“Madres latinas son el blanco de multas“
Activistas aseguran que vendedoras callejeras hispanas son las que más reciben sanciones de la Ciudad por trabajar sin licencias y piden que el Concejo cambie las leyes
Hace un mes Aurora “Lola” Díaz recibió dos multas de $1,000 cada una por vender tacos y arroz con pollo en la calle 110 en East Harlem sin licencia. Este lunes, la mexicana habló de su dramática historia como vendedora ambulante, antes de acudir a una audiencia para hacerle frente a esas sanciones en la Oficina Administrativa de Juicios y Audiencias, en Manhattan.
“Las multas son demasiadas altas especialmente para una persona que está pagando impuestos”, dijo Díaz antes de entrar a la oficina del juez Clive Morrick, a quien le rogó que le rebaje el monto de las sanciones. Sin embargo, el magistrado dijo que la corte no tiene el poder para rebajar las penas y ahora ella debe un total de $5,000 a la Ciudad, por multas acumuladas desde marzo de este año.
“Yo siento que no le estoy haciendo mal a nadie”, expresó la madre de tres varones nacidos en Nueva York de 20, 17, y 12 años.
El caso de Díaz es cada vez más común entre muchas madres latinas que dependen de las ventas callejeras para sustentar a sus familias y quienes, según activistas, se han convertido en el blanco principal de los inspectores que emiten las sanciones.
“En términos de personas que venden en la calle sin permiso, la mayoría son latinas”, dijo el abogado Sean Basinski, director del Street Vendor Project, una asociación que aboga por los derechos de los vendedores ambulantes. “Yo diría que una gran mayoría son madres y muchas veces madres solteras”.
Basinski ve casos como el de Díaz todos los días. Él estimó que el 80% de las personas que son multadas por no tener licencias son mujeres hispanas.
Aunque estás madres tienen temor de ser multadas, no cuentan con muchas opciones ya que el trabajo que pueden hacer es limitado. “No hay muchas oportunidades de empleo para las mujeres hispanas monolingües”, indicó Basinski.
El problema de las licencias
Díaz, de 47 años, ha tratado de conseguir una licencia para vender en la calle y así evitar ser multada, pero la Ciudad tiene un límite de 3,000 de estos permisos para los vendedores ambulantes.
El número de licencias fue determinado por leyes aprobadas por el Concejo Municipal en 1979 y 1983, y desde entonces no han cambiado, aunque durante el verano se añaden 1,000 permisos extras.
Las leyes favorecen a los veteranos de guerra quienes son los que han logrado hacerse con la mayoría de los permisos, así que para alguien como Díaz sólo hay 853 licencias disponibles, las cuales ya están en su límite máximo.
Basinski indicó que en promedio se podría tardar de 15 a 20 años en conseguir uno de estos permisos, de manera legal. El abogado explicó que hay dos razones que estas leyes no se hayan cambiado: Primero no hay suficientes personas preocupadas y pidiendo a los oficiales electos que cambien la limitación; segundo, los grandes negocios, las compañías inmobiliarias, y los distritos de mejoramiento comercial (BID) abogan contra la expansión de licencias.
“Hay muchos multimillonarios que controlan la apariencia de las cosas y su visión de cómo la ciudad debe verse no incluye a Lola con su mesa improvisada al frente”, añadió Basinski.
Este fenómeno, según Basinski, no es nuevo en la ciudad de Nueva York. Cuando las personas del Este de Europa, los judíos, y los italianos primero vinieron a la ciudad, también fueron rechazados por la clase rica. Otras ciudades grandes como Los Angeles, Chicago, y Washington D.C. no tienen límites de licencias.
El Departamento de Salud, que es el encargado de otorgar los permisos, indicó que “estamos examinando este asunto con las partes interesadas”. Además, añadió que sólo el Concejo Municipal puede cambiar el límite de las licencias.
Entre tanto, en la oficina de la presidenta del Concejo, Melissa Mark-Viverito, aseguraron que se están trabajando los detalles de la legislación para expandir las licencias, aunque el proceso se está tomando más de lo que esperaban. “La Presidenta está manteniendo todas las opciones abiertas incluyendo levantar el límite completamente”, indicó un vocero.
Problemas en las audiencias
Pero además de la carga económica que representan las multas, las vendedoras que son amonestadas también enfrentan otra dificultad, entender cómo funciona el proceso en las cortes. Por ello, Díaz no fue a la audiencia sola y estuvo acompañada de activistas como Yanina Calderón, quien explicó que la semana pasada tuvieron una reunión con alrededor de siete vendedores que contaron sus dificultades sobre todo la falta de traducciones. “No se sienten cómodos, se sienten intimidados”, dijo Calderón.
Calderón, quien es miembro del Partido Socialista de Liberación y el Answer Coalition, también ayudó a Rosalba Torres Cardoso, de 45 años, en su audiencia. Torres recibió una multa de $1,000 el mismo día que Díaz. “Iba pasando y me quitaron los alimentos y el carro”, describió la mexicana que por años ha vendido su comida por East Harlem.
Cifra de vendedores ambulantes:
- Antes que la Ciudad pusiera límites, existían alrededor de 12,000 licencias para vendedores ambulantes.
- En 1979 y en 1983 el Concejo Municipal bajo el límite a 3,000 y desde entonces no ha cambiado.
- Cifras extraoficiales calculan que diariamente se mueven en Nueva York unos 20,000 vendedores en las calles.
- Según el Departamento de Asuntos del Consumidor en Nueva York hay 2,558 vendedores ambulantes con licencias
- El otorgamiento de nuevas licencias para carritos de comida se congeló en 1979, y sólo se renuevan cada año unas 5,000 que ya fueron expedidas, y que suelen ser subrentadas, promoviendo el llamado mercado negro.
- El costo real de estas licencias es de $200 por dos años, pero los vendedores denuncian que en el mercado negro se alquilan entre $18,000 y $25,000.
- Los vendedores ambulantes de NY tienen ingresos por $192 millones cada año.
- Sus ventas se elevan a $292 millones por año.
- Pagan $71.2 millones en impuestos para la Ciudad.