Trabajadores temporales mexicanos mantienen con vida ferias y carnavales en EEUU
Podrá verlo en forma gratuita a partir del 11 de octubre
WASHINGTON.- El brillo de las luces en la Rueda de la Fortuna, las risas de los niños en las ruedas, y el espectáculo de los payasos bajo las carpas ocultan una realidad más sombría: sin los trabajadores temporales mexicanos con visas “H-2B”, la “industria” de ferias y carnavales itinerantes estaría al borde de la extinción, pero esos trabajadores siguen careciendo de suficientes protecciones por la inacción del Congreso.
Esa es la realidad que relata, en 70 minutos, el documental “Farewell Ferris Wheel”, que se estrenará por cable el martes próximo.
En entrevista con este diario, el cineasta estadounidense, Jamie Sisley, explicó que su propósito no es otro que mostrar las distintas capas de la “industria” de carnavales, que cada año mueve unos $500 millones, gracias en buena medida a la mano de obra barata de trabajadores migrantes mexicanos.
“Queríamos mostrar la complejidad del sistema de visas H-2B, desde los trabajadores migrantes hasta los empleadores que dependen de ellos…la mayoría de los empleadores trata bien a sus empleados, pero también escuchamos casos de maltrato“, dijo Sisley, sobre su primer largometraje.
“Parte del problema es que los trabajadores con visas H-2B están atados a un solo empleador, y eso les quita libertad, especialmente si sienten que son maltratados… nos sorprendió ver que la única voz que escuchan los legisladores en este debate es la de los empleadores”, agregó.
“No estoy culpando al Congreso, porque tienen que escuchar a sus votantes, y los trabajadores migrantes no votan. Pero estos trabajadores tienen que estar adecuadamente representados, las leyes existen pero no se vigila su cumplimiento”, afirmó.
La idea del documental germinó de artículos que Sisley leyó en 2008 sobre la creciente dependencia de empresas estadounidenses en la mano de obra barata de México y Centroamérica, y cómo los trabajadores mexicanos, en particular, pasan ocho meses lejos de sus hogares y familias para seguir la ruta de los carnavales.
Sisley sumó fuerzas con el mexicano Miguel “M.i.G” Martínez, un director de videos musicales, para plasmar esa historia en un documental, mostrando la realidad de los empleadores frente al creciente costo de operaciones y la escasez de mano de obra, y la de los trabajadores migrantes.
https://www.youtube.com/watch?v=NPTTIy1LKeI
“Una montaña rusa” para todos
Así, el documental, difundido en 2016 tras ocho años de trabajo, ofrece un vistazo a los altibajos de ese mundo, desde la perspectiva de los trabajadores “Goyo” y Florencio Mendoza, que cada año emigran desde Tlapacoyán (Veracruz); Jim Judkins, el intermediario que desde 1978 “recluta” a trabajadores y ayuda a procesar las visas, y Peter Joseph, dueño de “Jolly Shows”, con sede en Maryland.
“No me puedo quejar, son puntuales, no tienen malos hábitos, y créeme, es lo mejor que he hecho (contratarlos)… el carnaval es una montaña rusa, algo muy emocional” y hay que cubrir salarios y demás gastos, señaló Joseph, quien antes de conocer a Judkins contrataba mediante anuncios locales pero sin garantías de calidad.
También incluye testimonios de Mary Bauer, directora del “Legal Aid Justice Center”, y Rachel Micah Jones, directora ejecutiva del Centro para los Derechos de los Migrantes (CDM), quienes relataron los abusos laborales en el sector.
“Las H-2B son una forma de conseguir mano de obra barata. No estamos diciendo que haya que pagarles como científicos, pero que les paguen al menos el salario promedio para la industria que los contrata, para que no depriman los salarios y condiciones de los trabajadores estadounidenses”, explicó Bauer.
Siguiendo la ruta de las ferias itinerantes de “Jolly Shows” en Maryland y Virginia, y a los empleadores en los corredores del Capitolio, el documental expone lo que se oculta detrás del telón: una vida de nómada en estrechos tráilers, largas horas, condiciones de alto riesgo, bajos salarios, y escasa seguridad laboral.
Mendoza, por ejemplo, se ganaba la vida como campesino con apenas 60 pesos al día, mientras que en EEUU, donde trabajó siete años, ganaba $360 la semana. Con ese salario pudo comprar un lote y una casa para su esposa y dos hijos.
Pero el dinero conllevaba sacrificios: en las casas móviles, a veces no había luz eléctrica, agua caliente o aire acondicionado, y “muchos no hablamos por el miedo de que ya no te lleven a EEUU”, dijo Mendoza.
Cuando se lesionó una mano armando una noria, el jefe inicialmente no quiso llevarlo al médico para no pagar la factura, hasta que se le puso negra.
Ante el constante “robo” de salario –no le pagaban días de enfermedad, dijo-, Mendoza reconoció que empezó a vender boletos por debajo de la mesa, y nunca más fue invitado como “trabajador huésped”.
“La verdadera historia sobre Florencio: llevaba varios años con Jolly, se puso cómodo, se juntó con unos tipos y comenzó a robar boletos, revendiéndolos en una tienda. Como era un buen amigo, fue una traición (descubrir) que estaba haciendo eso”, lamentó Judkins, excirquero y propietario de la agencia “JKJ Workforce”, con sede en Harlingen (Texas).
Pero el propio Judkins, que procesa el 81% de las visas “H-2B” para el sector de entretenimiento al aire libre en EEUU, fue investigado en 2015 por la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB) por obligar ilegalmente a los trabajadores a sumarse a la Asociación de Trabajadores de Entretenimiento Itinerante (AMEW), un sindicato que negoció bajos salarios.
Sed de visas
En julio pasado, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) aumentó de 66,000 a cerca de 81,000 el límite anual de visas no agrícolas “H-2B” para el año fiscal 2017, muchas de las cuales están destinadas a trabajadores en ferias, carnavales y parques temáticos, madera, hotelería, jardinería y de mariscos.
En el caso de las ferias, los trabajadores “huéspedes” arman y desarman norias, ruedas, carpas y juegos; ayudan en los controles de las ruedas; colocan cinturones de seguridad del público, y ayudan en la limpieza, y en el cobro de boletos.
El 80% de los 7,000 trabajadores en las ferias y carnavales en EEUU son de origen mexicano. En el documental, una tercera parte de los de “Jolly Shows” proviene de Tlapacoyán, un pintoresco pueblo veracruzano de cerca de 60,000 habitantes y a 192 millas al este de la capital mexicana.
En 2015, el Congreso bloqueó fondos para el cumplimiento de nuevas protecciones salariales y laborales del programa de visas “H-2B” que había ordenado la Administración Obama.
Es que los trabajadores migrantes no tienen quién hable por ellos en el Congreso, porque “no votan en EEUU” ni tienen poderosos aliados políticos, observó Bauer.
El gobierno sigue haciendo una pobre supervisión de los empleadores que se lucran con las visas “H-2B”, argumentó el documental que, en el marco del “Mes de la Herencia Hispana” se difundirá como parte de la serie “America Reframed” del canal por cable “World Channel”, el martes próximo.
El documental estará disponible de forma gratuita en todo el país a partir del próximo 11 de octubre.
Su difusión coincide además con las presiones para que el Congreso adopte medidas para reformar el sistema de visas legales.