La peor cachetada es el silencio

De vez en cuando es bueno hacernos los desentendidos y como bien dicen por ahí, ‘escoger que batallas valen la pena pelear’

No sé si te acuerdas de la última vez que tuviste una discusión con alguien y te quedaste mudo, sin saber que decir. En cuanto pasan las horas, empiezas a recordar y a analizar lo que dijiste, lo que no y peor aún, a tener remordimientos de lo que ahora se te ocurre haber dicho.

Sin embargo, y aunque creo totalmente en que debemos hacer valer nuestros derechos y jamás quedarnos callados ante una injusticia, a veces simplemente no vale la pena decir nada.

Hace mucho tiempo, tuve un amigo quien cuando se molestaba por cualquier motivo, decidía dejarle de hablar a la persona que según él lo había ofendido. Quiero pensar que ése amigo no tenía la menor idea de lo incómodo que hacía sentir a las personas que estábamos a su alrededor cuando nos tocaba el turno de ser a quienes nos quitaba la palabra; era su forma de hacer sentir su molestia. Éramos muy amigos, así que siempre traté de hacerlo caer en cuenta que estaba según yo, equivocado.

Pues esta semana me tocó emplear su método y les confieso que me funcionó. Estaba de viaje y una señora y su familia pensaron equivocadamente que yo les había tomado su turno en una fila. Ellos pensaron que yo no hablaba inglés y empezaron a insultarme.

En ese momento quise defenderme y responder a sus palabras, sin embargo y como estaba sola, me hice la que no entendía que era conmigo y me quedé callada. Al darse cuenta que sus palabras no me afectaban, dejaron de decirlas y se tranquilizaron.

Pude haber ocasionado una discusión peor si me hubiese puesto a responderles. Al final, una le dijo a la otra, ya no digas nada que ella no nos entiende y molestas tuvieron que quedarse con sus comentarios y de paso, hacer el ridículo por estar gritando solas en plena calle.

De vez en cuando es bueno hacernos los desentendidos y como bien dicen por ahí, ‘escoger que batallas valen la pena pelear’. De vez en cuando no decir nada, dice mil palabras. Al quedarte callado y evidentemente tranquilo, dices muchas cosas, entre ellas, no me afecta.

En la vida, los seres humanos tenemos la capacidad de hacer mucho daño con el poder de una palabra. Mi mamá siempre me ha recalcado la importancia de pensar antes de hablar.

También dice que la mejor forma de darse cuenta quién tiene la razón y quién está equivocado en una discusión es escuchar el tono de voz. Regularmente quien no tiene la razón está gritando.

Espero sus comentarios,

Carolina Sarassa.

@CarolinaSarassa

http://www.CarolinaSarassa.com

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