Las grasas saturadas, ¿son o no un problema?

Estudios recientes aseguran que no son tan malas como nos han hecho creer

En los últimos años hemos recibido gran cantidad de información sobre los problemas que causan las grasas saturadas.

Muchos nutricionistas recomendaron variar la dieta,  excluyendo productos como la carnes rojas o lácteos con grasa. Sin embargo, otros afirman  que este tipo de alimentos no son nocivos para el organismo, rechazando todas las teorías emitidas anteriormente.

Un error que ha durado mucho tiempo

Todo este proceso se remonta al año 1970,  cuando se realizó un estudio sobre la peligrosidad de ingerir grasas saturadas donde participaron 13.000 personas. El problema de esta investigación es que no fue del todo correcta,  pues no se tuvo en cuenta el consumo de alcohol o tabaco así como las vidas sedentarias. Además se excluyeron poblaciones cuya dieta está basada en un alto consumo de grasas saturadas y que sin embargo presentan buenos índices de salud.

Todo ello llevó a crear un vínculo negativo entre las enfermedades del corazón y la ingesta de grasas saturadas.

¿Provocan problemas en el corazón?

Recientemente se ha publicado un estudio sobre 21 investigaciones en el que se confirma que tras haber analizado a más de 350.000 personas,  no existe una correlación entre la aparición de enfermedades cardiovasculares y el consumo de grasas saturadas.

Esto generó bastante controversia ya que fueron muchos los que rechazaron el resultado, basándose en que debería expandirse más en el tiempo el período de estudio.

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La mantequilla, la leche completa y las carnes rojas, en moderación, tienen beneficios para la salud./Shutterstock.

¿Qué ocurre con el colesterol?

A día de hoy sabemos que el cuerpo humano tiene dos tipos de colesterol: el colesterol LDL (colesterol malo) y el HDL (colesterol bueno). La investigación había afirmado que las grasas saturadas aumentaban el tipo de colesterol malo. Pero no era correcto pues este tipo de colesterol se divide en dos. El primero no está relacionado con las enfermedades del corazón y se reducen al bajar el consumo de grasas. El segundo que es más pequeño y denso sí que está asociado a este tipo de enfermedades y se elimina al bajar el consumo de carbohidratos.

Por lo tanto para tener un cuerpo saludable y no sufrir riesgo de padecer problemas cardiovasculares es recomendable llevar una dieta alimenticia baja en carbohidratos sin que eso repercuta en el consumo de las grasas.

Las grasas saturadas podrían ayudarte

Numerosos estudios científicos apuntan que el consumo de grasas saturadas tienen los siguientes beneficios:

  • Estimulan la función hepática del organismo, eliminando la grasa mala que se acumula en el interior
  • Ayudan a la identificación de bacterias y virus a través de los glóbulos blancos para que sea más sencillo erradicarlos
  • Aumentan los niveles de testosterona mejorando la calidad de músculos y tejidos así como incrementando la funcionalidad de los órganos sexuales

Siempre con moderación

Las grasas saturadas son una gran fuente de calorías por lo que si ingieres grandes cantidades podrías subir de peso fácilmente. Ante todo,  consume alimentos procedentes de grasa como la mantequilla, el aceite de coco, la carne de res o huevos, evitando cualquier producto procesado.

Por Nutrición Sin Más

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