Con lienzos y acuarelas tratan de olvidar el dolor
Enfermos del 9/11 usan el arte como terapia para curar o reducir la depresión, la ansiedad y los traumas causados por los ataques terroristas
Han pasado 15 años pero Emma Coss recuerda el horror de ese día como si fuese ayer.
La mujer puertorriqueña estaba enseñando una clase en la escuela secundaria Stuyvesant High School, a pocas cuadras del World Trade Center, cuando las Torres Gemelas colapsaron frente a sus ojos la mañana del 11 de Septiembre de 2001.
“Yo estaba allí y vi todo lo que pasó. Vi gente herida que trabajaba allí; vi a policías y bomberos entre los escombros”, recuerda Coss.
“Al regresar a la escuela para limpiar los salones, nos tocó respirar todo ese polvo y las cenizas”, agrega la hispana que hoy en día forma parte de los cientos de pacientes del 9/11 que son atendidos en el World Trade Center Environmental Health Center del Hospital Bellevue en Manhattan.
Pero más allá de las secuelas físicas que le dejaron los ataques –sufre de asma, gastritis y sinusitis crónica–, la mujer ha tenido que lidiar todos estos años con las repercusiones emocionales y psicológicas que le dejó este evento tan traumático que, según asegura, no ha logrado olvidar.
Por esta razón Coss decidió participar en el Art Therapy Program del WTC Environmental Health Center, porque se ha demostrado que a través de las artes se puede alcanzar cierta paz y tranquilidad mental y emocional.
“Mi asma está controlada con los medicamentos, pero los síntomas emocionales siguen. Por eso me metí en la clase de arte porque es un escape que me ayuda muchísimo a distraerme y a reducir el dolor, el estrés y la depresión”, comenta Coss.
“No sé cómo describirlo, pero se me olvidan todos los problemas; como si no hubiese pasado nada. Toda mi mente la dejo allí, en el arte”, agrega la paciente y artista quien se inclina por pintar paisajes con muchas flores de colores.
Más de 100 personas han participado en el Art Therapy Program en el Hospital Bellevue, que fue creado en 2004 y que ha ayudado a muchos neoyorquinos a reducir, por lo menos un poco, sus recuerdos dolorosos.
Este también ha sido el caso del colombiano Gilberto Ruíz, quien se desempeñó como voluntario los primeros días tras la tragedia –donando agua a bomberos, policías y rescatistas– y que luego trabajó en las labores de limpieza de polvo y escombros en los edificios aledaños a la Zona Cero.
“Yo entendía la dimensión de la catástrofe, pero nunca me llegué a imaginar la dimensión del problema de salud que nosotros íbamos a sufrir allí, pero la necesidad de trabajar era muy grande”, comenta Ruíz, quien asegura que durante los cinco meses que trabajó limpiando no usó protección contra el polvo.
“Yo estaba completamente sano cuando llegué de Colombia y a raíz de los ataques del 9/11 comenzaron mis problemas con asma, gastritis, sinusitis y hasta me tuvieron que hacer una cirugía de corazón abierto. Los médicos me dicen que fue por la inhalación tan fuerte de humo y polvo”, dice el paciente, quien recientemente fue diagnosticado con un problema en un pulmón.
Al igual que ocurre con Coss, Ruíz asegura que las clases en el Art Therapy Program le han servido como una medicina para sus problemas emocionales y psicológicos.
“A mí esto me cambió la vida. Tenía una depresión muy fuerte y me estaba abandonando a mí mismo, pero esto me ha ayudado a olvidar las cosas del pasado, a reflexionar y amar más la vida”, comenta el hispano.
De lo gris a lo colorido
Según explica la doctora Irene Rosner David, directora de Therapeutic Arts del Hospital Bellevue, el arte como terapia de grupo se incluyó dentro del programa WTC Environmental Health Center con el fin de ayudar a pacientes muy traumatizados en su proceso de recuperación, incluso varios años después de la tragedia.
Este proceso creativo les dio la oportunidad de pintar lo que no podían expresar en palabras y los ayudó a calmar sus emociones y a tener mayor tranquilidad y seguridad.
“El proceso es impactante y lo que hemos visto es un cambio muy bello con el tiempo. En los primero años las pinturas eran grises o tenían anaranjado y rojo por el fuego; mostraban las torres y eran un reflejo de la depresión y ansiedad”, dice la doctora Rosner.
“Pero poco a poco, las pinturas fueron cambiando hacia naturaleza, árboles, flores. Ahora están llenas de mucho color y tiempos felices”, indica la terapeuta.
Además de los problemas de salud mental como depresión y ansiedad, el WTC Environmental Health Center se especializa en las principales enfermedades relacionados con el 9/11 incluyendo problemas respiratorios como el asma, trastornos gastrointestinales y el cáncer.
Sobre el centro
El WTC Environmental Health Center es un centro patrocinado por el Gobierno Federal y administrado por el NYC Health + Hospitals, que evalúa y ofrece tratamientos médicos a residentes, estudiantes, trabajadores, rescatistas, voluntarios o transeúntes –conocidos como “sobrevivientes”–, que fueron expuestos a la nube de polvo en la Zona Cero el 9/11. El Centro ofrece servicios sin costo alguno para los pacientes y sin importante su estatus migratorio en tres hospitales de la ciudad: el Bellevue, Gouverneur y Elmhurts. Para obtener información sobre la elegibilidad y la inscripción visite: www.cdc.gov/wtc o llame al 1-888-982-4748.