Ofrecen ayuda a jóvenes LGBT en la ciudad de NY

Organización difunde información sobre los servicios que se prestan en la ciudad para este segmento de la población que sufre de muchos prejuicios

El HMI atiende a más de 2000 jóvenes LGBT cada año -entre 13 y 24 años- tanto en Nueva York como en Nueva Jersey.

El HMI atiende a más de 2000 jóvenes LGBT cada año -entre 13 y 24 años- tanto en Nueva York como en Nueva Jersey.  Crédito: Getty

Gabby Rivera tiene 33 años y es la segunda generación de una familia boricua nacida en El Bronx. Abre los ojos asombrada cuando cuenta un sueño hecho realidad, el lanzamiento hace pocas semanas de su novela “Juliet Takes a Breath”, cuya protagonista es Juliet Milagros Palante, conocida como la “Sin Vergüenza”, una adolescente latina queer que vive en su vecindario.

Para crear el personaje, Rivera utilizó su propia experiencia siendo una adolescente queer (término que antes era peyorativo pero fue reconquistado y aplica a mujeres con aspecto masculino), que viaja a Portland para realizar una pasantía, mezclándola con sueños, anhelos y pura ficción.

De no ser por sus padres, Martha y Charles Rivera, quienes la respetan y brindan ayuda incondicional tanto a ella como su hermano que es gay, la escritora no hubiera podido culminar con éxito su proyecto.

Rivera recuerda que cuando le reveló su orientación sexual a sus padres tenía temor de ser rechazada, pero ya entonces un tío y una prima habían salido del closet, y su abuela reaccionó con amor y protección.

Gabby Rivera trabaja como coordinadora de programas juveniles en una organización pro LGBT y en enero publicó su primera novela "Juliet Takes a Breath".
Gabby Rivera trabaja como coordinadora de programas juveniles en una organización pro LGBT y en enero publicó su primera novela “Juliet Takes a Breath”.

Pero no todos tienen la fortuna de Gabby de contar con una familia solidaria. El rechazo familiar y los prejuicios son los principales problemas que enfrenta la juventud LGBT incluso en Nueva York, una de las ciudades más liberales y tolerantes del mundo.

De acuerdo con estudios recientes, si un joven va a dar a la calle está tres veces más expuesto a tener relaciones sexuales sin protección y usar drogas. Además, tiene seis veces más posibilidades de padecer depresión y ocho veces de intentos de suicidio.

Y precisamente para enfrentar esta dura realidad, a lo largo de la ciudad hay organizaciones, alianzas y entidades que ofrecen atención de emergencia y ayudan con referencias para atención médica y mental a la juventud LGBT.

Cumbre “Rompiendo Barreras”

Uno de los grupos más antiguos es Hetrick-Martin Institute (HMI), fundado en 1979, que atiende a unos 2,000 jóvenes cada año y que este sábado 16 de abril realizará su cuarta cumbre consecutiva, denominada este año “Rompiendo Barreras”, y que tiene como objetivo difundir información sobre los servicios que se prestan en la ciudad.

“Tenemos que entender que estos jóvenes no están predispuestos a problemas de salud mental sino es el temor al rechazo y los prejuicios de la sociedad que les lleva a tener depresión, ansiedad y ven el suicidio como una opción”, dijo Lillian Rivera, directora de Advocacy & Capacity Building del HMI.

La cumbre HMI, que tiene como objetivo principal promover los servicios de atención integral para la juventud LGBT, se realizará gracias al apoyo del Concejo Municipal y su caucus LGBT, integrado por Carlos Menchaca, Rosie Méndez y Richie Torres, entre otros concejales.

Pero el Concejo no sólo ha dado apoyo moral a la organización, sino que también aportó $1 millón para ayudar a realización sus programas desde julio de 2015 y hasta junio de 2016.

“Este Concejo se enorgullece de apoyar a los jóvenes LGBT con esta nueva iniciativa. Al proporcionar servicios de salud que atiendan las necesidades específicas de los jóvenes LGBT, estamos haciendo una verdadera diferencia en las vidas de los jóvenes neoyorquinos que a menudo han sido descuidados por el sistema de salud en el pasado”, dijo la presidente del Concejo Melissa Mark-Viverito.

Rivera reconoció lo mucho que ayudan esos aportes a HMI. La experta también recalcó que aunque la homofobia es uno de los problemas más grandes, la población latina no es precisamente más homofóbicos que otros grupos étnicos.

“En muchos casos las familias latinas prefieren no hablar de ello, y el silencio mata a los jóvenes”, dijo Rivera, agregando que no es “necesario que los padres estén de acuerdo con la orientación sexual de sus hijos, no tienen que ir al Desfile del Orgullo Gay… aceptarlos y no rechazarlos, eso es lo más importante”.

