Protegiendo a las familias latinas de Nueva York

Podré tener un cargo en una oficina estatal, pero cuando los días festivos llegan, voy a casa a reencontrarme con mi familia y mis amigos como todas las personas. Al pasear por las comunidades de mi distrito, nada me enorgullece más que ver a las personas trabajadoras de El Bronx dedicándose a sus vidas diarias. Pero con demasiada frecuencia, veo otro lado —en mi oficina y cuando hablo con las familias locales— y es que cientos de miles de hispanos y latinos miembros de la clase obrera pobre tienen que escoger entre pagar una factura de servicio público o poner comida en la mesa.

Al hablar con estas familias, sé que herramientas como el Crédito por Ingreso del Trabajo (EITC, por sus siglas en inglés) y la porción de ingresos bajos del Crédito Contributivo por Hijos (CTC, por sus siglas en inglés) son importantes para ayudarles a cumplir sus necesidades básicas. En la ciudad de Nueva York, más de un millón de familias utilizaron el EITC y la porción de ingresos bajos del CTC en  2013 para construir vidas más seguras y estables para sus familias. Sin embargo, si el Congreso permite que las disposiciones importantes de estos créditos expiren, muchas de las familias y personas de las que he escuchado diariamente perderán parte o todos sus créditos fiscales y se hundirán más en la pobreza.

Por supuesto, estas realidades no terminan en los límites de mi distrito. La pobreza sigue siendo generalizada y desproporcionada entre los afroamericanos, y los latinos en todo Nueva York. Los niños, el futuro de nuestra comunidad, sufren las consecuencias. El 40% de los niños latinos del estado viven en la pobreza y un mayor número de niños latinos del estado no logran graduarse de la escuela secundaria.

Los créditos contributivos como el EITC y la porción de ingresos bajos del CTC son dos de las herramientas más fuertes de nuestro estado para reducir la pobreza, promover empleos y ayudar a las familias a construir un futuro más seguro para ellas y sus hijos, especialmente en las comunidades de color, donde los efectos de la pobreza son más generalizados. Si se permiten que las disposiciones claves del EITC y del CTC expiren a finales del 2017, cerca de 5 millones de familias trabajadoras latinas en todo el país van a perder un promedio de alrededor de $1,000 cada una. Una amplia investigación muestra que estos créditos han hecho tanto o más para aumentar el empleo entre las madres solteras que la reforma de bienestar público. Es por eso que mi oficina y la Comisión Especial de Asuntos Puertorriqueños e Hispanos de la Asamblea del estado de Nueva York continúan exhortando al Congreso para que actúe.

El EITC y el CTC para las personas con ingresos bajos permiten a las personas comunes y corrientes —como a los trabajadores de comida rápida, los trabajadores de ventas al por menor y los ayudantes de cuidado de salud en el hogar de nuestra ciudad— mantener más de lo que se ganan, para que así puedan pagar las necesidades como el transporte al trabajo o a la escuela, las facturas de servicios públicos y el cuido infantil de calidad. Con la estabilidad financiera agregada de estos créditos, los niños cuyas familias reciben los créditos, en promedio, tienen mejor rendimiento en la escuela y tienen mejores probabilidades de ir a la universidad, de trabajar y ganar más como adultos.

Aquí en la ciudad de Nueva York, aproximadamente un tercio de las personas que trabajan utilizan estos créditos para ayudar a sus familias a cumplir con sus obligaciones de fin de mes. El reembolso de impuestos que estas familias obtienen —un promedio de alrededor de $2,400 por familia— se reinvierte en nuestra comunidad, dado que las personas pagan sus cuentas y apoyan las necesidades diarias de sus familias.

Mientras el Congreso considera propuestas fiscales que ayuden a las empresas y a otros intereses, no debería de dejar olvidadas a las familias trabajadoras. Al contrario, debe de hacer estas disposiciones importantes del EITC y del CTC permanentes. Y mientras lo hacen, los líderes en Washington deben de llenar el vacío evidente en el EITC para los trabajadores adultos y los jóvenes de ingresos bajos que están empezando, quienes actualmente están en gran medida excluidos de este importante crédito contributivo. En realidad, estos trabajadores son el único grupo al que se les cobra impuestos para que continúen en la pobreza.

A medida que nos acercamos a la época Festiva, lucharemos para que este sea el año en que estas medidas a favor de los empleos y de las familias sean firmadas en nuestro código fiscal para siempre. Las familias trabajadoras de El Bronx, Nueva York y nuestro país no merecen menos.

-Marcos A. Crespo es el presidente   de la Comisión Especial de Asuntos Puertorriqueños e Hispanos de la Asamblea del estado de Nueva York

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