La ‘crisis Trump’ sacude al partido republicano y hace dudar de su futuro

Mitt Romney, Marco Rubio, Christie Whitman, son algunos de los republicanos que han salido en guerra contra la nominación de Donald Trump. La disputa podría dividir al partido o sacudirlo en dirección a un cambio

Todo el mundo político está de acuerdo: el partido republicano está pasando por la crisis más grave de su historia.

Una parte importante de la base votante del partido quiere a un candidato a presidente (Donald Trump) que no sólo no es del agrado del partido institucional, sino que -supuestamente- va en contra de esos líderes y lo que representan.

Este jueves, la guerra contra Trump que había iniciado Marco Rubio hace unos días y a la que otros republicanos poco a poco se han venido uniendo, se intensificó con un discurso en el que Mitt Romney, candidato del partido en 2012, acusó al magnate de ser un “falso y un fraude”, aseguró que su política exterior “nos haría menos seguros” y sus ideas económicas “crearían una recesión”.

“Trump no tiene el temperamento ni el juicio para ser presidente”, dijo Romney, entre muchas otras críticas contra el candidato republicano favorito de los votantes (hasta ahora).

La guerra interna del partido republicano es ahora una guerra pública. La pregunta es: ¿Qué pasará con el partido republicano en los próximos meses?

Para tener idea de la respuesta, consultamos a varios catedráticos expertos en política, incluyendo algunos personalmente conservadores y cuya óptica proviene del lado republicano, así como otros que se manifiestan neutrales y/o tienen un punto de vista más progresista. Esto fue lo que nos dijeron:

El partido está cosechando lo que sembró

La profesora Jessica Lavariega-Monforti, directora del departamento de ciencias políticas de la Universidad Pace en Nueva York, dijo que esto es el resultado de 20 años de posturas antigobierno, antiestablecimiento y antidiversidad, que hasta ahora sirvieron al partido republicano para atraer el voto de quienes hoy apoyan a Trump.

El partido está en crisis. Cuando tu base de votantes quieren a un candidato que el liderazgo no quiere, esto es lo que pasa. Pero esta es la consecuencia de lo que ellos han venido vendiendo durante muchos años y lo más gracioso es que se hacen los sorprendidos”, dijo Lavariega-Monforti.

Lavariega Monforti agrega que “no es mucho lo que pueden hacer”, dijo Trump logra los delegados necesarios para ganar.

Para Shawn Bowler, profesor de ciencias políticas de UC Riverside, los republicanos llevan muchos años promoviendo un mensaje “anti-gobierno”.

“Se la han pasado diciendo que el gobierno es malo, que toda la gente que va a Washington son ratas, lo han hecho aún estando en el gobierno. Llega el momento en que parte del partido dice, un momento, ustedes están allí y no han arreglado las cosas”, agregó Bowler. “Esta gente que está votando a Trump es la coalición anti gobierno, anti inmigrante y anti establishment que ellos construyeron”.

Intentos de arrebatarle a Trump la candidatura

Un rumor cada vez más fuerte es qué es lo que podría pasar si Trump logra ganar los delegados suficientes para ir a la convención nacional republicana en Cleveland –que ocurrirá en julio- y donde los delegados deben votar para seleccionar el candidato. Si hay una rebelión dentro del partido u otros candidatos pretenden negarle a Trump la nominación, puede ocurrir lo que se llama una “convención negociada”.

Esto no ha ocurrido desde hace décadas  y para algunos expertos, el resultado puede ser más desastroso para los republicanos que permitir que Trump sea el candidato y perder la elección general (si es que la pierde, lo que muchos expertos opinan).

Jamie McKown, politólogo del College of the Atlantic, en Bar Harbor, Maine, dijo que una convención en la que el liderazgo del partido intente “quitarle” la nominación a Trump apoyándose en negociaciones con otros candidatos, “sería una convención muy hostil y probablemente llevaría a una división del partido”.

“Esto podría tener un impacto duradero en el partido”, dijo McKown.

Es algo de lo que algunos republicanos ya han venido hablando, pero este mismo jueves el senador Lindsey Graham, quien fue precandidato hasta retirarse hace algunas semanas, dijo que no sería una buena idea.

“Si el tiene los dos tercios de delegados que necesita, y es lo que parece va a ocurrir, no podemos robarle la nominación, eso no va a ayudar al partido”, dijo Graham. “Es mejor perder la elección. Las hemos perdido antes y luego podremos reenfocarnos en reconstruir el partido y crear algo que se atractivo a los jóvenes y a las minorías”.

El partido podría dividirse o cambiar

Charles Dunn, profesor emerito de Clemson University en Carolina del Sur, es un veterano de campañas desde niño. “Las he observado todas desde finales de los años 40”, dijo Dunn, quien tiene una trayectoria en universidades conservadoras y expresa abiertamente su tendencia republicana.

Para Dunn, “si el partido no endereza las cosas, está cometiendo un harakiri, un suicidio”, dijo.

“Si Trump es el candidato, el partido no podrá ganar. Los partidos existen para ganar”, dijo Dunn. “Lo que hizo Romney hoy es una gran ayuda, porque inicia el proceso y hace que otros ahora puedan hablar más abiertamente contra Trump.

Dunn apoya la idea de Rubio como candidato “unificador”.

“Rubio tiene el carisma necesario para unir al partido y puede luchar contra Hillary para ganar en Noviembre”, dijo Dunn, quien aún espera que muchos votantes “vean la luz” si más y más líderes del partido salen contra Trump.

Ben Bishin, otro profesor de ciencias políticas de UC Riverside, piensa que esto último es poco probable.

“El liderazgo del partido está muy alejado de su base de votantes. Si Trump es nominado, habrá una fractura importante en el partido que probablemente resulte en la reconstitución del partido”, dijo Bishin.

Eso, si el partido pierde. Si Trump gana la presidencia, es otro cantar, ya que el partido tendrá que “adaptarse” o morir.

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