Niño con cáncer cerebral es un milagro boricua en El Bronx

Fue desahuciado en su natal Puerto Rico, y ahora sobrevive en un hospital de Nueva York gracias a un nuevo tratamiento experimental

Sebastián Cuadrado fue diagnosticado en Puerto Rico con cáncer cerebral a los tres años. Médicos en la Isla lo desahuciaron, pero un novedoso tratamiento en Nueva York le salvó la vida.

Sebastián Cuadrado fue diagnosticado en Puerto Rico con cáncer cerebral a los tres años. Médicos en la Isla lo desahuciaron, pero un novedoso tratamiento en Nueva York le salvó la vida.  Crédito: Pedro F. Frisneda | El Diario NY

Le quedan sólo tres meses de vida“. Esa fue la aterradora noticia que recibió una joven pareja por parte de los médicos que estaban tratando a su hijo por un cáncer cerebral en Puerto Rico.

“Al nene lo desahuciaron. Nos dijeron que no había más nada que hacer y que lo único que nos quedaba era esperar”, dijo el boricua Javier Cuadrado, de 31 años, al recordar el nefasto pronóstico que recibió su hijo Sebastián, de sólo 3 años, quien sufre de un raro tipo de cáncer cerebral llamado medulloblastoma.

“Si no nos hubiésemos venido a Nueva York él no estaría vivo ahora. Ellos nos dijeron que iba a durar tres meses y que sólo le iban a dar anti-inflamatorios para aliviarle el dolor por la inflamación que le causaba el tumor”, agregó Cuadrado, quien se encontraba junto a la cama de hospital de Sebastián antes que el menor comenzara otra roda de cinco horas de quimioterapia intravenosa.

Al lado de él, su esposa Neisha Natal, de 28 años, también recordó todo por lo que ha pasado su pequeño hijo desde que fue diagnosticado.

“Ha estado en la sala de operaciones seis veces, incluyendo la dos cirugías del cerebro en las que le sacaron dos tumores y le colocaron una válvula para controlarle la hidrocefalia que desarrolló por el tumor”, dijo Natal mientras sostenía a su hijo en brazos.

“Luego de la primera operación la herida se le infectó y lo tuvieron que tratar con antibióticos por un tiempo y por posponer la quimioterapia le volvió a salir otro tumor y lo tuvieron que volver a operar”, agregó la madre boricua.

Año Nuevo, vida nueva

A pesar de la mala noticia que le dieron los doctores del Centro Médico de Puerto Rico, en San Juan, donde Sebastián estaba siendo atendido, los Cuadrado no se dieron por vencidos y dejaron atrás a su familia, el trabajo y todo lo demás, en buscar de nuevas  opciones para su pequeño hijo.

El 31 de diciembre de 2016, pocas horas antes de la llegada del nuevo año, Neisha y Javier con su moribundo hijo en brazos tomaron un avión rumbo a la Gran Manzana donde un conocido los puso en contacto con el Hospital de Niños Montefiore, en El Bronx. A pesar que era un fin de semana festivo, el niño fue admitido el mismo 1 de enero en la madrugada y de inmediato comenzó el tratamiento que le ha salvado la vida.

En ese hospital un grupo de médicos liderados por el doctor Adam Levy, MD,  trabajaba en un ensayo clínico para crear un nuevo tratamiento de quimioterapia experimental contra el mismo tipo de tumor que había invadido el cerebro del pequeño Sebastián.

Javier Cuadrado y Neisha Natal junto a su hijo Sebastián momentos antes de que comenzara una nueva ronda de quimioterapia de cinco horas en el Hospital de Niños Montefiore de El Bronx.

“Remarcable recuperación”

“Recibimos una llamada del familiar de un niño en Puerto Rico justo antes del fin de semana de fiestas y es remarcable que el personal del hospital, a pesar que era tarde y la oficina ya estaba cerrando, se puso en contacto conmigo de inmediato y pudimos hacer que lo transfirieran para que comenzara su tratamiento el mismo día de Año Nuevo”, dijo el doctor Levy, profesor de Clínica Pediátrica y director médico de Pediatría Ambulatoria del Children’s Hospital at Monteriore (CHAM).

