Editorial: Unidos por inmigrantes

El Día Internacional del Inmigrante nos recuerda que no estamos solos en esta lucha por la dignidad

Hace 16 años la Organización de Naciones Unidas (ONU) estableció el 18 de diciembre como el Día Internacional del Inmigrante para recordar a todos los que murieron en busca de una vida mejor y también como un reconocimiento a las contribuciones que los migrantes aportan a las sociedades que los reciben.

Hoy esta fecha tiene un matiz especial para los inmigrantes en EEUU. En nuestro país el desafío que enfrentan estas comunidades ha cambiado drásticamente con el triunfo de Donald Trump.

Ya no se habla de cómo debería ser una reforma migratoria, sino cómo evitar la deportación de millones. El debate para extender la protección contra la deportación para los padres indocumentados de hijos nativos dio a lugar a de qué manera se puede detener la deportación de los Dreamers que están acogidos a la orden presidencial de DACA. Y la amenaza de discriminación contra los musulmanes, inmigrantes y nativos, ahora se le agrega la posibilidad que por su religión se los quiera incluir en un registro gubernamental.

Todo esto es una amenaza real que requiere acción. Ya hay numerosos gobiernos locales comprometidos a defender a sus residentes, que aún sin papeles, son una parte valiosa de su ciudad. Los estados que tienen gran cantidad de inmigrantes conocen la dedicación a sus labores, la responsabilidad y la honestidad de estos trabajadores.

Este domingo tanto en Los Ángeles como en Nueva York habrá marchas exigiendo respeto a las comunidades inmigrantes, y en contra de las políticas que alimentan el odio. Esta es una de varias oportunidades para demostrar la oposición a las deportaciones y reafirmar que esta es una nación que se sigue construyendo con inmigrantes.

La situación de nuestra comunidad es parte de un fenómeno global. En el mundo hay más de 244 millones de inmigrantes, 20 millones de ellos refugiados. Cada día miles de personas desafían el peligro para huir de la pobreza o de una amenaza. Muchos de ellos mueren, como los cerca de 4,000 fallecidos solo este año en el Mar Mediterráneo. Todo esto para llegar a un país desarrollado que necesita mano de su mano de obra, pero aún son explotados laboralmente y satanizados políticamente.

El Día Internacional del Inmigrante nos recuerda que no estamos solos en esta lucha por la dignidad. Basta mirar alrededor para ver que no hay razas ni religiones que dividan a los inmigrantes cuando están unidos por el deseo de superación y respeto para ellos y sus familias.

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