¿Hay una guerra mediática contra Trump?

Trump acusa a los medios de ser cómplices de Clinton, pero la mayoría de los expertos asegura que los periodistas tienen la obligación de cuestionar las propuestas y la honestidad de ambos candidatos

Donald Trump

Donald Trump  Crédito: Chip Somodevilla | Getty Images

WASHINGTON.- No es ningún secreto que el aspirante presidencial republicano, Donald Trump, ha acusado a los periodistas de ser “corruptos” y estar al servicio de los demócratas, y en los últimos días ha advertido a sus votantes que no se dejen “robar” la elección por culpa de la prensa.

Desde que lanzó su candidatura en junio de 2015, Trump ha hecho toda clase de polémicas declaraciones contra diversos bloques electorales, incluyendo los inmigrantes, las mujeres y los veteranos de guerra.

Su propio compañero de fórmula, Mike Pence, anoche mismo minimizó los ataques de Trump de que los inmigrantes mexicanos son “criminales”, “violadores”, o narcotraficantes, y criticó que el senador demócrata, Tim Kaine, su rival a la vicepresidencia, estuviese machacando una y otra vez “esa cosa mexicana” durante el debate en Farmville (Virginia).

Pence negó que Trump haya puesto en un mismo saco a todos los inmigrantes, o que haya lanzado ataques sobre otros temas, pese a que las grabaciones de video lo confirman.

Paradójicamente, Trump ha generado más cobertura mediática que ningún otro rival en la contienda. Tan sólo hasta marzo pasado, la obsesión mediática con Trump le generó cerca de $2,000 millones en publicidad gratuita, según un análisis de la revista “The Atlantic”.

Esa cobertura no incluye las reacciones en Twitter, Facebook y demás redes sociales. Es innegable: Trump siempre ha estado en boca de todos, pero ha llamado a los periodistas “corruptos”, y en algunos actos electorales durante las primarias incluso animó a sus partidarios a abuchearlos.

En los últimos días, Trump ha amenazado con demandar al diario “The New York Times” porque divulgó parte de su declaración de impuestos de 1995, en la que reportó una pérdida de $918 millones, y sugirió que el empresario pudo haber evitado el pago de impuestos durante 18 años.

Trump solo ha dado entrevistas a medios muy selectos -ninguno hispano y todos conservadores-, y  retiró las credenciales a periodistas de medios como The Washington Post, The New York Times, BuzzFeed, y Politico, molesto por su cobertura “sesgada”.

“Brazo de propaganda”

La campaña de Trump y grupos afines se quejan de que los medios de comunicación son un “brazo de propaganda” de su rival en la contienda, la demócrata Hillary Clinton, y critican en particular que sus palabras sean tergiversadas o sacadas de contexto.

En el episodio más reciente, la campaña de Trump se quejó de que la prensa manipuló sus comentarios de que los veteranos de guerra que sufren el Trastorno de Estrés Postraumático (PTSD, en inglés) tienen mentes débiles.

Según una transcripción de su intercambio el lunes pasado con un grupo de veteranos en Virginia,  sobre ayudas para soldados con PTSD, Trump señaló que algunos han estado expuestos a cosas en el campo de batalla, son fuertes y pueden manejarlo, “pero muchas personas no pueden, y ven historias de horror”, por lo que necesitan acceso a servicios de salud mental.

Varios titulares sugirieron que Trump criticó a soldados con PTSD por tener mentes débiles. Para el teniente general Michael Flynn, un partidario de Trump, ése es tan solo un ejemplo de cómo los medios “continúan operando como el brazo de propaganda de Hillary Clinton” y buscan “engañar a votantes y veteranos”.

También el senador republicano por Arizona y exprisionero de guerra, John McCain, culpó a la prensa por la tormenta mediática, tachándola de “prejuiciada”.

El escrutinio de los medios

Si bien al inicio de la contienda pocos medios analizaron con seriedad las declaraciones y propuestas de Trump,  a cinco semanas de los comicios abundan los reportajes de investigación, incluyendo el del New York Times, sobre el candidato de Manhattan.

El “Washington Post” indicó que la Fundación Trump no tenía la debida certificación para solicitar donaciones en Nueva York, mientras que la revista “Newsweek” cuestionó si una empresa vinculada con Trump posiblemente violó el embargo contra Cuba.

Otros reportajes se han centrado en su trato hacia las mujeres y hacia sus empleados, su impago o abuso de contratistas, y su manejo de la fundación.

Frustados con la retórica de Trump, al menos cinco periódicos nacionales de corte conservador se han negado a respaldarlo, o peor aún, lo han hecho por Clinton.

El diario “The Arizona Republic”, dio la gran sorpresa al apoyar a Clinton, porque ese diario no había apoyado a un demócrata desde su creación en 1890.

Y el “Dallas Morning News” no se había decantado por un demócrata desde antes de la Segunda Guerra Mundial, pero declaró que Clinton no solo tiene las cualificaciones sino que sus errores “simplemente están en un universo diferente” al de Trump.

Pence indicó el lunes pasado que los medios se han ensañado con Trump pero que, en vez de tumbarlo, “al día siguiente encienden el televisor y ven que Donald Trump sigue de pie, más fuerte que antes y siempre luchando por el pueblo estadounidense”.

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