Con cartón corrugado fabrican equipos para ayudar a discapacitados

Organización sin fines de lucro produce equipos para discapacitados con materiales reciclables y enseña cómo hacerlos

Desiré Guzmán ahora suspira cuando ve a su hija, Amanda, caminar y sentarse casi sin ayuda en el banquito hecho a la medida por el que ningún seguro quiso pagar. Su pequeña de tres años lucha por tener una vida normal, con la ayuda de los dispositivos que creó para ella “Adaptive Design Association” (ADA), una organización sin fines de lucro que fabrica equipos para personas discapacitadas con materiales reciclables como el cartón corrugado.
Amanda tiene un marcado bajo tono muscular y problemas ortopédicos congénitos, que le impiden moverse independientemente.  “Te hiere mucho ver que los seguros pagan por cosas no necesarias a otras personas”, expresó la madre dominicana, quien tiene cinco hijos, dos de ellos discapacitados. “Esperamos más de un año por la aprobación del seguro”que nunca llegó.
ADA diseñó y financió para Amanda una silla para comer, un asiento especial para sentarse a la mesa con su familia y un stander o plataforma que ayuda a su chiquita a fortalecer sus piernas y caderas para pararse. El costo de estos equipos (si existen en el mercado) es de miles de dólares. Eso sin contar la espera de nueve o más meses para obtenerlos.
“Ellos son unos magos haciendo maravillas”, afirma Guzmán sobre ADA, un grupo que nació hace 18 años por iniciativa de Alex Truesdell, una maestra que comenzó a diseñar estas adaptaciones para ayudar a su tía minusválida, y Antoniette LaSorsa, quien la impulsó a formar la asociación en Nueva York.
Patricia Torres, la terapista física de Amanda con más de 20 años de experiencia, fue quien conectó a Desiré con ADA. “Yo uso ADA con niños que son muy chiquitos y para los que no hay equipos de su tamaño en el mercado”, explicó. En diversas sesiones en la casa de Amanda, Torres y Rocío Alonso, diseñadora y fabricante de ADA, idearon los aparatos que cumplieran con los fines terapéuticos que requería la pequeña y fueran funcionales para Desiré.
“Para mí, la silla ayuda a Amanda a sentarse con una mejor postura. Para la mamá es más facil darle de comer”, apunta la terapista ecuatoriana. Según Torres, el trabajo de ADA con padres y terapeutas es “una manera muy eficiente de involucrar a la familia” en la atención y actividades diarias de sus niños.
Otra de las creaciones de cartón reciclado sirve para apoyar una tableta.
Otra de las creaciones de cartón reciclado sirve para apoyar una tableta.

El taller de maravillas

Rocío Alonso soñaba con diseñar mobiliario cuando llegó a Nueva York en 2006, pero al no lograrlo decidió ser voluntaria en ADA. En la actualidad, además de crear equipos a la medida, de bajo costo y durables, la colombiana ayuda a formar profesionales en el arte del diseño y fabricación de adaptaciones.
En su taller, Alonso y su equipo construyen modelos para bancos de escuela, escritorios, banquitos para chicos inquietos, sillas de ruedas, tarjetas de comunicación para personas como problemas de visión y un sin fin de objetos para la movilidad, aprendizaje y entretenimiento de personas discapacitadas.
“Tenemos tres enfoques principales: fabricación; educación a través de cursos para interesados como terapeutas, profesores, arquitectos, estudiantes y familiares de minusválidos; y réplica, dando orientación a grupos que quieran desarrollar estas iniciativas en su comunidad”, destaca la diseñadora colombiana.
 “Alex, nuestra fundadora y directora, ha ayudado a copiar nuestro modelo en varios países como Guatemala (donde hay ya tres talleres), Argentina, Perú, Ecuador, Brasil y Canadá”. En total, hay 13 iniciativas internacionales similares y otras 12 en diversas urbes del país como Filadelfia, Boston y Chicago. Para ello, ADA tiene el apoyo financiero del “New York Community Trust”, “Dorothea Haus Ross Foundation”, “New York State Health Foundation” y el Concejo de la Ciudad. ADA tiene un programa de formación para el trabajo para mujeres con historia delictiva, en unión con la División de Servicios de Justicia Penal del estado de Nueva York.
La dominicana Kenia Cornelio es una de las coordinadoras de esta iniciativa de resinserción social, que 13 años atrás le ayudó a salir adelante al dejar la prisión. “Aquí aprendí de trabajo en equipo, liderazgo, cómo vestirme y cómo expresarme, pero sobre tuve la oportunidad de entenderme a mi misma”, dice quien supervisa la producción de tarjetas de comunicación para “American Printing House” for the Blind, escuelas y otros entes de asistencia a discapacitados.
Además, emplea como pasantes a universitarios de New York University, Columbia University y Touro College, así como a estudiantes de secundaria (en la actualidad, dos alumnos autistas laboran en el taller).
“Somos una fuente abierta de información para todo el que quiera trabajar en este campo”, afirma Rocío Alonso. “El impacto que se puede hacer en la comunidad es grandísimo con muy poco”.l
Cifras
  • 612 piezas de adaptaciones se entregaron, en su mayoría a niños, en 2015.
  • 582 horas de cursos sobre diseño de adaptaciones se impartieron en 2015.
 
¿Quiéres ser un diseñador de adaptaciones?
Los cursos de ADA duran de uno a tres días. En ellos las personas se familiarizan con los materiales y aprenden a hacer adaptaciones a la medida. No hay que ser un experto, sólo tener una mente abierta y ganas de hacer el bien.

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