La lucha de los que quieren el diploma

Los consejos de los que dijeron “sí se puede”

Nueva York- Cuando llegó de República Dominicana, a los ocho años, Marty Estrella no tenía problemas en la escuela. Pero el tiempo haría las cosas difíciles. Su padre trabajaba muchísimo para mantenerlo a él y a sus hermanos. “Me lo pasaba mucho solo, comencé a estar con amigos que no me beneficiaron nada. Mis calificaciones bajaron”, recuerda Estrella, hoy de 19 años. “Llegué a caer preso un par de veces… Nunca nada serio. Mientras tanto, mi padre me daba comida, aunque a veces él se quedaba sin comer”.

A pesar de los esfuerzos de su padre y de los propios por salir de ese ambiente, parecía que Marty se iba a unir a los miles de latinos que no terminan la escuela, un problema a tener en cuenta en estos primeros días de clases. En Nueva York, el 68.4% de los estudiantes se gradúan de la escuela en cuatro años, pero entre los latinos la cifra baja al 61.4%. El índice de deserción escolar entre hispanos llega a ser el más alto por raza: 12.7%. Sin embargo, Marty Estrella terminaría siendo parte de un tercer grupo: los 25.9% de latinos que logran la graduación en cinco o más años.

“Donde hay altas concentraciones de pobreza también existe una tendencia a dejar la escuela”, explica Adriana Villavicencio, profesora de NYU e investigadora del Research Alliance for New York City Schools, quien dice que no sólo el idioma es un problema. “Pero si vienes del extranjero esto suele traer más problemas. Hay diferencias culturales y falta de familiaridad con el sistema escolar”.

En el caso de Marty Estrella, hubo un momento donde vio demasiada delincuencia e incluso muertes de cercanos, donde se dio cuenta de que debía cambiar. Pero, según explica, nada de esto habría sido posible sin el apoyo de sus profesores, en la escuela Washington Heights Expeditionary Learning School. “La escuela es una comunidad muy cercana, donde todos nos conocemos”, explica David Lezner, uno de los profesores de Estrella. “Él debió enfrentar mucha ansiedad cuando trató de organizar todo y mantenerse en control de sus estudios. Pero no tuvo miedo de pedir ayuda, algo que no siempre es tan fácil”.

Ricardo Acosta, otro dominicano que tuvo una situación similar y que se graduó recientemente, dice que el trabajo puede hacer las cosas difíciles “He tenido varios amigos en esta misma situación, donde te ves obligado a trabajar y estudiar. Muchos no pueden terminar, pero muchos sí”, dice Acosta. “Hay que encontrar un balance entre trabajo y estudio”. Además, dice, no hay que confiarse en que se puede vivir sin terminar la escuela. “Más adelante, cuando tengas una familia, vas a necesitar más dinero y un mejor sueldo”.

Hay muchas escuelas, en todo caso, que están pensadas especialmente para situaciones donde los estudiantes deben trabajar para ayudarse a sí mismos o a sus familias y los expertos recomiendan informarse. “Muchos de los estudiantes que llegan a Nueva York no sólo están algo atrasados, sino que tienen que trabajar”, dice Michael Toise, director del Manhattan Comprehensive Night and Day High School, una escuela especialmente pensada en personas que necesitan de estos apoyos. “Nosotros les conseguimos pasantías pagadas en hospitales, negocios locales y el Departamento de Parques”. Toise dice que el esfuerzo vale la pena y las graduaciones son un momento especialmente emocionante.

Pese a esto, Marty Estrella pensó en no asistir a la suya. “Todavía tenía algo de vergüenza, yo sabía que podría haber salido antes”, dice el joven. Cuando fue, en todo caso, su padre y sus maestros lo vieron con una gran sonrisa en su rostro, la misma que continúa ahora, que comienza la universidad. “Me debería demorar cuatro años, pero no hay apuro”, dice Estrella con la confianza de alguien que ya pasó por una prueba de fuego. “Si completo mi meta, no importa cuánto tarde, me voy a sentir bien”.

Los consejos de los expertos

A veces, terminar la escuela puede ser muy difícil, ya sea por problemas de dinero, familia u otros temas personales, pero en Nueva York hay escuelas y asistencias que permiten lograrlo, a pesar de todo. “Yo llamaría a los padres a hablar con los consejeros de la escuela de sus hijos, para conocer todas las opciones que existen”, dice Terri Watson, académica de la Facultad de Educación del City College of New York. “Diferentes situaciones requieren diferentes acciones”.

Existen opciones como los Young Adult Borough Centers, donde se ayuda a adultos a conseguir el diploma. Para más informaciones, se puede llamar al 311. Y también hay escuelas, como las anteriormente nombradas o el School of Cooperative Technical Education, donde no sólo se educa, sino también se prepara para empleos específicos.

Ni el problema más grande es excusa

El embarazo adolescente puede ser otro problema a la hora de terminar los estudios. “Sin embargo, si eres un padre en Nueva York, tienes derecho a cuidado del niño”, dice Tim Lisante, superintendente del distrito escolar 79. “A veces, toma más tiempo, cinco o seis años”. Sin embargo, es posible y, además, hay apoyos con trabajadores sociales como parte del programa Lyfe.

Conflictos con drogas o con la justicia también suelen dificultar la educación. Los académicos piden que se acerquen a autoridades, consejeros y maestros, porque todo se puede solucionar. “Hoy tengo a alrededor de 300 estudiantes que, en paralelo, se encuentran en tratamientos diurnos de rehabilitación. Nosotros los ayudamos a mantenerse en el camino para obtener el diploma mientras están en esta intervención”, explica Lisante. “Lo importante es nunca rendirse. Nosotros no nos damos por vencidos”.

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