Nerviosos pero preparados para afrontar el huracán Patricia
Personas que viven en la zona donde impactará el ciclón dicen que se preparan para lo que pueda suceder
Los negocios han cerrado y se han resguardado en Puerto Vallarta ante la llegada del huracan Patricia. Crédito: Captura | Twitter
Francis López Contreras y su esposo Jesús Antonio Sosa Echebiarrena se levantaron temprano a poner cinta adhesiva canela en forma de cruz en sus ventanas. “Así, si las ventanas se revientan por el aire, no explotan y nos hacen daño”, dice Francis, quien junto con su esposo y sus dos hijas residen en Nuevo Vallarta, a donde se esperaba la llegada del poderoso huracán Patricia en México este viernes.
López Contreras dice que su mayor temor es que se desborde el río Ameca y provoque inundaciones.
“Estamos tranquilos de momento. Apenas llueve finito, y no hay aire, pero en las tiendas como Walmart donde trabaja mi esposo era una locura. La gente arrasaba con todo, andaba muy compulsiva con las compras. Yo ya tengo suficiente comida, agua y lámparas”, cuenta.
Esta mexicana dice que ya todo está cerrado en espera de la llegada del huracán. “Mucha gente ha sellado sus ventanas con madera y Protección Civil nos avisó que quitarán el servicio de luz y agua a las dos de la tarde por seguridad. Han recogido la basura de las calles para evitar que los drenajes se vayan a tapar. Han limpiado todo”, comenta.
Nerviosismo
Miguel Pérez Garcia, un artista dueño de un taller de grabado en Chacala, Nayarit, una comunidad turística en la playa, a una hora y media de Puerto Vallarta, se llevó a sus dos hijas pequeñas y a su esposa a un hotel alejado del mar para mayor seguridad ante el huracán Patricia.
“Yo decidí quedarme aquí, para cuidar la propiedad que con tanto esfuerzo hemos construido, porque aquí se ha quedado solo y nunca faltan los ladrones ya que pasa todo”, comenta el pintor.
Confiesa que está nervioso “lo normal. Aunque llueve desde anoche, el mar observa una calma terrible y el cielo está gris”, dice Pérez García cuya casa está a 80 metros (262 pies) de la playa, y desde donde la puede ver.
“Estoy en medio de una zona de muchos árboles y vegetación. Eso sí nos da miedo que se puedan caer”, comenta.
Junto con otros vecinos que decidieron quedarse a cuidar sus casas, está preparado para una eventual emergencia. “Tenemos los autos afuera listos para salir si hay necesidad de evacuar, y hasta con machetes y otras herramientas para cortar cualquier obstáculo en el camino”, observa.
