Posadas navideñas a lo mexicano

La tradición de las posadas tiene un sincretismo histórico muy interesante en México. Los prehispánicos sacralizaban la venida de Huitzilopochtli ( Dios de la Guerra) durante la estación invernal o Panquetzaliztli, que iba del 17 al 26 de Diciembre, que coincidía con la época donde los europeos celebraban la Navidad. Estas fiestas se fueron modificando una vez que evangelizaron al pueblo y la imagen de Huitzilopochtli fue sustituida por la de José y María.

Cantador

El Espíritu que une a los seres es amenizado con cánticos o villancicos para exaltar lo mejor de la sensibilidad entre nosotros, se elaboran símbolos como piñatas (siete puntas que representan los siete pecados capitales, los brillantes colores simbolizan la tentación, el palo a Dios, los que gritan a la Iglesia católica, y golpearla con los ojos vendados la Fe ciega como la voluntad de vencer al pecado, el contenido de frutos y caramelos la recompensa del Reino de los Cielos). La tradición nos dice que José y María tuvieron que pedir posada de puerta en puerta, donde ésta era negada hasta que un inquilino piadoso les acogía en su morada.

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La gente acude a peregrinar y al frente van personas sosteniendo un “nacimiento”, pensado así por San Francisco de Asís, (José, María, el Ángel y a veces un burro), las velas son encendidas para el canto de las letanías y así se pide alojamiento de casa en casa cantando los villancicos hasta que por “santos peregrinos” son bienvenidos en una de éstas; posteriormente viene el rompimiento de la piñata para acabar con el mal y obtener el bien deseado. Los “aguinaldos” son entregados al final entre  la gente para que no haya nadie que se quede sin la gracia de Dios.

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