Jornaleros de NYC unen fuerzas contra el robo de salario

Jornaleros miembros de diversas organizaciones se reunieron en Harlem para planear estrategias contra el robo de salario

NUEVA YORK — La última vez que el jornalero Aurelio Carrasco tuvo miedo de exigir sus derechos laborales fue en 2008, cuando un contratista inescrupuloso le robó su salario y la única fuente de ingresos para sus cinco hijos.

“No permitiremos que nos roben a nosotros, a los más pobres”, dijo con voz firme y blandiendo el puño, dispuesto a llevar sus ideales de lucha a las calles. “El miedo se quedó atrás, cuando cruzamos la frontera. Ya no hay miedo, pero si hay hambre de justicia”.

El viernes, un grupo de organizaciones defensoras de los derechos de los trabajadores por día se congregaron en el Centro Kennedy, en Harlem, para planear estrategias contra el robo de salario y la discriminación. Parte de la acción sirvió para anunciar que, en los primeros meses de 2016, se lanzará la aplicación “The Wage Theft”, desarrollada por la artista argentina Sol Aramendi y jornaleros que son líderes comunitarios en barrios hispanos.

Los trabajadores por día quieren mano dura para empleadores negligentes.
Los trabajadores por día quieren mano dura para empleadores negligentes. (Zaira Cortés/EDLP)

Carrasco, un miembro de Jornaleros Unidos de Yonkers, se levantó de su silla en el auditorio del Centro Kennedy para convocar vigorosamente a un centenar de trabajadores por día a unirse a las campañas locales que reclaman condiciones seguras en el lugar de trabajo.

“Entre más jornaleros salgamos a las calles, más fuerte será el eco de nuestro reclamo”, dijo Carrasco, quien forma parte de la organización desde hace tres años. “No sólo estamos expuestos a contratistas ladrones, también a las agencias de empleo que se aprovechan de nuestra necesidad”.

Omar Henríquez, organizador de la Red Nacional de Trabajadores por Día (NDLON), dijo que la meta es llamar la atención de los legisladores para endurecer las leyes que castigan el robo de salario y la negligencia en los lugares de trabajo.

“A los contratistas que no paguen a sus trabajadores se les debería revocar sus licencias. El robo de salario debe ser un crimen”, sostuvo. “Pedimos que se castigue con mano dura a aquellos contratistas que reincidan en violaciones en los lugares de construcción. No podemos permitir que más vidas se pierden por la irresponsabilidad”.

Los jornaleros entonaron al son de guitarra canciones de lucha social y escucharon acerca de cómo sus compañeros, en diferentes partes de la ciudad, emprendieron férreas protestas frente a las casas y negocios de empleadores inescrupulosos.

Una de las manifestaciones fue la organizada por  el Centro del Inmigrante, de Staten Island, frente al restaurante Shaggys. Para entonces, los trabajadores reclamaron que el propietario les pagaba menos del mínimo y no les remuneraba el tiempo extra. La organización también está presionando por justicia en el caso del trabajador mexicano Delfino Jesús, quien murió el año pasado en un accidente laboral.

En la actividad, la artista del lente Sol Aramendi comentó que la aplicación The Wage Theft, un concepto que surgió en 2013, estará lista para una prueba piloto y se lanzará en los primeros meses de 2016.

“El arte debe ser útil, no sólo bonito”, dijo la fotógrafa fundadora de Project Luz, un taller de fotografía en español.

El Diario fue el primer medio que reportó acerca de cómo los jornaleros de Queens se convirtieron en los pioneros de la aplicación para celular, que servirá para documentar el robo de salario en tiempo real.

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