Padre de niño discapacitado se salva temporalmente de la deportación
Noel López acudió a una cita con Inmigración este jueves en el 26 Federal Plaza y logró un alivio temporal a su deportación
“No sé si nos vamos a volver a ver pronto, pero quiera Dios que sí”, fue la frase que ayer el guatemalteco Noel López le susurró al oído a su esposa, Doris, luego de abrazarla mientras las lágrimas daban cuenta de su enorme dolor, antes de entrar al edificio de Inmigración en el 26 Federal Plaza, en el Bajo Manhattan. Allí, a las 10:00 a.m., tenía una cita con funcionarios de Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en la cual rogó que no lo separaran de su familia y cancelaran la orden de deportación que estaba pautada para implementarse ayer mismo.
El inmigrante de 42 años, quien cruzó la frontera en 1991 tras ser víctima de ataques y amenazas de muerte en su país, le entregó las llaves de su casa y el celular a su mujer, le dio un beso que pareció eterno, abrazó a su hija mayor Viana, de 6 años, y entró a la cita junto a su hijo menor Shaun, de 5, quien padece una seria enfermedad y espina bífida, lo que le impide defenderse por sí mismo.
Sin embargo, horas después, su angustia se transformó en alegría, al ser liberado y recibir un periodo de gracia de parte de las autoridades de ‘La Migra’.
“Fue algo muy angustiante para mi porque pensaba que ya era el fin, pero pude regresar a mi casa con mi familia al menos por unos meses más”, aseguró el guatemalteco, quien deberá presentarse nuevamente ante las autoridades de Inmigración el 25 de junio de 2018. “Esto todavía no acaba aquí. Ahora tenemos que seguir luchando para que nos reabran el caso y cancelen la orden de deportación que tengo desde 1997”.
De vuelta al trabajo
López mencionó que su hijo fue el más feliz con la noticia. “Me abrazó y se sintió pleno como estamos todos. Ya volví a la vida y mañana… pues a seguir trabajando duro”, dijo refiriéndose a la tienda de bebidas en la que labora hace 20 años.
“Lo que más me preocupa es él. Yo soy el soporte de la casa y mientras trabajo mi esposa lo tiene que cuidar todo el tiempo porque depende mucho de nosotros”, comentó el guatemalteco, al tiempo que agregó que por ahora solo está aferrado a la voluntad de Dios.
“Espero que él nos ayude y no me separen de mis bebés”, agregó el inmigrante, a quien en los 90 le negaron una solicitud de asilo, y quien tiene un récord criminal limpio. Solamente un viejo incidente por conducir bajo los efectos del alcohol cuando era joven, empaña su historial, algo que la administración Trump considera sumamente grave.
“Si me deportan a mi marido la vida se nos viene abajo… el amor de papá es lo más importante que tienen los niños y si se va ya no lo van a tener… la salud y la vida de mi hijo Shaun es lo que más me preocupa”, comentó la esposa del guatemalteco, sin perder las esperanzas de que ICE revierta su decisión. “Por favor tengan compasión, analicen bien con la mano en el corazón. Les suplico que no vayan a tomar una decisión incorrecta”, agregó la salvadoreña, de 30 años, recordando que en la mañana, antes de salir de su casa en Port Chester, hicieron un video que pareció ser de despedida.
A discreción de ICE
“En una decisión discrecional, ICE ha permitido que el Sr. López Reyes se reporte periódicamente a la oficina local de la agencia”, dijo ayer en un comunicado Khaalid Walls, portavoz de esa entidad. “ICE se compromete a garantizar que las actividades de aplicación de la ley de inmigración de la agencia, incluida la detención y la deportacióm, no interrumpan innecesariamente los derechos de los padres extranjeros y los tutores legales de menores”.
Según Walls, entre otros factores, ICE puede considerar “si el individuo es un padre o tutor legal de un ciudadano estadounidense o un residente permanente legal, o el cuidador principal de un menor”.