Juntos podemos prevenir desalojos

Tenía 24 años cuando ocurrió.

Había tenido un día difícil en el trabajo, y mi hija y yo nos dirigíamos hacia nuestro apartamento en El Bronx. En ese entonces era una madre soltera, y me había quedado atrás después de que mi pareja se mudó. Las deudas se estaban acumulando, y ya Con Edison me había mandado un aviso de recorte en los servicios.

Al igual que muchas otras madres solteras, tenía problemas para llegar al fin de mes. No había pagado dos meses de alquiler y estaba buscando desesperadamente un lugar asequible para vivir. Caminamos hasta nuestro apartamento —el ascensor no estaba funcionando— y allí estaba: un aviso de desalojo pegado en la puerta de mi apartamento que decía que pagara o de lo contrario quedaría en la calle. Lo arranqué de la puerta y corrí adentro donde hice la cena, ayudé a Samantha con su tarea y la acosté. Pasé el día siguiente en el trabajo tratando desesperadamente de encontrar $3,000 para pagar el alquiler atrasado.

Muchas jóvenes de mi barrio también estaban en la misma lucha. Una de ellas había salido de su apartamento y aplicó para recibir refugio. No tenía a quién más recurrir. Afortunadamente para mí, mi madre, que también había sido una madre soltera, pudo prestarme dinero para pagar la deuda, y luego encontré un apartamento más pequeño.

Hace poco compartí esta historia muy personal en un desayuno llamado “Soy mi hermana, mi hermana soy yo” al cual asistió un grupo de prominentes mujeres afrodescendientes y líderes latinas en la lucha contra la pobreza, la desigualdad y la falta de vivienda.

Era parte de nuestra campaña para educar a la comunidad sobre la prevención del desalojo, especialmente entre mujeres de color que viven en pobreza. El número de mujeres afrodescendientes e hispanas sin hogar es asombroso: Dos tercios de todas las mujeres en albergues para personas sin hogar sólo para adultos son afrodescendientes, y 26 por ciento son latinas.

La Ciudad está haciendo su parte, principalmente a través de su red Homebase para la prevención de la falta de vivienda. Homebase ofrece a los neoyorquinos que están a punto de quedar sin hogar ayuda para evitar los albergues, con una gama de servicios integrados entre los que se incluyen prevención de desalojo, ayuda para obtener beneficios públicos, búsqueda de empleo y asistencia, orientación y asistencia financiera a corto plazo. Con sus 23 oficinas en los cinco condados, los expertos en prevención del desalojo de Homebase pueden ayudar a personas en riesgo de desalojo como yo a desarrollar un plan para superar su crisis inmediata y lograr estabilidad de vivienda.

Sin embargo, la prevención es responsabilidad de todos y comienza en todas las comunidades de color —nuestras comunidades. Y comienza comunicando si usted o alguien que conoce está a punto de ser desalojado.

Yo tuve la ayuda de mi madre, pero no todos tienen esa suerte. Ellos necesitan nuestra ayuda. No podemos escapar de la verdad: Estamos en medio de una guerra contra la falta de vivienda —y debemos enfrentarla en todos los sentidos y con todas las armas a nuestra disposición. No podemos perder.

Sea parte de nuestra lucha contra la falta de vivienda. Si usted o alguien que conoce necesita ayuda, llame al 311 o visite www.nyc.gov/homebase.

Juntos podemos ayudar a neoyorquinos en riesgo antes de que sean obligados a dejar sus hogares y queden con pocas opciones antes de entrar a un albergue. Pero ellos, y nosotros, tenemos que comunicar estas necesidades.

Camille Rivera es subcomisionada del Departamento de servicios para desamparados

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