La Reserva Federal debe ser un reflejo de nuestras comunidades

Sede de la Reserva Federal en Washington.

Sede de la Reserva Federal en Washington. Crédito: <copyrite>Shutterstock< / copyrite><person> < / person>

Ocho años después del inicio de la Gran Recesión, a las comunidades de color todavía les cuesta recuperarse. La tasa de desempleo de los afroamericanos a nivel nacional es de casi 9%, más del doble que la tasa de 4.3%  de los estadounidenses de raza blanca, y entre los latinos es un lamentable 6.1%.

Las comunidades que siguen afectadas por la recesión han notado estas disparidades y han llevado sus reclamos directamente a la Reserva Federal, pues dada la facultad de esta de modificar la tasa de interés, sus medidas influyen enormemente en el desempleo y los salarios. En los últimos dos años, una coalición de líderes comunitarios, sindicatos y trabajadores mal remunerados se han quejado de la política y dirección de la Reserva Federal, que desde hace mucho tiempo opera fuera de la vista del público.

Pero eso está empezando a cambiar a medida que queda cada vez más claro que la recuperación sigue siendo enormemente dispareja. Hoy en día, se critica cada vez más a la Reserva Federal por no hacer lo suficiente para ayudar a las comunidades de color a recuperarse.

Este mes, más de 100 miembros del Congreso enviaron una carta a la Reserva Federal, con la cual se sumaron a las quejas y exigieron más diversidad racial, económica y sexual. Actualmente, en el sistema de la Reserva Federal predominan los hombres blancos y miembros del sector financiero, quienes están más protegidos de los efectos que persisten de la recesión.

Un informe reciente del Center for Popular Democracy señaló que un descomunal 83% de los miembros de la Reserva Federal son blancos, en comparación con 63%  de todos los estadounidenses. Ni un solo presidente regional es latino o de raza negra. De hecho, nunca en la historia de la Reserva Federal ha habido un presidente regional afroamericano. Es más, solo 11% de ellos provienen de grupos comunitarios, sindicatos o el entorno académico, y casi 40% provienen del sector financiero.

Esto es un problema. Si casi todos los encargados de dictar la política son banqueros blancos, y no se oyen las voces de las mujeres, minorías y representantes de grupos de trabajadores y consumidores, se desatenderán las necesidades de dichos grupos.

Hillary Clinton, quien se tiene previsto sea la candidata demócrata a la presidencia, se ha unido a las quejas y ha dicho públicamente que si la eligen, se esforzaría por remplazar a los banqueros de los directorios de la Reserva Federal con más miembros latinos y afroamericanos.

Por fin se está cuestionando a una de las instituciones menos trasparentes pero vitalmente importantes del país. Ya que la Reserva Federal se dispone a tomar una decisión sumamente importante en junio con respecto a las tasas de interés, miles en todo el país seguirán exigiendo decisiones que beneficien a todos los estadounidenses, no solo a una porción privilegiada de la población. Ya que los latinos y otras comunidades en desventaja en todo el país siguen sufriendo las consecuencias de la recesión, no se puede dejar que la Reserva Federal siga operando a puerta cerrada.

-Rubén Lucio, hijo es administrador en el terreno de la campaña Fed Up, un proyecto del Center for Popular Democracy

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