Oscars: blanco y negro… pero no bronce

Columna de opinión de Santiago Pozo, fundador y CEO de Arenas Entertainment, empresa especializada en marketing con base en Hollywood

El codiciado trofeo de los Premios Oscar.

El codiciado trofeo de los Premios Oscar. Crédito: A.M.P.A.S.

Al ver los Globos de Oro y al percatarme del número de nominaciones para “Moonlight“, y de las ya familiares estrellas invitadas como Denzel Washington, Viola Davis y Octavia Spencer (“Fences” y “Hidden Figures“) compartiendo mesa con los Goslings, las Streeps y los Afflecks, uno puede finalmente tener la sensación de que la nefasta controversia #OscarsSoWhite del año pasado ha sido superada.

Y sí, en esta temporada de premios la diversidad multicultural ha recorrido un largo camino… si eres afroamericano.

Esto es un gran paso hacia adelante, una importante deuda que tenía nuestra industria y que pedía ser pagada desde hace décadas y un gran avance para todos. Pero, de acuerdo con el diccionario Merriam-Webster, la palabra diversidad significa “la inclusión de diferentes tipos de personas (como personas de diferentes razas o culturas) en un grupo u organización”.

Hay que razonablemente concluir que “diferentes tipos de personas” no significa sólo ser negro o blanco.

Así que no puedo dejar de preguntarme, ¿dónde estaban los hispanos, que después de todo representamos el 17% de la población total de los EEUU y el 25%de la taquilla del cine?

¿Dónde estaban los asiáticos, que Hollywood está más que deseoso de cortejar, sobre todo por la creciente mega taquilla en China (más de $6.8 billones en entradas en 2015) y sus dólares de inversión?

Seguramente, como latinos, deberíamos de estar contentos con la aparición de Sofía Vergara en el programa, a pesar de su exagerada y ligeramente racista broma “anal”, por no mencionar que los hispanos con “acentazo” en inglés pertenecen a un humor tan pasado y rancio como la era de Eisenhower.

O que deberíamos de estar contentos con que Diego Luna pudiera decir unas cuantas palabras en español en televisión nacional.

Dos actores hispanos, fueron requeridos para el alivio cómico y entregar premios, pero no para recibirlos. Lástima, al parecer, para los John Leguizamos, los Michael Peñas, las America Ferraras, las Eva Longorias y los Danny Trejos de nuestra industria, a los que les iría mejor si tuvieran acentos estereotípicos. De lo contrario, seguimos siendo relegados a losmárgenes, o incluso invisibles.

¿Dónde estaban los actuales nominados latinos?

Seguramente, como la cultura humilde que somos, deberíamos esperar a que Alfonso Cuarón o Alejandro González Iñárritu dirijan otra película antes de aspirara nominar a otro cineasta hispano. Que el último actor hispano que ganó un Oscar al Mejor Actor fue Benicio del Toro hace diecisiete años, en el 2000. Y, que la última vez que un actor/actriz latino haya sido nominado al Oscar fuera en el 2011, Demián Bichir por “A BetterLife”, es lo que debe ser, lo que nos merecemos. Según la MPAA, hay un promedio de 600 películas producidas en los EEUU cada año. No se necesita una calculadora para ver que no salen las cuentas.

Luego están los asiáticos, o, tal vez mejor dicho, no estuvieron. Fuera de Dev Patel (“Lion“) y Riz Ahmed (“The Night Of“), parecía que no había otros asiáticos invitados a tomar champán en el Beverly Hilton este año.

Pero, ¿es esto culpa de la Hollywood Foreing Press Association o de la Academy of Motion Pictures…? No, no lo es. Esas instituciones reflejan lo que nuestra industria practica, y la verdad es que las oportunidades para los hispanos, tanto delante como detrás de cámaras, son pocas y muy distantes entre sí.

Ésta es una desconexión absurda y peligrosa, dado que más de la cuarta parte de los ingresos de taquilla de los Estados Unidos provienen de las audiencias latinas. A nosotros, los hispanos, Hollywood nos da por seguros y conquistados. Simplemente no estamos y cuando estamos, la representación es diminuta. Y esto pasa en todas las películas, en todos los estudios de Hollywood y en todos los departamentos de los mismos, incluso en los departamentos de marketing, a pesar de que somos los consumidores alfa y el público clave de muchos géneros.

