La rebeldía de Playboy México y la boyante industria del sexo

El mercado mexicano aún no llega al 90%de acceso digital como en Estados Unidos, afirma directivo en México

México –  A muchos mexicanos les gusta consumir pornografía y ver desnudos. Gastan al año alrededor de 600 millones de dólares; acuden por miles a la feria del sexo que cada año se realiza en el Distrito Federal y el 10% de los trabajadores de las empresas utilizan parte de su tiempo laboral a ver sexo explícito o mujeres sin ropa, una conducta que los deja segundo lugar mundial sólo después de los chinos.

Así que el anuncio de Playboy Estados Unidos acerca de que no publicará más mujeres desnudas en sus revistas contrastó con la decisión de Playboy México que se matuvo firme de conservar la publicación de fotos de sus chicas en cueros a pesar de la boyante competencia.

El director local, Alfredo Cedillo, explicó que es una decisión corporativa debido a que el mercado mexicano aún no llega al 90%de acceso digital como en Estados Unidos y porque al lector “le gusta ver en la portada a la conductora que ve todos los días” en televisión, como son muchas de sus modelos.

De este modo, en México se sigue repartiendo el pastel entre los 340 millones de clics en páginas pornográficas en México, los 100,000 lectores mensuales de la revista impresa Playboy y otros tantos para los coleccionistas de otras poblicaciones para adultos como H o Maxim que también tienen por miles las visitas web.

Amén del consumo, en los últimos 10 años, México a saltado de lleno a hacer sus propias producciones con10 casas productoras que realizan alrededor de 60 filmes al mes, entre ellas, SexMex que organiza la Exposex, la feria del sexo en la Ciudad de México, la convención de pornografía más importante de América Latina.

Héctor Reyes, director porno mexicano, considera que en el país la industria tiene mucho potencial porque “hay muchos artistas que quieren trabajar en el medio y a la par hay muchos consumidores, además de que hacemos trabajos mucho más reales”, esto a diferencia de las escenas sobreactuadas producidas en lugares como EEUU que domina interacional.

De Guadalajara, Jalisco, por ejemplo, saltó a la fama Frida Santé, quien después de hacerse de cierta fama como bailarina de tabledance decidió salir de ahí con su par de tacones y vestidos escotados para buscar suerte en la industria pornográfica en México y luego en Estados Unidos. Apoyada siempre por su esposo que no vio otro negocio mejor para su mujer quien actualmente gana alrededor de 900 dólares por escena.

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