Pánico y oportunidad por desplome de la Bolsa

Con esos dos sentimientos, dependiendo de la posición de cada inversionista, han abierto a la baja hoy unos mercados que se mostraron rotos desde primera hora de la mañana profundizando las serias caídas de la semana pasada.
Precedidos por una marea roja desde Asia que inundó Europa según abrían las bolsas, los índices de los mercados de Nueva York abrieron con soberanas caídas. El Dow Jones, el índice más volátil, comenzó el día dejándose más de 1,000 puntos. Una apertura histórica.
No fue el único, todos los índices se han teñido de rojo a lo largo de la mañana. Las materias primas profundizan sus caídas, solo el oro, un valor refugio se mantuvo. El dólar ha perdido parte de su fortaleza frente al euro y la libra. El rendimiento del bono a 10 años, otro de los valores refugios, ha caído por debajo del 2%, es decir que es donde muchos inversionistas decidieron poner su dinero y por ello recibieron menos rentabilidad. Los bonos funcionan a la inversa que las acciones en cuanto a su rendimiento.
Según ha ido transcurriendo la mañana los índices se han ido recuperando aunque la volatilidad ha seguido. A esta hora es muy difícil apostar por un cierre en pérdidas.
Y es que esta caída estaba augurada por el desplome mundial. Para muchos inversionistas con liquidez desde luego es una oportunidad abierta para aprovechar valores con descuento.
La Bolsa de 2015 no es la bolsa de los años noventa. Los giros de los mercados están amplificados por la forma en la que se compran y venden las acciones a través de programas de ordenador que dan órdenes de compras en nano segundos (el llamado High Frequency Trading) y los efectos de los ETF, unas acciones que son índices y que funcionan como un eco. Ningún movimiento es ya leve en los mercados. Quienes leen pánico venden para perder, quienes ven oportunidad y tienen el dinero para aprovecharla, juegan.
Y ¿de dónde viene esta marea roja?
Los mercados descuentan escenarios futuros y este no es muy brillante para la segunda economía del mundo. China, está registrando una fuerte ralentización y ha dejado de ser la segunda locomotora del mundo. Con eso, lo que más sufre son las economías de los países emergentes, algo que ya han notado los mexicanos, peruanos o colombianos residentes en EEUU y que están mandado dinero a sus respectivos países. Sus divisas están cayendo porque sus economías basadas en ventas de materias primas están aquejadas de los efectos en la demanda que tiene el patrón chino.
El petróleo sigue cayendo porque la demanda no es tan grande como la oferta pero los productores no quieren perder cuota de mercado y no cierran los grifos por los que sale el oro negro.
La economía americana es la única locomotora mientras experimenta la recuperación postcrisis más larga y lenta de su historia reciente.
A cierre de esta crónica el Dow Jones caía 388 puntos, el Nasdaq 133 y el más estable S&P 500 unos 50, muy lejos de los mínimos dramáticos del día.