Algunos estudios con alguna conciencia social, sea esta verdadera o hipócrita, han instituido “departamentos multiculturales”. Pero de hecho, estos departamentos tienen muy poco o ningún poder, e históricamente han demostrado ser ineficientes para abrir puertas o crear el acceso a empleos para otras culturas, y a veces, son incluso los guardianes más celosos, que en lugar de crear oportunidades, imponen más limitaciones y dificultan el acceso a la industria a mi cultura y a mi gente.

No es bueno para el negocio de nuestra industria cinematográfica seguir ignorando la realidad del consumidor. No es de extrañar que el público esté emigrando a otras formas de entretenimiento, y no es de extrañar que nuestra industria, me duele decirlo, esté en un triste y decadente momento.

Es una miopía por parte de nuestros poderosos mandamases y líderes, que en general se oponen a la construcción de un muro con carga política, cuando ellos mismos han construido un muro invisible alrededor de la industria que niega el acceso a sangre nueva y nuevas sensibilidades. Esta es una enfermedad terminal para nuestro negocio y para la relevancia de los premios de la Academia. Para muestra, los índices de audiencia: a los latinos, los consumidores alfa de películas, no les importa mucho ver los Premios de la Academia. Y los Globos de Oro, menos.

Nuestra industria, como nuestro país, fue construida por inmigrantes para inmigrantes. Los inmigrantes hicieron las películas y los inmigrantes llenaron las primeras salas de cine, una fuente primaria de la energía creciente que convirtió a Estados Unidos en Estados Unidos.

Nuestra industria no nació de un establecimiento privilegiado y poderoso; provino de inmigrantes, comenzando por los inmigrantes judíos que inventaron Hollywood, y luego apoyados por los italianos, los británicos, los alemanes, etc. Cada una de esas culturas ayudó a nutrir la fuente de energía primordial de nuestra industria aportando sus sensibilidades y sus culturas.

Contar historias, el elemento esencial de nuestro arte e industria, es producto de nuestra cultura. Por eso la cultura es esencial para Hollywood, y al no abrir las puertas a un verdadero cine multicultural estamos matando nuestra industria. Basta con mirar la caída constante en las admisiones. (Y el encontrar maneras de aumentar los ingresos elevando el precio del boleto es pan para hoy, pero hambre para mañana). Negar el declive de nuestra industria es tan miope y temerario como negar el cambio climático.

Con suerte, el deseo agresivo de esta Academia para volverse más diversa (no sólo blanca y negra, sino que incluya a todos los colores del arco iris racial), afectará a la industria en el futuro. Tiene que hacerlo… espero.

Abran las puertas al verdadero multiculturalismo, no sólo al blanco y al negro, no sólo al establecimiento, sino a todos nosotros. Hacerlo regenerará nuestro decadente negocio, y todos cosecharemos los beneficios. Si no lo hacemos, en poco tiempo el cine, tal como lo conocemos y lo amamos, pasará a ser irrelevante.

Como miembro de la Academia desde 1993, me gustaría ser sorprendido este año con algunos verdaderos presentadores multiculturales en los Oscars. Tal vez la Academia nos dará la oportunidad de que la industria no: el ser visibles.

Planta las semillas, mi querida Academia. Empieza alentando a los productores del show a ser más inclusivos, comenzando con los escritores, y asegúrate de que los nombres de actores y actrices latinos estén en la lista de posibles presentadores. Con la inclusión de los Eugenio Derbezes y las Kate del Castillos como presentadores, verán un nuevo negocio que florecerá para todos y algunos cambios interesantes en los índices de audiencia.

Sobre el autor

Santiago Pozo es el fundador y CEO de Arenas Entertainment, compañía latina en Hollywood fundada en 1988. También es miembro con derecho a voto de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas, y sirve en el comité ejecutivo del gremio de Relaciones Públicas de la misma.

Santiago Pozo, fundador y CEO de Arenas Entertainment.
Santiago Pozo, fundador y CEO de Arenas Entertainment.

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