Por esta razón, es que Gabby Rivera aboga para que la sociedad respalde a las organizaciones que ayudan con programas de consejería, salud y capacitación a los jóvenes LGBT. “Tenemos que abogar por la juventud. Si conoces a alguien y quieres ayudarle, dale información de los lugares a donde puede acudir. Tenemos que combatir el bullying en las escuelas y el machismo de nuestra cultura”, indicó.

Desafíos para los latinos

Algunas cosas han ido cambiando con el tiempo, pero todavía hay muchos desafíos para los jóvenes latinos, partiendo de las creencias religiosas y el machismo. Así lo contó Michael Santos, quien se identifica abiertamente como gay, y quien compartió dolorosas vivencias que tuvo en la adolescencia con su infancia.

Yo salí del closet en 1995 a los 18 años. Yo sabía desde que era un niño pequeño que era ‘diferente’. Luego fui identificado como gay lo cual en mi comunidad del sur de El Bronx era malo. Crecí en un hogar pentecostal, así que te puedes imaginar cuan traumatizado estaba de pensar que yo era una ‘abominación’”, indicó Santos.

Recordó además cómo fue acosado cruelmente desde el 4to. grado hasta la secundaria, lo cual complicó su proceso de aprendizaje y socialización. “En mis recuerdos siempre estaba atemorizado, aislado y deprimido, lo cual cargué hasta mi adolescencia”, recordó.

Michael Santos logró superar muchos problemas gracias a los programas after school de HMI.
Michael Santos logró superar muchos problemas gracias a los programas after school de HMI.

El panorama cambió cuando uno de sus maestros de secundaria le sugirió que visitara los programas after school. “Cuando finalmente salí del closet en 1995 y visité el HMI cambió el tono y me proveyeron el alivio mental que tanto necesitaba. Pude conocer compañeros que eran como yo, que compartían mi historia y tenía un lugar seguro para ir”, afirmó.

Santos confió en su madre, y a pesar de sus fuertes convicciones religiosas no le rechazó, pero él decidió alejarse de ella y del resto de la familia por temor a ser juzgado.

Además de ayudarle a desarrollar habilidades sociales, Santos sostiene que en el HMI le ayudaron a sanar por medio de sesiones terapéuticas. Además le ayudaron con las aplicaciones para el college y le enseñaron fotografía, lo cual lo mantuvo alejado de la calle y de los problemas.

“Creo que la sociedad está más expuesta a los jóvenes LGBT a través de la televisión y los medios sociales. Es innegable que somos una parte de la sociedad, no importa las convicciones de la gente. Pero pienso que todavía la juventud latina LGBT se enfrenta a las presiones sociales de encajar y ser aceptado. El estigma de ser LGBT puede tener sus raíces de creencias religiosas que muchas familias latinas tienen cercano y querido a su corazón”, dijo.

Actualmente Michael Santos vive en El Bronx y trabaja como coordinador de servicio al cliente para una empresa de Relaciones Públicas en Mid-town Manhattan.

Objetivos de la cumbre de HMI

La estrategia está basada en 6 componentes:

Realizar cumbres juveniles. La primera se realizó de forma exploratoria en enero de 2015, reuniendo a 150 jóvenes de los cinco condados. Este año se han realizado en Queens, Brooklyn y El Bronx. La siguiente se realizará en Staten Island el 21 de mayo.

El segundo componente consiste en reforzar y reconectar a los jóvenes LGBT con sus familias, por medio de consejería en organizaciones basadas en comunidades inmigrantes por ejemplo Ali Forney Center, Trevor Hotline, Destination Tomorrow, Covenant House, Legal Aid y Callen-Lorde Health Center. Se hace hincapié en jóvenes sin vivienda.

En tercer lugar, y de forma coordinada con el Departamento de la Juventud y Desarrollo Comunitario (DYCD), se desarrollarán sesiones de apoyo técnico para lograr buenas prácticas en los departamentos de Educación, Probation, Juventud y Justicia Familiar, así como la Administración de Servicios Infantiles (ACS).

El cuarto componente es de la salud mental. El HMI proveerá entrenamiento a más de 50 organizaciones comunitarias en toda la ciudad, por medio de talleres, para apoyar a los jóvenes LGBT que necesitan atención de salud mental urgentemente.

En quinto lugar, expandirán servicios de salud mental, referencias inmediatas para consejería de salud, servicios legales, exámenes para detectar el HIV, comida y víveres los días sábados.

