La integridad de nuestros jueces latinos

El ataque de Trump al juez Curiel va en contra de todos los miembros diversos de nuestra judicatura

Miles se manifestaron en San Francisco en contra de Donald Trump.

Miles se manifestaron en San Francisco en contra de Donald Trump. Crédito: Captura | Twitter

Empezó con otro disparate trumpiano dirigido a mejicanos y sus descendientes. Alumnos de Trump University alegan ser defraudados. ¿Cómo un juez mejicano puede ser imparcial para juzgarme después que yo prometí construir una muralla para impedir la inmigración de sus compueblanos?, dijo el presunto candidato a la presidencia. Ese juez me odia, se quejaba el multimillonario que aspira ser presidente.

Es decir, otro día en lo absurdo a lo racista en esta campaña sin precedentes. El juez méjico-americano es Gonzalo Curiel. Como casi todos los jueces en las cortes federales es un ex-fiscal. Tenía tanta fama y éxito contra el narcotráfico en California que recibió amenazas de muerte del cartel Arellano Félix. Si sobrevivió eso, sobrevive cualquier idiotez trumpiana.
Hubiese sido suficiente cuestionar la integridad de un juez de ascendencia mejicana en el mundo trumpiano. Pero estos disparates no tienen fin. Ahora el candidato presunto añadió que ningún musulmán lo podría juzgar también.

El reportero Garret Epps concluyó hábilmente: Es como decir, ¿Quién eres tú, un afro-americano, una mujer, un judío, un mejicano, para juzgar un ciudadano verdadero, un hombre blanco? Y el presidente del Colegio Nacional de Abogados Hispanos Robert Maldonado observó en serio que en cuanto al juez Gonzalo Curiel: “Es un ataque a todos los miembros diversos de nuestra judicatura que prestan sus servicios a la nación… Este intento de socavar la integridad de la judicatura federal es realmente sin precedentes y pone una presión indebida a nuestra democracia”.
Hubiese sido suficiente terminar este capítulo de comentarios racistas del aspirante maquiavélico aquí mismo.

ero tuvo que llegar un alcahuete –perdón, defensor– para extender la mano al pretendiente narcisista. Y esta vez, desafortunadamente, es otro méjico-americano, ex-juez de la Corte Suprema de Texas y ex- Procurador General del país, Alberto Gonzales. Gonzales escribió una justificación a las inquietudes de la víctima, cuyo nombre es sinónimo de edificios enormes y casinos a punto de bancarrota.

Dice el ex-miembro del gabinete del presidente Bush que la etnia del juez Curiel, que deriva de Méjico igual que él, no presenta un conflicto de interés. Pero este candidato tiene derecho a un juicio imparcial reclama Gonzales. “Si los jueces…no son percibidos como imparciales, el público perderá rápidamente su confianza en el régimen de la ley en la cual este país ser formó”.
Solo en América en 2016

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