Alcaldía presenta resultados agridulces de sus agencias

Con cifras, la administración De Blasio mostró una caída en crimen, fatalidades de tráfico y quejas contra el NYP

Departamento de Policía, NYPD: Los siete crímenes mayores cayeron un 5.6%.

Departamento de Policía, NYPD: Los siete crímenes mayores cayeron un 5.6%. Crédito: Archivo.

La administración de Bill de Blasio fue mensajera de sus propias noticias tras presentar el Reporte Administrativo del Alcalde (Mayor’s Management Report) para el año fiscal 2015, que consiste en un análisis del desempeño de las agencias de la Ciudad desde el 1 de julio de 2014 hasta el 30 de junio de 2015. Hubo buenas y malas noticias en áreas en las que la ciudad está siendo permanentemente cuestionada.

“Desde una caída en los crímenes mayores y en las fatalidades de tráfico hasta un incremento en las ayudas a los pequeños negociantes y a los jóvenes indocumentados, estamos orgullosos de ver mejoras”, dijo el Alcalde al compartir el reporte. El mandatario agregó que continúa el foco en alcanzar más equidad para crear una ciudad justa y accesible para todos los neoyorquinos.

Algunos puntos de mejoría son:

Departamento de Policía, NYPD: Los siete crímenes mayores cayeron un 5.6% (de 110,023 a 103,872); crímenes en las escuelas bajaron 6.1% (de 654 a 614). Los crímenes en los edificios públicos han bajado 8.8% y 35.7% en los treinta parques más grandes de la ciudad.

Departamento de Transporte, DOT: Las muertes en general en las calles bajaron un 12.6% (de 285 a 249); las muertes de conductores cayeron 38.7% (de 93 a 57) y de peatones disminuyeron 9.5% (de 158 a 143).

Junta Civil de Revisión de Quejas (CCRB): Las quejas por mala conducta policial bajaron 25.3% (de 5,573 a 4,165).

Departamento de Asuntos para el Consumidor, DCA: Las violaciones bajaron 40% de 19,888 a 11,923, al igual que las multas cayeron 51.5% (de $32.5 millones a $15.75).

Como se anticipaba por el despliegue mediático reciente, los puntos negativos del reporte se enfocan principalmente en la población más vulnerable.

El número de familias con niños que ingresaron al sistema de refugios subió un 7%, de 11,848 a 12,671 personas. El número de adultos que también buscaron cobijo aumentó un 3%, de 17,547 a 18,091. Además tanto las familias como los individuos se están quedando más tiempo en los refugios.

Otra señal de la pobreza se ve en que más neoyorquinos requirieron asistencia pública, 360,000, un 7% más que el año fiscal anterior.

Otros indicadores

95% de los restaurantes obtuvieron “A” en las inspecciones sanitarias, comparado con 90% del año anterior.

4,104 menores ingresaron al sistema de hogares temporales, comparado con 4,501 el periodo anterior, lo que muestra una caída del 8.8%. Hay en total 11,098 menores en el sistema de ACS.

La asistencia para menores inmigrantes indocumentados subió 30.2%, de 5,422 a 7,058.

Diversas reacciones

Mina Malik, Directora Ejecutiva del CCRB, destacó que las quejas a la junta estaban en su punto más bajo desde 2001, cuando hubo 4,251 reclamaciones. “Atribuimos esto a la caída en las interacciones entre agentes de la ley con los civiles, a un mejor entrenamiento y al comienzo del cambio en la cultura del NYPD hacia los civiles”.

Josmar Trujillo, de la organización ‘Neoyorquinos contra Bratton’, opinó en sentido contrario. “El número menor de quejas nos indica que la gente ha perdido fe en el proceso después de que liberaron de culpa a la persona que mató a Eric Garner. Además la junta registró más de mil quejas por estrangulamiento antes de que Garner muriera, sin que responsabilizara a ningún policía”.

El activista criticó además que Bratton haya tratado de disciplinar oficiales apenas en una cuarta parte de los casos en los que CCRB recomendó un castigo, una cifra aún menor que la de Ray Kelly, el antecesor.

Priscilla González de la organización ‘Communities United for Police Reform’ dijo a El Diario que hasta que los policías sean responsabilizados por abusar de civiles, a los neoyorquinos les seguirá faltando fe en el CCRB como una entidad de supervisión fuerte e independiente”. González añadió que ni los planes de reentrenamiento ni la “policía comunitaria” sustituían responsabilizar a los oficiales.

Con respecto a las cifras sobre los desamparados, Jaslee Carayol, vocera del DHS, escribió que “el departamento estaba comprometido a que siguieran bajando las cifras de personas en los censos de los refugios, intentando detener el fenómeno antes de que ocurriera, con programas de prevención. También moviendo personas de los refugios a vivienda permanente a través de programas de asistencia a las rentas”.

Carayor enfatizó que el programa ‘Homebase’ era esencial para detener la ola de los hogares que ingresan a refugios y han visto los resultados a sus esfuerzos al agregar nueve oficinas y dos programas de apoyo el último año.

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