Esta iniciativa permitirá al HMI contar con un psiquiatra que podrá prestar servicios a las agencias que acompañen las iniciativas.

Datos de la cumbre:

  • Dirigido a: Jóvenes LGBT de 13 a 24 años
  • Fecha: Sábado 16 de abril, 2016
  • Hora: 11:00 a.m. – 6:00 p.m.
  • Lugar: Tito Puente Educational Complex (240 East 109 Street, NY, NY 10029)
  • Estarán presentes: Concejales Rosie Méndez, Corey Johnson y Carlos Menchaca.
  • Registro: http://www.hmi.org/LGBTQYOUTHSUMMITS

Números del riesgo social

  • En NYC hay menos de 500 camas en albergues, mientras se estima que hay más de 3,800 jóvenes LGBTQ que necesitan donde dormir cada noche.
  • De acuerdo con una investigación de Reardom (2009) citada en el estudio “Living at the Intersection: LGBTQ Youth of Color in New York City”, los jóvenes que se identifican como lesbianas, gays y bisexuales y reportaron altos niveles de rechazo familiar son hasta tres veces más proclives a tener relaciones sexuales sin protección y usar drogas; tienen hasta seis veces más posibilidades de padecer depresión y ocho veces intentos de suicidio.
  • El HMI atiende a más de 2000 jóvenes cada año -entre 13 y 24 años- tanto en Nueva York como en Nueva Jersey. Más de la mitad han sido expulsados, están retrasados o están completamente desconectados de la escuela.
  • Esta misma población tiene tasas tres veces más altas de HIV que el promedio nacional, comparado con datos del Centro Nacional para el Control de Enfermedades (CDC) respecto a los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres.
  • Además, casi 7 de cada 10 (68%) jóvenes entrevistados por el Williams Institute, indicaron que el rechazo familiar fue el principal factor que contribuyó a su situación sin hogar. En todo el país, el 40% de la población juvenil sin hogar se identifica como LGBTQ.

El apoyo de la familia

Desde el inicio del proceso narrativo hasta la publicación de su libreo “Juliet Takes a Breath” -bajo el sello Riverdale Avenue Books- Gabby Rivera contó con el apoyo de mentores y editores, aunque también enfrentó inseguridades y desempleo.

“Desde chiqutín mi madre me ha enseñado el amor por la familia. Ellos (su tío y su prima) son humanos y nuestra familia. Cuando Gabby vino y habló con nosotros, para mí fue decir: mis niños son mis niños y hay que estar allí por ellos”, dijo el señor Rivera vía telefónica.

Desde diciembre trabaja como coordinadora de programas juveniles en una organización pro Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans y Questioning (LGBTQ) sin fines de lucro y conoce de primera mano los graves problemas que enfrenta esta comunidad, como la pobreza, la falta de vivienda y la desconexión de la escuela, pero también es testigo de las oportunidades y posibilidades gracias al trabajo de mentores y guías.

Más que un triunfo literario, ella considera que su publicación es “un acto de activismo y amor para mi gente, para mi misma y mi comunidad”.

Una reseña publicada en la revista Remezcla destaca el aporte de “Juliet…” por sacar a luz complejos problemas para la juventud LGBTQ latina y de color, como revelar su orientación sexual ante la familia, la eliminación de las narrativas feministas, como por “mapear de una forma bella las posibilidades para la juventud Latina queer y la gente queer de color, en general”.

Amor incondicional y aceptación

Rhina Ramos es una pastora salvadoreña anglicana, quien trabaja en la organización nacional Gay-Straight Alliance Network (GSA Network). Desde su visión religiosa, ella considera que el punto de partida para apoyar a los jóvenes y sus familias, debe ser la regla de oro: “Amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado”.

¿Qué le pesa más a los padres cuando un hijo revela su orientación sexual, la moral, el Infierno, el qué dirán, el pecado? “Todos los anteriores”, responde, “especialmente la moral y el qué dirán, la condenación eterna porque se considera abominable ante los ojos de Dios”.

“Yo siempre empiezo esas conversaciones recordando que la regla de oro que es ‘Amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado’”. También le ha explicado a los jovencitos las bases de la Biblia y cómo fue escrita en tiempo patriarcales. Además, las consejerías se fundamentan en que el amor y la seguridad de los hijos es lo primordial, y que un alto número de jóvenes consideran el suicidio cuando son rechazados por su comunidad y familias. “Eso no es una opción porque quién quiere optar para ser marginalizado?”, cuestiona.

“Uno puede preguntar a qué estarían dispuestos por el amor de sus hijos, y los padres dicen siempre ‘todo’. Eso incluye el amor incondicional y la aceptación”, indicó.

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