“Cuando trajeron a Sebastián aquí por primera vez, y luego de ver sus MRI, yo pensé que el niño no iba a sobrevivir el fin de semana. Llegó demasiado enfermo. Básicamente no podía caminar, ni moverse”, indicó Levy quien se ha encargado del tratamiento del menor desde que llegó a ese centro médico.

Actualmente el niño, que ya tiene cuatro años, va por su décimo mes recibiendo dos tipos de tratamientos de quimioterapia nuevos que incluyen tres medicinas diferentes y, según aseguró el doctor Levy, está respondiendo muy bien.

“Ha tenido buena respuesta al tratamiento y su recuperación ha sido remarcable. Ahora hasta está jugando y usando disfraces”, informó Levy quien agregó que por los momentos Sebastián no necesita más cirugías ni radiaciones.

Aunque reconoció que es muy difícil hacer un pronóstico a largo plazo, el oncólogo y hematólogo pediatra advirtió que en muchos casos cuando un niño ha tenido este tipo de tumor y el mismo regresa luego de haber sido extirpado quirúrgicamente y de haber tenido un tratamiento inicial de quimioterapia, existe un alto riesgo de que se desarrolle otra vez aunque lo estén tratando de controlar.

“En general la tasa de sobrevivencia de niños con este tipo de tumor es de 80%. Pero siempre les digo a los padres que sus niños y nuestros pacientes no tienen que ser una estadística. Lo que hacemos es proporcionarles el mejor tratamiento que podemos ahora y tenemos mucha esperanza“,  dijo de forma optimista el doctor Levy.

“Con este nuevo tratamiento y con radiaciones que no había recibido antes, esperamos que lo podamos controlar a un largo plazo”, agregó el galeno.

Por su parte, los padres de Sebastián, aunque tienen que esperar hasta marzo cuando concluye su segundo tratamiento anual de quimioterapia, aseguran que su mayor deseo es regresar a Puerto Rico con su hijo, donde pueden contar con el apoyo de su familia –no conocen a nadie en Nueva York.

Sin embargo, los jóvenes boricuas están conscientes de lo difícil que eso puede ser, no sólo por la devastación causada por el huracán María en la Isla, sino porque deben conseguir un buen oncólogo que continúe con el tratamiento y los progresos que ha logrado Sebastián.

Luego de terminar su último tratamiento con quimioterapia, al niño le tiene que hacer un MRI cada tres meses para asegurarse que el tumor no ha regresado y que está bajo control.

El doctor Adam Levy, quien comenzó a tratar a Sebastián desde que llegó a Nueva York, muestra las imágenes de MRI del cerebro del niño antes y después de la operación en la que se le removió un segundo tumor.

Un tumor raro pero común en niños

“Sebastián tiene un cáncer que, por lo general, es muy raro,  aunque es a su vez el tipo de cáncer cerebral más maligno y común en niños. Centenares de niños son diagnosticados al año en EEUU”, explicó el doctor Levy, quien es el investigador principal de un ensayo clínico internacional, realizado en el “The Children’s Hospital at Montefiore”, que está tratando de buscar un tratamiento nuevo para esta clase de tumores recurrentes.
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El tumor cerebral medulloblastoma (dentro del círculo amarillo), aunque es muy raro, es a su vez el tipo de cáncer cerebral más maligno y común en niños.

El medulloblastoma es un tumor cerebral ubicado en el cerebelo, la parte del cerebro que controla el equilibrio, la coordinación y otras funciones motoras complejas. Los medulloblastomas crecen con mayor frecuencia en la parte central del cerebelo, y con menor frecuencia en las partes externas del cerebelo.

El medulobllastoma representa del 15 al 20% de todos los tumores cerebrales pediátricos y son diagnosticados con mayor frecuencia en niños de entre 3 y 8 años (70%), pero se pueden ver en niños y adultos de cualquier edad.

Cada año se diagnostican entre 200 a 500 casos de medulloblastoma en Estados Unidos.

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