Editorial: Regalo navideño para la educación

La nueva ley federal tiene medidas para todos los gustos e intereses

El inusual consenso bipartidista que llevó a la firma del presidente Barack Obama la nueva ley  de educación refleja la preocupación general por un sistema que no cumple con las expectativas de aprendizaje y por la molestia colectiva de la ley Que Ningún Niño Quede Rezagado(NCLB), con sus exigencias federales difíciles de cumplir sin recursos adecuados.

Obama calificó ayer la medida como “un regalo navideño”, por la coincidencia hallada a fin de año en un Congreso paralizado por rencores y divisiones ideológicas. El mandatario está en lo correcto. Para conseguir este tipo de respaldo en el Legislativo, la ley de 1,061 páginas contiene regalos para todos los gustos del espectro educativo desde sindicatos a filántropos, de los defensores de la educación privada a los de la pública.

Pero uno de los puntos más atractivos de la ley es la reducción de la influencia federal en la educación a favor de los Estados, aunque es también uno controversial. En general es bueno cuando la política escolar se diseña cerca de las aulas, sin embargo el gobierno federal es una garantía de que las minorías estén protegidas.

La nueva ley Éxito para Todos los Estudiantes (ESSA) deja en manos de los Estados la libertad de usar fondos federales para diseñar estándares, evaluaciones, el desarrollo de los maestros y mejorar el rendimiento de los estudiantes de minorías y los más pobres.  Históricamente varios Estados han mal usado estos fondos y seguramente lo volverán a hacer en perjuicio de latinos y afroamericanos.

Nos preocupa también que conduzca a una baja en la calidad de los maestros que son claves en la enseñanza. La ley permite que la capacitación de los educadores se haga en academias privadas, con profesores sin grados avanzados, que los estudiantes-maestros puedan ser titulares de clases mientras aprenden y que su graduación sea equivalente a una maestría de una universidad reconocida. Esta es una fórmula para tener maestros mal preparados enseñando en las escuelas más pobres.

La nueva ley tiene también muchas virtudes como la promoción de la educación preescolar y metas ambiciosas para la superación de los alumnos. Todo depende de la implementación. A los padres e interesados les corresponde la vigilancia de las autoridades escolares y estatales para que los estudiantes aprendan.

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