Mientras la guerra civil en Siria entra en su cuarto año, una serie de actores de la comunidad internacional buscan iniciativas de paz.
PorMariano Aguirre (*) Especial para BBC Mundo
La guerra ha costado 200.000 muertos, 18 millones de víctimas entre refugiados y desplazados interiores y una gravísima destrucción de infraestructura. De nuevo, varias partes accedieron a reunirse para buscar el fin del conflicto bélico en Siria. La cita ha sido en Moscú, donde el gobierno sirio y algunos sectores de la oposición han aceptado reunirse.
Es difícil que haya avances en el corto plazo pero factores que afectan a varios de los terceros países claves, especialmente Rusia e Irán, podrían generar un diálogo político.
Debido a los repetidos fracasos en las conferencias de Ginebra 1 (2012) y 2 (2014), las expectativas de los actores internacionales son cada vez más moderadas, orientándose a lograr ceses el fuego, acuerdos humanitarios parciales que impliquen a sólo algunas de las partes en conflicto y treguas, con la expectativa de escalar luego a niveles más ambiciosos.
Pero las dificultades son muy fuertes. En primer lugar, la guerra tiene una gran diversidad de protagonistas y frentes.
Las fuerzas armadas del gobierno (y los grupos paramilitares que ha creado) y las milicias de Hezbolá luchan contra más de 1.000 grupos armados, según el seguimiento que hace el Carter Center de Atlanta (Estados Unidos).
Varios de estos grupos luchan entre sí por liderazgo político sobre determinadas regiones, acceso a recursos económicos o enfrentamientos étnico-religiosos (sunitas contra chiitas).
Varios grupos de oposición están luchando en Siria, algunos con objetivos distintos.
Muchas de las milicias tienen una agenda política que va más allá de Siria y están formadas por sirios y militantes de otros países de Oriente Medio y Europa.
Estos grupos cambian constantemente de configuración y alianzas, dificultando para mediadores internacionales las posibilidades de establecer con ellos diálogos políticos.
Diferentes milicias reciben o han recibido fondos, armas, facilidad para cruzar fronteras, especialmente desde Turquía, e infraestructura de una serie de países como Irán, Arabia Saudita, Qatar y Turquía, además del apoyo en armas ligeras y asesoramiento militar que le dan EE.UU. y algunos países europeos al Ejército de Siria Libre.
En algunos medios diplomáticos se considera que hasta que Irán y Arabia Saudita no pacten será difícil lograr un acuerdo de paz en Siria.
La presencia del Estado Islámico hace más necesario este acuerdo estratégico.