Movimiento anti-aborto gana terreno bajo la Administración Trump

El avance conservador ha sido un llamado a la acción para defensores del derecho al aborto, que este año han redoblado sus esfuerzos por conservar el acceso de las mujeres a anticonceptivos y servicios de aborto

WASHINGTON – Activistas conservadores del movimiento anti-aborto han ganado terreno en las legislaturas estatales en lo que va de este año, envalentonados por la victoria del presidente Donald Trump en las urnas en 2016..

Los activistas no han logrado que el Tribunal Supremo revierta el derecho al aborto, que lo legalizó en un histórico dictamen en 1973 en el caso “Roe v. Wade”, pero eso no los detiene: durante años han emprendido una ambiciosa estrategia enfocada en lograr victorias a través de las legislaturas estatales.

En general, el número de abortos ha bajado un 12% en EEUU, de poco más de un millón en 2011 a alrededor de 926,200 en 2014, el porcentaje más bajo jamás registrado en el país.  La cifra de 2014,  año del que se detienen las estadísticas más recientes, representa al 1,5% de las mujeres entre 15 y 44 años de edad.

En 2014, la tasa de abortos fue de 14,6 por cada mil mujeres entre los 15 y 44 años, en contraste con la tasa de 16,3 en 1973, cuando se legalizó la práctica. Sin embargo,  la tasa fue mayor entre las latinas y afroamericanas, de 18,1  y 27,1 por cada mil mujeres, respectivamente.

Activistas como Ed Daccarett, en Florida, quieren reducir aún más esa tasa.  Daccarett, de origen jamaiquino, ha colocado más de mil carteles contra el aborto en autopistas, albergues, estaciones de tren, taxis, y paradas de autobuses en todo Florida -atendiendo un “llamado de Dios”, ha dicho-,  y ha ayudado a otros activistas a hacer lo mismo en estados como Georgia, Texas, Connecticut, Pensilvania, y Tennessee.

Desde al menos 2010, estos activistas no sólo han logrado colocar en las legislaturas estatales a políticos que apoyan su causa sino que también han conseguido restringir aún más el acceso a servicios de aborto en todo EEUU.

El grupo “Americans United For Life” promueve el llamado “Proyecto de Protección de las Mujeres”, en el que instruyen a activistas sobre leyes “modelo” que deben impulsar en las legislaturas estatales, además de monitorear en un mapa los estados hostiles o aliados a su causa.

Los conservadores se apoyan en argumentos morales y religiosos para insistir en la prohibición del aborto, mientras que grupos progresistas replican que las mujeres son dueñas de sus cuerpos y tienen derecho a decidir sobre su salud reproductiva en consultas con sus médicos.

Hoy mismo, grupos como “Planned Parenthood” y la Unión de Libertades Civiles de EEUU (ACLU) perdieron una batalla legal con la puesta en vigor de una ley anti-aborto en Missouri.

El resultado de esta guerra “cultural”, en la que la Administración Trump busca eliminar la cobertura médica de anticonceptivos por parte de organizaciones religiosas, es que muchas clínicas le han dado un portazo a los servicios de aborto.

En Virginia Occidental, por ejemplo, ya sólo queda una clínica de aborto en el estado. En otros, el número de clínicas y proveedores de aborto también se ha reducido, lo que obliga a miles de mujeres a viajar largas distancias, y gastar más dinero, para poner fin a un embarazo indeseado o peligroso para su salud.

Cuelgan rótulo de “prohibido”

Según Guttmacher, más del 30% de las restricciones para terminar un embarazo han sido aprobadas en los últimos seis años.

En el primer semestre de 2017,  28 legislaturas estatales estudiaron medidas para prohibir el aborto en ciertas circunstancias, mientras que otras seis sopesaron leyes para prohibirlo bajo cualquier escenario posible.

Iowa y Kentucky ahora prohíben el aborto después de las 20 semanas de fertilización, o 22 semanas después del último período menstrual,  por lo que ahora 18 estados se suman a la columna de abortos prohibidos en el segundo trimestre de gestación.

Mientras, Tennessee lo prohíbe después de 24 semanas, o si el feto es “viable” –a menos que la vida de la madre corra peligro-, y los estados de Arkansas y Texas prohíben el método de “dilación y evacuación” durante el segundo trimestre.

En once estados, incluyendo Arizona, Texas, Virginia Occidental, Kansas y Wyoming, las legislaturas aprobaron 17 tipos de restricciones al aborto, muchas de ellas pensadas para reducir la práctica del aborto entre las menores, o influir en la ya difícil decisión de las mujeres embarazadas.

En Iowa, Kentucky y Wyoming, las embarazadas deben someterse a un ultrasonido para ver imágenes del feto antes de abortarlo, y en Wyoming, además, los proveedores deben darles la opción de escuchar el latido del corazón del feto.

Los conservadores,  que ahora le pasan factura al presidente Donald Trump por auparlo en las elecciones de 2016, también han logrado sumar a la lista de estados que restringen o prohíben el uso de fondos públicos para proveedores de planificación familiar que también realizan abortos.

En defensa de los derechos reproductivos

Este avance conservador, sin embargo, ha sido un llamado a la acción para defensores del derecho al aborto, que este año han redoblado sus esfuerzos por conservar el acceso de las mujeres a anticonceptivos y servicios de aborto.

“Aunque es cierto que los republicanos en el Congreso y en las legislaturas estatales buscan promover su agenda extremista, las mujeres no están sentadas en sus laureles. Desde que Trump fue elegido, una ola de mujeres a lo largo y ancho del paíis se han lanzado como candidatas a puestos políticos”, dijo a este diario Vanessa Cárdenas, directora de comunicaciones del grupo pro-mujeres “Emily´s List”.

Según Cárdenas, más de 19,000 mujeres han buscado el apoyo político y financiero de “Emily´s List” para postularse a cargos públicos en todo el país.

Las mujeres “se están movilizando, y fueron clave para frenar  Trumpcare en el Congreso. Hay miles de mujeres comprometidas para elegir a líderes demócratas que apoyen los asuntos de la mujer y que defiendan el acceso a la salud reproductiva en las contiendas venideras”, aseguró.

Con ese fin, “Emily´s List” ha lanzado una campaña para apoyar a mujeres progresistas y desbancar a republicanos en las legislaturas estatales.

Trump y sus aliados en el Congreso han prometido que el próximo año continuarán su lucha para anular “Obamacare”, que por ahora garantiza la cobertura médica de anticonceptivos.

Entre enero y junio pasado, los activistas defensores de la opción al aborto han logrado que legisladores en 28 estados hayan propuesto leyes para proteger y ampliar la cobertura de anticonceptivos en los planes de salud.

En junio pasado, Nueva York adoptó un reglamento para que los seguros médicos cubran todos los métodos anticonceptivos, así como los gastos de suministros por 15 meses. Mientras, los estados de Colorado, Virginia, y Washington, también tienen leyes que garantizan la cobertura de un año completo de anticonceptivos en una sola receta.

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