Mets: un final amargo y un montón de preguntas
Después de perder por 3-0 ante Gigantes, los Metropolitanos acumulan seis blanqueadas en octubre. La más reciente, antes del miércoles, fue ante los Cardenales, 5-0, en 2006
Los nombres de una noche llenan de paradojas en la que la fiesta se cambió de calle ya están en la crónica del día después. Que Madison Bumgarner fuera impresionante era algo esperado y que Noah Syndergaard aguantara la pulseada del titán de Gigantes fue más de lo esperado, pero que Jeurys Familia, el mejor cerrador de la liga –51 salvamentos– se hundiera de manera tan abrupta solo pudo explicarlo –y justificarlo– Terry Collins frente a los periodistas en los últimos minutos de una noche en la que los jugadores de Gigantes apuraban su festejo para volar a Chicago.
“Él (Jeurys Familia) es tremendo muchacho. Es bueno en lo que hace. Ha salvado noventa juegos (en dos años) y una mala noche, por mucho que nos parezca amarga y nos duela, no puede borrar todo lo bueno. Sé que a él mismo le duele más, porque es el momento en que estás y duele más”, dijo Collins en una larga comparecencia ante los medios tras la eliminación.
El mismo hombre que dijo después del descanso del verano: “no nos den por muertos”, la noche del miércoles explicaba sin dramas por qué estaban muertos. “Lo que hemos hecho para estar aquí esta noche (miércoles) tiene mucho valor y yo estoy muy orgulloso de mis muchachos”.
Con toda razón porque el 27-13 de sus últimos 40 juegos es el mejor de las Grandes Ligas en ese tramo. Debió contar porque sacó a Syndergaard tras siete entradas. “Tenía 108 lanzamientos”, dijo.
Lo cierto es que el plan perfecto de Collins hasta la penúltima parada lo pone a salvo.
Eso aunque el fiasco de Familia haya sido el plan perfecto para Bruce Bochy. Mantener la pulseada por un juego cerrado hasta la octava, para decidirlo sin Bumgarner en el juego parecía perfecto. Pero fueron los Gigantes los que se llevaron el gato al agua, ganándolo cuando ya Syndergard había ido a la ducha.
Ya estaba calentando Sergio Romo para lanzar la parte baja de la novena, que era cuando supuestamente los Mets tendrían su festival, cuando se hundió Familia.
Por eso regresó Bumgarner y se engulló a los tres bateadores finales de Mets para cobrar la blanqueada. Wilmer Flores, a quien acabó en la lista de lesionados fue de los pocos que tuvo la cabeza bien puesto dentro del caos.
“Así son los wild card…un sólo juego. No creo que nos deban juzgar… si somos más buenos o más malos por un sólo juego”, expresó.
Collins cerró el tema sin más amarguras. Habían llegado hasta esta instancia con un equipo en el que a veces no había suplentes.
“Muchas noches en este verano he mirado al campo y he visto uno o dos de los hombres que estuvieron con nostros en el Opening Day”, dijo. “Muchas veces he visto a uno solo de los que estuvieron en la Serie Mundial”.
Jeurys Familia no se hace dramas
“Eso ya está en el pasado… ahora estoy pensando en 2017”, fue el primer balance de Jeurys Familia, quien no quiso externar la trascendencia que sí tenía el momento tras permitir un jonrón de tres carreras que eliminó a los Mets. “No es la primera vez que juego béisbol, esas cosas pasan y así es el juego”, dijo el dominicano avalado por los 51 juegos salvados esta campaña. El poderoso cerrador permitió sólo un cuadrangular en 77.2 entradas lanzadas en el calendario regular.
Lo mejor de Mets en un año complicado
El surgimiento de Robert Gsellman, JT Rivera y Seth Lugo fue sin duda lo más notable y digno de rescatar en la temporada de Mets. Gsellamn (4-2) y Lugo (5-2) surgieron de la nada cuando quedaron fuera Steven Matz y Jacob deGrom y ambos dejaron muestra de tener el talento y el carácter para las Grandes Ligas. Capítulo aparte el tremendo año de Bartolo Colón (15-8), quien a los 43 años resiste incólume el paso del tiempo y ya acumula 233 juegos ganados camino de una marca legendaria.