La mujer que huele el Parkinson, pero no lo detectó en su marido

Joy Milne descubrió hace unos años por casualidad que podía oler la enfermedad en los enfermos de Parkinson

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El Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa que afecta la capacidad de caminar, hablar y dormir. Crédito: Shutterstock

La australiana Joy Milne tiene un superpoder que podría cambiar la manera en que se diagnostica el Parkinson, una enfermedad neurodegenerativa que hace que los afectados tengan dificultades para caminar, hablar y dormir.

No existe cura ni hay una prueba definitiva de diagnóstico, pero Joy descubrió hace unos años por casualidad que podía oler la enfermedad en los pacientes. Su propio marido, Les, murió en junio a los 65 años.

Joy Milne, escocesa que puede oler la enfermedad del Parkinson

Tenía Parkinson, que le había sido diagnosticado hacía 20 años, pero en aquel momento Joy no era consciente de su superpoder, aunque sí sabía que su sentido del olor era particularmente sensible. “Sabía que podía oler cosas que otra gente no podía”, le dijo a la BBC.

Cambio en el olor

Joy notó que algo había cambiado en su marido mucho tiempo antes de que le diagnosticaran esa enfermedad: concretamente unos seis años antes.

Su olor cambió y era difícil de describir. No fue algo repentino, fue muy sutil, como un olor a almizcle“, recuerda. “Me venía ocasionalmente”.

Joy Milne, escocesa que puede oler la enfermedad del Parkinson

Pero Joy solo logró relacionar ese olor con el Parkinson cuando se unió a una organización sin fines de lucro de apoyo a esa enfermedad y empezó a conocer a gente que olía de la misma manera. Por casualidad les mencionó esa percepción a unos científicos durante una charla y estos quedaron intrigados.

Tanto que la Universidad de Edimburgo, en Reino Unido, decidió ponerla a prueba. Allí descubrieron que podía decir con mucha precisión quién tenía la enfermedad.

Más precisa que un diagnóstico tradicional

El doctor Tilo Kunath, investigador sobre el Parkinson en la facultad de biología de esa universidad, fue uno de los primeros científicos con los que habló Joy. “La primera vez que la pusimos a prueba utilizamos a seis personas que tenían Parkinson y seis que no“, recuerda.

“Les hicimos vestir una camiseta durante un día y después las recogimos, las pusimos en bolsas y les pusimos un código”, describe. “Joy tenía que decirnos quién tenía Parkinson y quién no. Su precisión fue de 11 sobre 12. Estábamos bastante impresionados”, dice. Pero algo estaba a punto de sorprenderlos aún más.

El doctor Tilo Kunath, investigador sobre el Parkinson en la facultad de biología de la Universidad de Edimburgo
El doctor Tilo Kunath y sus compañeros de investigación se quedaron muy impresionados con la capacidad de precisión de Joy. Foto: BBC

“Identificó a los seis que sí tenían Parkinson, pero además insistía en que uno de los individuos sanos del grupo de ‘control’ tenía la enfermedad”. Ni el propio individuo en cuestión ni los investigadores lo consideraban entre los participantes enfermos.

“Pero ocho meses después me dijo que le habían diagnosticado Parkinson”, cuenta Kunath. “Así que Joy no había acertado 11 de 12, sino 12 sobre 12 en aquel momento. Eso nos impresionó mucho y decidimos investigar más este fenómeno”.

En pruebas sucesivas Joy identificó a los enfermos con un 100% de precisión.

Buscando la “firma molecular”

Ahora, la organización sin ánimo de lucro Parkinson’s UK está financiando una investigación en Manchester, Edimburgo y Londres en la que participan unas 200 personas con y sin la enfermedad.

Parkinson

Los científicos creen que los cambios en la piel de la gente que tiene Parkinson en su etapa temprana producen un olor particular vinculado a la enfermedad. El olor que percibimos está hecho de moléculas volátiles que se desprenden fácilmente de las superficies, como la piel, y se mueven por el aire. Esas moléculas son lo que nosotros detectamos cuando olemos algo.

Los investigadores están analizando y midiendo los metabolitos del olor de los pacientes con Parkinson, a partir de muestras extraídas de camisetas usadas. Esos metabolitos son las moléculas que produce nuestro cuerpo durante los distintos procesos biológicos.

Lo que los investigadores esperan ahora es poder identificar la “firma molecular” del aroma de los enfermos para desarrollar una prueba simple que diagnostique la condición, tomando, por ejemplo, una muestra de la frente.

Potencial transformador

Lograr un test simple para el diagnóstico del Parkinson puede transformar las vidas de los pacientes, según Katherine Crawford, de Parkinson’s UK. “Es una enfermedad increíblemente difícil de diagnosticar”, dijo.

Joy Milne, escocesa que puede oler la enfermedad del Parkinson, con su marido Les
Joy espera que su superpoder pueda ayudar a marcar una gran diferencia para las familias que en el futuro empiecen su propio viaje con el Parkinson. Foto: BBC

“Hoy en día todavía la diagnosticamos a efectos prácticos de la misma manera en que lo hacía el doctor James Parkinson en 1817, es decir, observando a los pacientes y sus síntomas”, comentó. “Una prueba simple como ésta podría acortarlo todo, le permitiría a la gente ir a ver a un especialista, hacerse una muestra y salir de la consulta con un diagnóstico claro de Parkinson”.

Todo empezó como un descubrimiento casual, pero Joy espera que su superpoder pueda ayudar a marcar una gran diferencia para las familias que en el futuro empiecen su propio viaje con el Parkinson.

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