¿Cambiar de la noche a la mañana?
Si haces un compromiso de levantarte temprano para salir a correr, hazlo, no te defraudes.
Siempre escuchamos que las cosas que valen la pena toman tiempo y que es imposible hacer cambiar a alguien más o a nosotros mismos; mucho menos “de la noche a la mañana”.
¿Cambiar a los demás? Casi imposible. Pero que tal, ¿cambiar nosotros? No será fácil, pero puedes lograrlo si te lo propones y si tienes en cuenta un pequeño secreto que te puede ayudar.
No sé ustedes, pero yo soy de las personas que peco por tener poca paciencia. Si se me mete una idea en la cabeza, quiero ejecutarla inmediatamente. Eso, mis amigos, comprendo es un problema a la hora de querer ver cambios en nuestra vida, pues nos desesperamos y frustramos fácilmente.
Conozco a más de una persona con ganas de digamos, ponerse en forma y llevar una vida más saludable. Desesperados, se inscriben en el gimnasio, compran comida saludable y ya quieren ver resultados de la noche a la mañana. Sin embargo, llega la hora de despertarse para ir a correr y piensan, “mejor comienzo mañana, hoy me quedo durmiendo unos minutos más”. Así, llenos de excusas, podrán pasar el resto de su vida sin ver el mínimo cambio. Ese mañana se convierte en otro día, en otra semana, en otro mes y para que les cuento.
¿Habrá un secreto para lograrlo?
Los dichos populares tienen mucha razón. Y si, aunque estoy de acuerdo que es difícil ver un cambio radical de la noche a la mañana, el secreto es tomar acción de la noche a la mañana. Si, así de fácil o de complicado como suene.
¿Quieres saber más? Toma un libro y comienza a leer ya. ¿Quieres bajar de peso? Esta misma noche ve a caminar. ¿Quieres ser mejor amigo? Mándale un mensaje a esa persona en este momento.
En conclusión, si queremos ver cambios de la noche a la mañana tenemos que tomar acción de la noche a la mañana. Les confieso que aplicarlo me ha ayudado mucho. Siempre nos preocupamos de más a la hora de cumplir con los compromisos que tenemos con otras personas, pues no queremos llegar tarde, no llegar, o no terminar la tarea que nos pidieron.
Sin embargo, cuando llega la hora de cumplir los compromisos que tenemos con nosotros mismos, parece que nos dejamos en un segundo plano. Con el mismo respeto y cordialidad que tratamos al resto de las personas a nuestro alrededor, deberíamos de tratarnos a nosotros mismos. Si haces un compromiso de levantarte temprano para salir a correr, hazlo, no te defraudes.
Recuerda que la gente te tratará de la misma forma en la que tu te ves a ti mismo.
Espero sus comentarios,
Carolina Sarassa
@CarolinaSarassa