Sessions afrontará escrutinio del Senado sobre el “Rusiagate”

El fiscal general rendirá testimonio ante el Comité de Inteligencia

WASHINGTON.- En lo que se prevé como otro día de drama político en Washington, el fiscal general, Jeff Sessions, afrontará mañana el escrutinio del Comité de Inteligencia del Senado, donde deberá contestar preguntas sobre sus contactos con las autoridades rusas y su papel en el despido del exjefe del FBI, James Comey.

Sessions canceló por segunda vez su comparecencia esta semana en sendos comités presupuestarios del Congreso, donde debía defender el presupuesto para el año fiscal 2018 para el Departamento de Justicia, y explicó que es más oportuno discutir la investigación en torno a Rusia en otro foro.

Así, por  voluntad propia, Sessions acudirá mañana a una audiencia pública ante el Comité de Inteligencia del Senado, donde deberá explicar el alcance de sus contactos con las autoridades rusas cuando fue asesor de la campaña del presidente Donald Trump.

Su oficina dijo que Sessions decidió hablar en  una audiencia pública, en vez de una sesión a puerta cerrada, “porque le parece importante que el pueblo estadounidense escuche la verdad directamente de él”.

Sessions deberá precisar su papel en el despido de Comey el pasado 9 de mayo, ante las cambiantes explicaciones que dio la Casa Blanca al respecto. Comey ha dicho que cree que fue despedido porque la Casa Blanca quería alterar el rumbo de las investigaciones sobre Rusia.

Trump primero dijo que lo despidió por recomendaciones de Sessions y su “número dos” en el Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, y posteriormente dijo a la cadena NBC que lo despidió porque había perdido la confianza en Comey.

Durante su acostumbrada rueda de prensa, el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo hoy que sería “prematuro” comentar sobre si Sessions debe invocar el llamado “privilegio ejecutivo” para limitar su testimonio ante el Senado.

El portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, evadió comentar sobre cuándo dará testimonio Trump sobre las investigaciones en torno a Rusia. Foto: María Peña/Impremedia

“Depende del alcance de las preguntas”, dijo Spicer, quien se negó a comentar sobre si Trump apoya que Sessions acuda a la audiencia, pero reiteró que es preferible salir de este asunto a la brevedad posible.

Spicer también evadió precisar cuándo es que Trump podría ofrecer testimonio al fiscal especial, Robert Mueller, como dijo estar dispuesto a hacer el viernes pasado.

El líder de la minoría demócrata del Senado, Charles Schumer extendió ayer una invitación a Trump para que dé testimonio bajo juramento.

 “Rusiagate” crece y salpica

El escándalo político sobre la intromisión de Rusia en el proceso electoral de 2016 –aparentemente para favorecer a Trump- y las investigaciones en curso por parte del Congreso y el Departamento de Justicia, están opacando el resto de la agenda legislativa de la Administración Trump.

El drama ha salpicado a algunos de los asesores y aliados más cercanos de Trump, mientras la Casa Blanca intenta desviar la atención hacia las filtraciones “no autorizadas” a la prensa sobre el asunto.

Sessions se recusó de las investigaciones el pasado 2 de marzo, tras conocerse que, como asesor de la campaña electoral de Trump, mantuvo dos encuentros privados con Kislyak que no compartió con los senadores durante su proceso de confirmación. Ahora, al parecer, hubo una tercera reunión no divulgada.

Su decisión de recusarse causó fricciones con Trump, al punto que le había ofrecido su renuncia, según informes de prensa.

En su momento, varios líderes demócratas exigieron la renuncia de Sessions, mientras Trump salió a su defensa acusando a la oposición de iniciar una “total cacería de brujas” contra el fiscal general.

Sessions finalmente cedió a las presiones de líderes de su propio partido para abandonar toda participación en las investigaciones en curso, aunque siempre mantuvo que no tenían nada de malo sus dos reuniones con Kislyak.

¿Hay o no hay grabaciones?

Durante su testimonio, Comey acusó a Trump de mentir sobre las razones de su súbito despido, y de difamar a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), pero expresó esperanza de que, tal como sugirió Trump en Twitter el mes pasado, haya grabaciones de sus contactos.

El viernes pasado, Trump insistió en que el testimonio de Comey lo ha “reinvindicado” y que no hubo ni “colusión” con Rusia ni “obstrucción de justicia”, aunque por otro lado acusó al funcionario de ser mentiroso y “filtrador”. Ayer, lo llamó “cobarde”.

También prometió que en “un futuro muy cercano” comentará sobre si hay o no hay grabaciones de sus conversaciones privadas, pero varios líderes demócratas le urgen de que deje de lado los juegos y diga de una vez si existen o no.

Un comité de la Cámara de Representantes ha dado plazo hasta el próximo 23 de junio para que la Casa Blanca entregue las cintas que pueda tener en su poder.

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