarios,

Carolina Sarassa

@CarolinaSarassa

http://www.CarolinaSarassa.com

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Carolina Sarassa

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