La primera fue Althea

Empezó el US Open de tenis y mientras todas las miradas están puestas en la super estrella Serena Williams (¿ganará el Grand Slam?), una película del director y productor Rex Miller coloca en vitrina a una mujer que fue descrita en su momento como la Rosa Parks del deporte y la versión femenina de Jackie Robinson.  El documental Althea se estrena este viernes 4 de septiembre vía PBS (9:00pm EST), como parte de la serie American Masters. No hay que ser fan del deporte, ni mucho menos del tenis, para apreciar y valorar este documento histórico.

Por que mucho antes de Serena y Venus Williams, Zina Garrison, James Blake, Katrina Adams, Lori McNeill, Chanda Rubin, Arthur Ashe, Kanye West, Usher, Oprah Winfrey, una mujer -adelantada para esos días- superó la pared racial en ese deporte tan exclusivo y llegó a la cima más alta del mismo. Cuando se alejó de la raqueta buscó nuevos caminos y se reinventó muchísimo antes de que esa palabra se pusiera de moda.

Althea Gibson nació el 25 de agosto de 1927 en una plantación de algodón en Claredon County, South Carolina, y murió el 28 de septiembre de 2003 en East Orange, NJ.  Creció en Harlem, Nueva York. En adelante su vida fue, precisamente, como en las películas.

A grandes rasgos: fue la primera tenista de color en ganar los torneos de tenis más prestigiosos del mundo (US Nationals, Wimbledon, Francia y Australia), en una sociedad segregada y dividida donde la barrera racial era más alta que hoy. Decepcionada por la falta de oportunidades dejó el tenis y probó suerte -y destacó- en el golf (la primera mujer negra en unirse al tour profesional) y abrió shows para los Harlem Globetrotters. La música era otra de sus habilidades, le venía natural: destacó con el violín y el saxofón, grabó un disco y se presentó en programas  populares de la época como el Ed Sullivan Show. Ah, y llegó al cine a trabajar junto al legendario director John Ford.

Con motivo de la “Semana de Althea Gibson“, que coincide con el Open, Miller rescata del olvido a esta pionera y leyenda. Ha presentado el documental en varias salas y centros comunitarios de la ciudad, incluidos Schomburg Center for Research in Black Culture de New York Public Library y el West Side Tennis Club de Forest Hills, donde Gibson ganó el primero de sus grandes títulos.

De las plantaciones de algodón, a las calles de Harlem y la cima más alta del deporte.

¿Cuál es tu conexión con la historia?

Por una fotografía de 1958 de mi mamá con Althea en un club de tenis en las afueras de Filadelfia. Era un lugar muy exclusivo y restringido a las personas de color, que no podían entrar ni ser socios de ahi. Pero ellas pudieron participar en el torneo porque eran muy buenas jugadoras. De hecho, ¡Althea había ganado Wimbledon! Por esa fotografía, me reconecté con Althea, su historia, hice mucha investigación. ¡Y aquí estamos! En Forest Hills, a más de 60 años de la primera vez que ella pisó este histórico lugar por primera vez.
¿Por qué es tan importante su historia?
Por muchos motivos, ella nació en un lugar muy pobre, su familia recogía algodón en las plantaciones, y treinta años ella recibe el trofeo de Wimbledon de mano de la Reina Elizabeth. Y por eso pensé que era una gran historia, además de otras cosas que hizo Althea.
Solo en dos ocasiones la Reina ha asistido al torneo, ¿no?
Así es, solo dos veces. Una de esas ocasiones, en 1957 le entregó el trofeo a Gibson. ¡Imagínate, una chica negra de las plantaciones de algodón, a Harlem, recibiendo la copa de la Reina y en aquella época! Es increíble, muy especial.

¿Vas a presentar el documental estas semanas del Open?

Eso sería lo ideal, pero lamentablemente no podrá ser. Lo pasamos en el Athena Film Festival en febrero pasado aquí en Nueva York.

¿Conoce Serena del mismo?

Le enviamos una copia.

¿Qué te gustaría lograr con el documental?

Althea fue, es un ícono, por lo que hizo más allá del tenis, por los derechos civiles, hoy más que nunca. Ella debe ser reconocida como tal. Y es hora que la USTA y el National Tennis Center tengan un espacio en su nombre, como lo hicieron con Arthur Ashe, Billie Jean King, Louis Armstrong y otros.  Althea no debe ser olvidada.

El Presidente Obama y la Primera Dama han manifestado su admiración por Althea Gibson. ¿Has pensado enviarles una copia?

¡Sí, claro! Ojalá se concrete hacer un “screening” en la Casa Blanca.

Al pensar en esa posiblidad, se le iluminan los ojos a Rex Miller. Al fin y al cabo, los sueños a menudo se convierten en dulce realidad.

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El afiche del documental.

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El director y productor Rex Miller la noche de la presentación en Forest Hills. @Marcela Álvarez

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Danna Lennon-Thomas, parte del equipo de producción, durante la proyección del documental en Forest Hills. @Marcela Álvarez

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Fans se detienen a ver la placa en honor de Althea Gibson en el “Court of Champions” del US Open en Queens. @Marcela Álvarez

Cuando en 2007 Gibson fue exaltada al “Court of Champions” en Flushing Meadows, el comunicado oficial la recordó así: “Cada vez que uni niño negro, o un niño hispano o musulmán agarra la raqueta por primera vez, Althea está tocando otra vida. Cuando ella empezó a jugar, menos del cinco por ciento de los recién llegados a este deporte eran minoría. Hoy, el treinta por ciento son minoría, de los cuales dos tercios son afroamericanos. Ese es su legado”.

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