Alto Manhattan vive “martes gigante” con Don Francisco

Don Francisco desvela el cartel con su nombre en una calle en el Alto Manhattan.

Una muchedumbre enardecida recibió a Don Francisco en Washington Heights para el develizamiento del letrero de una calle que desde hoy lleva el nombre del popular presentador del programa de televisión Sábado Gigante, el cual termina sus trasmisiones el 19 de septiembre luego de 30 años. Un tratamiento de ídolo de multitudes recibió el chileno durante el evento en la avenida Broadway con la calle 168, al que asistieron funcionarios electos de la ciudad.

“En nombre del Concejo y del Alcalde, queremos reconocerlo por su humanidad. Usted ha descubierto talentos, ha unificado familias y ha estado presente cuando ha habido desastres mundiales. Hoy lo reconocemos”, dijo el concejal Ydanis Rodríguez, representante del área.

Mario Kreutzberger (74) agradeció con humor por sentirse en las “alturas” de Manhattan, a 265 pies de altura sobre el nivel del mar. “Durante 30 años los hemos acompañado semana a semana. Me siento muy honrado”, dijo el presentador.

El asambleísta Guillermo Linares dijo que Don Francisco era un ídolo para su madre que llegó de República Dominicana en la década de los sesenta. “Por su corazón y su humanidad nos deja un legado. Aprovechó la oportunidad para proyectar la identidad latina”, manifestó Linares.

Don Francisco dijo a El Diario que le encantaba lo que había hecho estos 30 años. “Siempre hicimos cosas nuevas, nos incorporamos a las redes sociales, nos adaptamos a la era digital”.

Ni hablar de retiro. El presentador anunció que seguirá trabajando en la televisión: “Acá, en Chile, en todas partes. Termino el ciclo el 19 y luego estoy preparando la Teletón de Chile”.

No marcó senderos para el futuro de Sábado Gigante tras su partida. “Esa dirección no puedo darla yo, sino el público”. Tampoco le da mucho peso a la innovación. “Los elementos de la televisión moderna ya están introducidos, deben ser los mismos. La cuestión es cómo se mezclan”, comentó.

Generaciones de fanáticos

Por partida doble la peruana Elvira Rodríguez tiene recuerdos gratos de Sábado Gigante. En 2006 su hija Karen Rodríguez ganó un concurso musical por tocar una trompeta. Tres años después, esta misma hija escribió al programa que promovió el reencuentro de su madre divorciada con su amor de juventud en Lima con quien se había reconectado gracias al internet.

“Ambas familias se interpusieron a mi amor con Luis Melgar Berríos a quien dejé de ver por 38 años. Pero en 2009 nos juntaron en Miami y desde entonces no nos separamos”, narra la repostera de profesión. “Inclusive Luis ayudó en la crianza de mi hija menor”.

Mujeres como las dominicanas Clara Rosario (68), Griselda Santana (72) y Teresa Vásquez (50), junto a la colombiana Graciela Vélez (76), dijeron no recordar ningún sábado sin ver Sábado Gigante. Ellas, junto a cientos de fans madrugaron el martes para estar cerca a Don Francisco Boulevard antes de las 6:30 a.m., y quedar dentro del triángulo donde queda la señal y así evitar que las sacaran fuera de las vallas de seguridad.

“Me quitaron una parte de mi vida, eso es lo que yo hago todos los sábados”, dice Santana.

“No me imagino quién lo podrá reemplazar”, opina Vélez.

En primera fila, apoyado en la valla de contención, Alex Santana (19) recuerda que veía el programa desde niño con los padres, hermanos y primos. “Me gustaban todos los segmentos” comentó el estudiante de último año de bachillerato.

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