Editorial: Para la justicia criminal los latinos no cuentan

Nadie sabe exactamente cuantos latinos son arrestados cada año, ni cuantos están en prisión, en libertad condicional y bajo palabra

Se sabe que en nuestro sistema de justicia criminal existen significativas disparidades raciales. Es muy probable que un individuo afroamericano desde su detención hasta su libertad condicional pase por un rigor legal más estricto que el de una persona blanca.

Con respecto a los latinos no hay datos en esta área. Esto es un problema porque es difícil sin esta información comprender y establecer políticas que tengan un impacto en la minoría de mayor crecimiento de Estados Unidos.

Los latinos no son una raza, sino una etnia. La diferencia entre afroamericanos, blancos/anglos y latinos es reconocida en los datos que recaudan las agencias estatales y federales. En otros casos no.

Un ejemplo, son los datos sobre tiroteos que involucran a la policía. Allí la información sugiere que los latinos son a quienes menos se les dispara y mata en proporción a su población. En realidad, en muchos estados -si reportan estos incidentes- suelen identificar a las víctimas latinas como blancas y en menos casos como negras. Esto hace imposible conocer las cifras de los tiroteos policiales en la comunidad latina.

El estudio “La alarmante falta de datos sobre latinos en el sistema criminal de justicia”, dado a conocer hace unos días por el Urban Institute muestra que esta falta de información es un problema en todo el país.

La inmensa mayoría de los estados no informan sobre raza y etnicidad sobre la gente que es arrestada, está presa, los delitos que cometen, los que están en libertad condicional y en libertad bajo palabra. Solamente 15 estados reportan la etnicidad de los arrestados.

California es uno de los peores en este aspecto ya que solo informa sobre arrestos, mientras que en Nueva York esos datos son sobre gente en prisión y libertad bajo palabra. Florida está entre los peores estados y Texas entre los mejores.

Nadie sabe exactamente cuantos latinos son arrestados cada año, ni cuantos están en prisión, en libertad condicional y bajo palabra. Así la perspectiva latina está excluida de la conversación nacional sobre la reforma al sistema penal.

Es necesario que todos los estados adopten al menos las categorías de la Oficina del Censo “blanco-no hispánico” e “hispano negro”, que esta información sea hecha pública cada dos años y que la declaración de a qué grupo pertenece la haga el mismo individuo.

De esta manera se obtendrán datos necesarios de una comunidad que no debe ser ignorada a la hora de recaudar información.

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