Del Potro es de acero

El argentino se clasifica para cuartos del US Open en un partido épico que tuvo perdido hasta tres veces con Thiem

Del Potro tras el punto final del partido ante Thiem.

Del Potro tras el punto final del partido ante Thiem. Crédito: Pete Staples | USTA

QUEENS, NY – Juan Martín del Potro cerró los ojos, extendió sus interminables brazos a la luna llena de Queens y se quedó así durante 15 segundos, parado, recibiendo la energía de las diez mil personas que cantaban “Oeoeoeoe, Delpooo, Delpooo” en el abarrotado Grandstand, la segunda pista del US Open.

El gigante argentino acababa de ganar un partido imposible que tenía prácticamente perdido dos horas antes, dos sets abajo en los que sólo había podido hacer tres juegos, y que terminó remontando tras defender dos “match balls” para ganar por 1-6, 2-6, 6-1, 7-6 y 6-4 a Dominic Thiem.

“Lucho así por ustedes”, dijo Del Potro aún sobre la pista tras la victoria. “Los últimos dos días estaba enfermo y hoy todo el mundo me estuvo animando”.

“Buenas noches y, de corazón, les agradezco el apoyo que me dieron… Muchas gracias”, terminó en español para un público entre el que había muchos argentinos.

· Especial: US Open

Mermado físicamente por una gripe que le hizo despertar con fiebre la mañana del lunes, Del Potro arrancó el partido perdido, sin fuerzas, ante un Thiem que se movía a placer.

El número ocho del mundo arrancó el duelo haciéndose con los cinco primeros juegos al hilo. Del Potro no imprimía velocidad a su bola y Thiem castigaba una y otra vez su revés, alargando los puntos hasta que lograba el fallo del argentino.

Dominic Thiem durante el partido ante Del Potro.
Dominic Thiem durante el partido ante Del Potro.

Si Del Potro trataba de cerrar el punto con un golpe ganador, la echaba fuera o a la red. Si trataba de asegurar, acababa fallando primero que su rival en el intercambio. Thiem, muy cómodo, veía caer los juegos uno tras otro de su lado. Al otro lado de la red su rival pensaba incluso en la retirada, como confesó más tarde.

“No podía respirar, no podía moverme. Seguí por el público, que nunca dejó de animarme. Creo que ellos vieron algo en mí que ni siquiera yo veía en ese momento”, comentó Del Potro.

Puntualmente en el segundo set, Del Potro en un par de ocasiones aisladas soltó su derecha, ese látigo que hace silbar la bola y levanta un “ohhh” en las gradas. ¿Era un signo de recuperación? 

De pronto, algo cambió. Arrancó el tercer set y era Del Potro el que buscaba el revés del austríaco. Más fuerte, más profundo, menos errático, el argentino comenzó a exigir a un sorprendido Thiem, que había dado el partido por ganado antes de tiempo tras hacerse con las dos primeras mangas sin oposición.

En un abrir y cerrar de ojos, el de Tandil se llevó el tercer parcial entre el delirio del público, que disfrutaba de lo lindo con uno de sus favoritos, ganador aquí en 2009.

El cuarto set fue un monumento al tenis que duró exactamente 60 minutos. Para guardarlo y enseñárselo a los nietos.

Del Potro aprovechó la inercia de la manga anterior y en el tercer juego logró romper el saque de Thiem. Pero el austríaco le devolvió el break inmediatamente y ahí pareció terminársele la gasolina al gigante argentino.

Thiem, mucho más entero físicamente, volvía a devolverlas todas y Del Potro parecía agotado. Hasta que acorralado contra las cuerdas, 5-2 abajo, el argentino revivió por segunda vez y fue capaz de llevar el set hasta el tie break salvando por el camino dos bolas de partido con dos aces consecutivos a 127 y 121 milas por hora.

Los argentinos se hicieron notar en las gradas.
Los argentinos se hicieron notar en las gradas.
El público no se lo creía y gritaba cada punto de “Delpo” como si fuera un match point. Thiem tampoco podía creer que el partido se hubiera complicado así. La presión le pudo en el desempate, en el que sólo hizo punto. Todo quedaba por decidir en el quinto set.

Con 3-2 arriba en el parcial definitivo, Del Potro desaprovechó tres bolas de break que hubieran sido un golpe casi definitivo. Así, cada uno fue defendiendo su servicio hasta el 5-4 cuando Thiem, que había cumplido 24 años el domingo, no aguantó más la presión y cedió ante un Del Potro más acostumbrado a estas situaciones.

Ahora en cuartos, el argentino se verá las caras ante Roger Federer, ganador ante Philipp Kohlschreiber por 6-4, 6-2 y 7-5.

“Es fantástico ver a Del Potro de nuevo en el tour después de sus lesiones. Feliz y ganando, entre los mejores. Es muy bueno para nuestro deporte”, comentó Federer tras su partido. “Jugar con él después de nuestra final épica de 2009 será bueno para los dos”.

Aquella tarde hace ocho años Del Potro logró la mayor victoria de su carrera y rompió la racha de cinco US Open seguidos ganados de Federer. El miércoles se volverá a repetir el choque en cuartos de final.

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