El momento de hablar en el octágono ha llegado

Conor McGregor lo ha logrado. El bocón irlandés, todo un personaje dentro y fuera del octágono, ha conseguido a base de hablar basura, una actuación brillante ante Chad Mendes y el desmesurado antagonismo a su rival en turno, atraer las miradas de todo el mundo de las Artes Marciales Mixtas (MMA) para su combate de este sábado, en el que se disputa el cinturón de peso pluma en el UFC 194 ante Jose Aldo.

Nunca antes un pleito en esta división generó tanta expectativa.

Y es que tras una gira mundial que incluyó ocho ciudades en cinco países (Río de Janeiro, Las Vegas, Los Ángeles, Boston, Nueva York, Toronto, Londres y Dublín), el mundo quedó frotándose las manos tras la parada final en Dublín, cuna de McGregor (18-2-0), en la que en aquél entonces el aún retador tuvo la osadía de arrebatar el cinturón al campeón Aldo, provocando el frenesí de sus seguidores para luego gritar “están viendo al rey”.

Sin embargo, faltando un par de semanas para el combate, la pelea se cayó por una lesión de Jose Aldo (25-1-0), quien tuvo que dejar su lugar a Chad Mendes, el contendiente número 1 al título.

El irlandés se impuso por nocaut a los 4:57 durante el segundo round tras propinar un zurdazo impresionante al rostro de Mendes.

Cinco meses después, parece inevitable el anticipado choque que hará vibrar al planeta desde el MGM Grand Garden de Las Vegas, pero los papeles han cambiado.

A pesar de haber defendido de manera exitosa en siete ocasiones su título, el brasileño Aldo no es el favorito para este combate, al menos para la mayoría de las casas de apuestas.

Tampoco lo es para para McGregor, quien pronosticó un nocaut en el primer round.

“Cuatro minutos. Lo noquearé”, había vaticinado el irlandés antes de la conferencia de prensa del miércoles pasado, en la que se le vio muy tranquilo sin dirigirse a Aldo.

“Estoy en un estado de Zen”, dijo McGregor. “Durante el tour era diferente. Como he dicho, actué como soy en ese momento. Ahora es algo nuevo. Ahora la guerra ha llegado. Estoy tranquilo, frío, despiadado”.

Sin embargo, todo esto tiene sin cuidado a Aldo, el campeón con el reinado más extenso dentro del UFC, quien ha mantenido la tranquilidad antes las constantes provocaciones de McGregor.

“Realmente no sé qué es todo lo que ha dicho”, dijo Aldo. “Estoy aquí para pelear con él, y lo que diga no me afecta. Tengo fe en mis mentores y entrenadores para salir y hacer el trabajo”.

Y hoy es tiempo de hablar en el octágono.

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