El costo de ser mujer
Estudio revela que las féminas pagan mucho más que los hombres por un mismo producto
En comparación con los hombres, las mujeres pagan 13% más en los precios de los productos de cuidado personal. Crédito: Shutterstock
Levi’s vende un pantalón vaquero de bota estrecha para las mujeres y uno con el mismo diseño para los hombres, y aunque mbos están elaborados con la misma tela jean de color azul, entre ambas piezas hay una gran diferencia: el precio de venta.
Un reciente estudio realizado por el Departamento de Asuntos del Consumidor (DCA) de la Ciudad de Nueva York, encontró que el precio del bluyín de bota estrecha para las mujeres es $88, mientras que el diseñado para los hombres es de $68. Es decir que a las féminas se les carga $24 más que a los hombres en la compra del mismo artículo.
Esta inequidad de precio no es la única. El estudio “From Cradle to Cane: The Cost of Being a Female Consumer”, que comparó casi 800 productos con versión femenina y masculina (prácticamente idénticas, a excepción de su color y empaque de género), descubrió un recargo significativo en los productos dirigidos para los consumidores del género femenino.
Los investigadores encontraron que, como promedio, las mujeres (bebés, niñas, adolescentes y adultas) pagan 7% más que los hombres en productos similares.
El estudio reveló el siguiente listado específico de promedios de recargos que se le hacen a las mujeres, en comparación con los hombres, en los siguientes artículos:
- Juguetes y accesorios, 7% más
- Ropa de niños, 4% más
- Ropa de adultos, 8% más
- Productos de cuidado personal, 13% más
- Productos para el cuidado de salud a domicilio para las personas mayores, 8% más
Estos artículos, que representaron a más de 90 marcas vendidas en línea y en docenas de tiendas de Nueva York, tenían también un precio más alto de más de un 42% en muchas ocasiones.
Un ejemplo de ello fue el caso de la patineta Radio Flyer (en tono rosado) para las niñas, que tiene un precio de $49.99, mientras que la versión para los niños (en color rojo) cuesta tan solo $24.99. Es decir, que el precio para las féminas es de $25 más que el de los hombres por el mismo producto.
El estudio encontró la mayor discrepancia en los precios de los artículos para el cuidado del cabello: el costo de los productos para las mujeres eran 45% más caros que para los hombres, con una diferencia promedio de $2.71 por juego de champú y acondicionador, por dar un ejemplo.
Una discriminación financiera más contra la mujer
Los resultados de la nueva investigación viene a sumar una discriminación financiera más que se comente contra la mujer, quien en el campo laboral recibe usualmente salarios muy por debajo de sus colegas masculinos, a pesar de ocupar los mismos cargos y realizar las mismas funciones laborales.
Y es que como lo demuestran los nuevos hallazgos de los “precios de género”, en el transcurso de la vida, una mujer paga miles de dólares más que un hombre al comprar productos similares.
El impacto financiero de la disparidad de los “precios basados en el género” es significativo. Un estudio realizado por el estado de California en 1994, sobre los “precios de los servicios basados en el género”, encontró que las mujeres pagan efectivamente un “impuesto de género” anual de aproximadamente $ 1,351 por los mismos servicios que reciben los hombres.
Y aunque el nuevo estudio del DCA no ofrece un estimado sobre el impacto financiero anual de la discrepancia de los “precios de género”, los hallazgos dejan ver claramente que las mujeres están pagando miles de dólares más en el transcurso de su vida, por la compra de numerosos productos similares a los hombres.
Ante los hallazgos revelados por el primer estudio que el DCA hace sobre la fijación de “precios de género” en las mercancías que se venden en Nueva York, los funcionarios de esta ciudad instaron a los minoristas a cambiar esta práctica.
Ahora solo queda ver que los productores y comerciantes tomen en cuenta la recomendación que ya fue aplaudida por numerosas organizaciones que abogan por los derechos de la mujer y buscan la equidad social, educativa, laboral y financiera entre los dos géneros.
