Los problemas también le quitan el sueño a los niños
Consejos para ayudar al menor que manifesta alteraciones en sus horas acostumbradas para dormir
Ante las nuevas políticas de la administración del presidente Donald Trump en cuanto a inmigración, muchos padres están siendo deportados y las noticias de estos casos están robando horas de sueño a muchos niños latinos temerosos de que ICE arreste a sus progenitores o los regrese a su país de origen.
Esto lo está viviendo “Magdalena”, una madre indocumentada, quien prefirió usar este nombre para proteger su identidad.
“Tengo cinco hijos [de 14, 12, 8, 6 y 3 años]. Todos nacidos aquí y andan bien traumados por todo lo que desgraciadamente está pasando con Trump”, asegura la originaria de Pachuca, México, con casi dos décadas de estar viviendo en Estados Unidos. “Ellos tienen hasta miedo de ir a la escuela por temor a regresar a casa y no encontrarnos. Hay noches que se la pasan llorando o no pueden dormir por estar pensando que algún día, Dios no lo quiera, pase lo más feo: que nos separen de ellos”, detalla la hoy residente de Culver City.
A Magdalena le preocupa la alteración en el sueño que están manifestando sus hijos —especialmente los de 12, 8 y 6 años—, porque ella sabe que “esto afecta su desarrollo”.
La preocupación de esta madre mexicana no es en vano. De acuerdo con la psicóloga Romi Torres-Wards, basada en Los Ángeles, la alteración del sueño en los menores influye en su comportamiento, concentración y rendimiento escolar.
“El sueño es clave en la restauración de la energía que se gasta en la realización de las actividades del día. Además, sabemos que durante las fases 3 y 4 del sueño [conocidas como el estado Delta, en el que se alcanza el sueño más profundo], el organismo segrega la hormona del crecimiento que es muy importante para la regeneración muscular”, especifica Torres-Wards.
Las causas
Maritza Peña, consejera familiar basada en Nueva York, explica que la alteración de sueño que se está dando en algunos menores cuyos padres no poseen los documentos legales para vivir en este país es causa por la llamada “ansiedad de la separación”.
Frente a esta ansiedad, “los niños manifiestan un miedo intenso con solo pensar que pueden llegar a estar separados de sus padres y quedar en manos de otras personas y van a tener que cambiar toda estructura y dinámica familiar”.
Otro factor que influye es la modificación que se presenta en la familia alterada en el horario y las actividades rutinarias que tienen los menores al ir a la cama.
“En medio de la ansiedad y preocupación de llegar a ser deportados, algunos padres pueden variar involuntariamente la hora y las actividades estructurales que tienen para poner a dormir a sus hijos, y esto altera sus horas de sueño”, agrega la experta.
Esta alteración también se da en los menores cuyos padres, en busca de seguridad y apoyo, se mudan a la casa de algún familiar, compadre o amigo cercano.
“En estos casos, el sueño del menor se ve alterado ante el proceso de tener que, por ejemplo, adaptarse a dormir en el cuarto de la abuela en una cama que no es suya”, dice Peña.
Medidas preventivas
Para prevenir los daños emocionales o de desarrollo que pueden presentarse en los menores con alteraciones del sueño, la consejera familiar dice que los padres tienen que estar atentos a todo cambio motriz y psicológico que manifiesta el hijo.
“El menor con problemas de sueño puede ponerse a llorar, sin razón, al momento de ir a la cama o tener mucho llanto en medio de la noche”, señala Peña. “También puede lucir agotado, desconcentrado, somnoliento y mal humorado durante el día”.
En los casos extremos, puede presentar alergias, enuresis (es decir, que se orina involuntariamente en la cama) y, como en los adultos, dolor de cabeza, fiebre y vómitos. “En estos casos, los padres deben buscar ayuda profesional lo más pronto posible”.
Una medida preventiva es el tratar de “ser consistente con el horario y la rutina del menor a la hora de ir a la cama”, a pesar del caos emocional que la familia pueda estar viviendo.
También es importante que estén pendientes que el menor no esté usando el teléfono celular, el iPad o cualquier otro aparato electrónico al momento de ir a la cama. “Científicamente se ha demostrado que todo aparato electrónico que se usa al momento de ir a la cama altera el reloj biológico que cada persona tiene para llamar el sueño”, apunta Peña.
Otra recomendación preventiva que ayuda más que todo a los más pequeños es acostarlos con el juguete o la manta preferida.
“Esto los hará sentir seguros y así podrán dormir tranquilos, sin sobresaltos ni miedos que los despierten en medio de la noche”, concluye Peña.