Tips para no “reventar” con la cena de Thanksgiving

Algunos tips de salud -y de etiqueta- que pueden evitarte malos ratos esta noche

plato vacio

No comas como si fuera el último día de tu vida. Crédito: Shutterstock

Una cena de Thanksgiving que consiste en pavo con gravy, puré de papas, salsa de arándano y pastel de calabaza puede convertirse, al igual que Navidad, en un exceso de ingesta de comida y bebida que, con la acumulación derive en unas libras de más.

De acuerdo con estudios de la Universidad de Illinois, la carne del pavo es una de las más bajas en grasas y altas en proteína, además de ser una fuente importante de hierro, zinc, fósforo, potasio y vitamina B, sin embargo, al comerse con piel incrementa su aporte calórico.

Por ejemplo, en el reporte se indica que 100 gramos de pechuga con pellejo aporta 194 calorías, mientras que comerla sin piel las reduce en 30 unidades. Asimismo comer las piernas o las alas tienen 213 y 238 calorías respectivamente.

Scott Kahan, director del Centro Nacional de Peso y Bienestar de Estados Unidos, dijo anteriormente a The Huffington Post que pasarse un poco de la raya durante este día, o en Navidad o quizá en Año Nuevo, no afectará directamente la salud ni la imagen de las personas, y sobre todo es importante que no se sienta culpa.

“Hay otros 364 días de comidas en las que se puede ser cuidadoso, no dejes que una cena te haga sentir culpable”, dice. “Incluso si comes este Día de Gracias más que lo que has comido en algún día de toda tu vida, la posibilidad de ganar más de una libra (medio kilo) o una libra es improbable. En el peor escenario, no se ha hecho daño a la salud. No se ha arruinado todo tu bienestar y peso”.

El pavo y el sueño

pavo
No culpes al pavo de tus ganas de dormir.

De acuerdo con Kim Larson, dietista registrada de Seattle, hay una creencia extendida de que el triptófano, aminoácido encontrado en el pavo provoca somnolencia a quienes lo comen, la cual no es nada más que un mito.

La experta consultada por el HuffPost explicó que tal sustancia se puede encontrar en varias comidas altas en proteína como las nueces, soya, queso, huevos, pescado y pollo, pero no es casualidad que durante esta fecha el aletargamiento sea mayor, y esto no se debe solamente al triptófano sino a la combinación con el exceso de carbohidratos, los azúcares refinados y el alcohol.

El triptófano compite con otros aminoácidos para entrar en el cerebro, y los carbohidratos desencadenan la liberación de insulina que suprime los aminoácidos. Una vez  que todo este triptófano tenga el camino libre para ir hacia el cerebro, se metaboliza en melatonina, que naturalmente ayuda a dormir al cuerpo.

Limitar la cantidad que se bebe y alternar las bebidas alcohólicas con agua, hace la absorción de alcohol más lenta en el cuerpo y puede ayudar a mantenerte alerta.

¿Trastornos alimentarios?

En estas cenas se puede dar la ocasión en que la convivencia familiar quede en segundo plano y todo gire alrededor de la comida, o también hay casos en que la conjunción de ambos dificultan la situación. Esto ocurre sobre todo cuando alguno de los invitados o el mismo anfitrión pasan por un desorden de alimentación o lo están superando.

Para no provocar una decaída o un mal rato, la experta y escritora Allison Epstein recomienda ciertos puntos que pueden precisamente evitarlos, uno de ellos es justo evitar que las conversaciones tengan como tema principal lo que se está comiendo.

“Está delicioso el pavo, ¿no?”, “Ay, ¿otro plato?”, “Come más, es Día de Gracias”, son comentarios que se pueden considerar iniciadores de una plática casual, pero para algunas personas con problemas de peso podrían significar un desencadenante de estrés.

Asimismo, frases como “comeré otro trozo de pastel, al fin mañana iré al gimnasio”, pueden ser normales para una persona sin antecedentes, pero no para una en medio de un problema. Sobra decir que la expresión “¿engordaste?” está de más.

Evita el “coma alimenticio”

cena thanksgiving
Existen algunas estrategias para evitar el “empanzonamiento”.

De acuerdo con expertos citados por el Huff, el estadounidense promedio consume más de 4 mil 500 calorías en Thanksgiving cuando lo recomendado es más o menos la mitad para una persona de 58 kilos. Esta ingestión fuera de lo normal puede derivar en somnolencia, malestar estomacal, entre otras molestias, las cuales se pueden evitar con algunos trucos por hacer antes, durante y después de la cena.

Antes/durante:

  • Tomar agua
  • Comer lento
  • No beber refresco
  • No agregar sal a la comida

Después:

  • Dar una pequeña caminata
  • Tomar té de manzanilla
  • Intentar poses sencillas de yoga (para dejar salir gases del estómago)

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