Gobierno de EEUU pagará 1 millón a familiares de migrante muerto tras macanazos de Patrulla Fronteriza

La familia de Anastasio Hernandez Rojas recibirá la compensación económica por la muerte del migrante ocurrida en 2010, pero los agentes nunca fueron castigados por el incidente, que dio la vuelta al mundo a través de videos de testigos.

La familia de Anastasio Fernandez Rojas, un migrante que murió en mayo del 2010 tras recibir varios macanazos eléctricos de parte de agentes de la Patrulla Fronteriza y cuya muerte fue catalogada de homicidio por la Oficina del Médico Forense de San Diego, recibirá 1 millón de dólares tras un acuerdo extrajudicial con el gobierno de Estados Unidos en una demanda civil.

Su viuda Maria Puga dijo hoy que el fin del caso civil “no es justicia, sino una marca vergonzosa…nunca olvidaré a mi esposo ni mis hijos a su padre, ninguna familia debería pasar por lo que pasamos, no debe haber más casos como el de Anastasio”.

El acuerdo fue el resultado de la demanda civil presentada por la familia de Hernandez Rojas contra el CBP (Customs and Border Protection), la agencia federal que cuida las fronteras y puertos de entrada del país. La agencia siempre negó que hubiera algo inapropiado en el incidente y varios de sus agentes continuaron negándolo durante su testimonio en el caso civil. 

Hace poco más de un año, el Departamento de Justicia federal de los Estados Unidos, bajo el presidente Barack Obama, declinó presentar cargos por violación de derechos civiles o de cualquier otra clase contra los agentes involucrados en la detención del migrante, quien vivió en San Diego durante veinte años antes de ser deportado.

En ese entonces, el Departamento de Justicia dijo que experimentados fiscales determinaron que “no había suficiente evidencia para perseguir cargos criminales por violación a derechos civiles” y que para hacerlo había que intentar probar que los agentes actuaron con “premeditación para hacer algo que la ley prohibe”, sin ser suficiente el comprobar “accidente, error, miedo, negligencia o mal juicio”.

Dijeron también que Hernández Rojas se resistió a los agentes y que, según análisis, estaba bajo efectos de metanfetaminas, lo que su familia niega. 

A pesar de no haber cargos penales de ninguna clase contra los agentes involucrados en el arresto y maltrato de Hernández Rojas, el caso alcanzó notoriedad nacional tras la publicación de varios videos de testigos, ya que todo ocurrió a la vista de decenas de personas que transitaban por el lugar. 

Entre los testigos estaba una mujer estadounidense, Ashley Young, quien declaró en la demanda civil haber grabado el evento porque le pareció extraño que siguieran aplicándole macanazos al hombre que no se movía y estaba esposado y boca abajo.

El testimonio por video de Young y de varios agentes de la Patrulla Fronteriza fue entregado a los medios de comunicación este jueves y presenta una oportunidad poco usual -casi nunca vista, en realidad- de ver a agentes fronterizos responder a acusaciones de abuso de fuerza. Algunos de ellos, por ejemplo, invocan la quinta enmienda y se niegan a responder a las preguntas de los abogados en el proceso legal civil.

La testigo, Young, dice que pasaba por allí cuando vio la conmoción y escuchó gritos y que comenzó a filmar porque le pareció “repelente” lo que vió.

“El hombre que vi en el suelo no estaba resistiendo y ellos (agentes) estaban usando lo que parecía era fuerza excesiva, también el hombre en el suelo tenía los pantalones abajao, estaba esposado y también atado de los pies, me pareció algo repelente que aparte de todo eso también hubiera un agente con su rodilla sobre su espalda y encima de él”, dijo Young, quien luego describe los macanazos recibidos por Hernandez Rojas.

El trabajador de la construcción murió tras ser arrestado por agentes cuando intentaba regresar al país para reunirse con su esposa y cinco hijos.

Los videos de los testigos muestran alrededor de una docena de agentes de CBP y Patrulla Fronteriza, rodean al hombre esposado y acostado en el suelo, golpeandolo y sometiéndolo a descargas eléctricas en el área de deportación de la garita de San Ysidro.

Uno de los nuevos videos dados a conocer a raíz de la demanda civil, muestra momentos previos al incidente que llevó a su muerte y fue tomado por cámaras de vigilancia en y alrededor de las instalaciones de CBP en San Ysidro, California.

En el video se puede ver cómo varios agentes empujan a Hernandez Rojas y luego se observa el momento en que el hombre se queja de dolor en un tobillo, en el que fue pateado por uno de los agentes. Posteriormente se ve, cuando lo levantan y se lo llevan, que no puede apoyar el pie derecho.

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La familia de Hernández y activistas fronterizos protestaron durante años por el incidente y pidieron a las autoridades federales y a la Casa Blanca que hicieran justicia en el caso.  Activistas fronterizos de la organización cuáquera American Friends Service Commitee y la Coalición de Comunidades de la Frontera Sur, acusaron a las autoridades de proteger a los agentes y retrasar la investigación.

Gene Iredale, abogada principal en la demanda civil, dijo que el caso de Hernandez Rojas es un “microcosmos de todos los problemas que afectan al CBP”.

“La crueldad casual de los agentes que lesionaron a Anastasio, le rehusan la atención médica, toman represalias por sus quejas y solicitudes de atención médica tirándolo al piso, pateándolo y pegándole, uso excesivo de la macana eléctrica por agentes que luego también montaron la rodilla en su espalda poniendo todo su peso sobre él, lo que llevó a la asfixia y ataque al corazón por la posición en que se encontraba,  los supervisores que no hicieron nada y luego los agentes que intentaron destruir la evidencia de la mala conducta (videos)”, dijo Iredale.

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